La dictadura venezolana anunció que realizará tratamientos homeopáticos a pacientes con coronavirus

Carlos Alvarado, ministro de Salud chavista, aseguró que ese tratamiento, que no tiene asidero científico en planos generales ni en el caso particular de la pandemia, "es económico, y se pueden usar de manera masiva”. La evidencia en contra de la práctica y las decisiones que han tomado otros países al respecto

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Maduro anunció tratamientos homeopáticos para pacientes con coronavirus

En medio del aumento de casos de coronavirus en Venezuela, la dictadura de Nicolás Maduro anunció que dará medicinas homeopáticas a los pacientes con COVID-19, un tratamiento que no tiene asidero científico tanto a niveles generales como particulares, en el caso específico de la enfermedad que ha causado la pandemia. Carlos Alvarado, ministro de Salud del régimen, detalló algunas de las modificaciones que implementarán en los tratamientos.

“Hemos revisado esta semana los tratamientos, qué cosas nuevas podemos hacer, y dos cosas: una antes del tratamiento es recordarle a las personas la búsqueda de ayuda temprana, algunos casos lamentables de fallecimiento han ocurrido porque la gente no acude temprano a la consulta, acuden ya cuando tiene dificultades respiratorias y son casos más difíciles de tratar”, apuntó el funcionario chavista.

Y agregó: “Hemos decidido en el comité terapéutico nacional bajar con el mismo esquema de tratamiento que teníamos, hacerlo de manera más temprana. Modificar el esquema con un inicio precoz, con una triada conformada por la cloroquina, que ya tenemos el esquema, la caletra, que es una combinación de dos antivirales, y el interferón para los pacientes con PDR positiva y síntomas. Es decir, vamos a comenzar mucho antes que la PCR llegue para evitar las complicaciones”.

Por su parte, durante una conferencia junto al dictador Maduro, Alvarado adelantó que también comenzarán a realizar “estudios sistemáticos con otros medicamentos que están utilizándose a nivel mundial”: “Por ejemplo, el tema del dióxido de cloro, vamos a trabajar en el estudio de esos nuevos tratamientos, así como incluir algunos tratamientos que nos recomienda un comité terapéutico de medicinas alternativas; tratamiento homeopáticos también incluirlos porque son económicos, y se pueden usar de manera masiva”.

Crecen los casos de coronavirus
Crecen los casos de coronavirus en Venezuela (AP Foto/Ariana Cubillos)

La homeopatía fue recomendada desde el inicio de la pandemia por países como la India y Cuba. El régimen castrista a principios de abril inició la aplicación de un tratamiento homeopático para levantar las defensas del organismo de sus ciudadanos, como medio para afrontar mejor la pandemia de la COVID-19, según informó el Ministerio de Salud (Minsap).

Se trata de Prevengho-Vir, unas gotas que se aplican debajo de la lengua, y que, según los especialistas cubanos, incrementan las defensas humanas ante enfermedades virales e infecciones respiratorias.

No obstante, varios especialistas han advertido que este tipo de tratamiento no previene a las personas del coronavirus. Incluso la Organización Mundial de la Salud (OMS), indicó que “no hay evidencia actual para recomendar un tratamiento anti-COVID-19 específico”.

A nivel general, la homeopatía ha sido ampliamente criticada, y en los últimos años las autoridades sanitarias de distintos países se han pronunciado abiertamente en contra de los tratamientos, asegurando que no tienen asidero.

Ya en el 2006 la publicación médica más prestigiosa del mundo, The Lancet, publicó un editorial “El fin de la homeopatía”, en el que proponía dejar de malgastar tiempo y dinero en tratar de demostrar los efectos de una terapia que no había conseguido hacerlo en dos siglos de historia.

En Estados Unidos, por ejemplo, desde 2016 los productos homeopáticos deben llevar en la etiqueta información que que asevere que no hay evidencia científica que los respalde. La Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos (FTC, por sus siglas en inglés), un organismo de protección al consumidor, dio a conocer la medida en un intento de regularizar un mercado que está por fuera de las regulaciones para medicamentos en el país y que creció hasta convertirse en una industria de más de USD 1,2 mil millones en Estados Unidos. Italia, España, Australia y Francia, entre otros, han tomado medidas similares.

“Yo tengo mucha fe en la combinación de la medicina occidental, con la medicina tradicional venezolana, latinoamericana y mundial. Los chinos lo hicieron perfecto. China tiene una medicina de cinco mil años. De combinaciones de hierbas, plantas, etc. Estuve viendo un reportaje muy bueno en la televisión china, en CCTV, sobre la combinación de los tratamientos de la medicina llamada alopática, con la medicina milenaria, tradicional. En el caso nuestro la medicina tradicional de raíz indígena, y africana”, continuó el dictador venezolano.

Este domingo Venezuela reportó 419 nuevos casos de coronavirus, la cifra más alta de contagios diarios registrada en el país en 112 días de pandemia por COVID-19.

Venezuela enfrenta el coronavirus en
Venezuela enfrenta el coronavirus en medio de la peor crisis humanitaria de su historia (EFE/ Henry Chirinos)

Es “la cifra más alta que hemos conocido desde que comenzamos la cuarentena”, dijo Maduro durante una reunión con parte de su equipo de Gobierno en la que presentó el balance de la enfermedad, que incluyó también dos decesos en las últimas 24 horas.

Con estos datos Venezuela llega a 7.169 casos y 65 fallecidos, aseguró Maduro, aunque su ministro de Comunicaciones, Jorge Rodríguez, reportó el sábado un total de 62 muertes, lo que deja un fallecido más del que no se conocen detalles hasta ahora.

Desde el 15 de mayo, explicó el dictador, el país ha vivido “una explosión de casos importados”, como califica el régimen a los venezolanos que retornan infectados a su país y que son retenidos durante semanas en las fronteras terrestres.

En las últimas 24 horas Venezuela sumó 79 de estos infectados “internacionales”, 60 de ellos provenientes de Colombia y otros en menor medida procedentes de Brasil, Perú, Ecuador y Chile.

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