Por medio del suministro de alimentos, Irán se convierte en uno de los principales socios de Maduro

Ambos países han sido sancionados por los Estados Unidos. Pero la nación islámica, a pesar del bloqueo internacional, se ha convertido en uno de los proveedores más importantes del régimen chavista

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Trabajadores de PDVSA sosteniendo banderas de Irán y Venezuela tras el arribo del taquero iraní "Fortune" a la refinería El Palito. 
May 25, 2020. Palacio Miraflores/Handout via REUTERS
Trabajadores de PDVSA sosteniendo banderas de Irán y Venezuela tras el arribo del taquero iraní "Fortune" a la refinería El Palito. May 25, 2020. Palacio Miraflores/Handout via REUTERS

Los lazos entre Venezuela e Irán son cada vez más estrechos. Teherán se consolida como uno de los principales apoyos del gobierno de Nicolás Maduro. Ambos países han sido sancionados por los Estados Unidos. Pero la nación islámica, a pesar del bloqueo internacional, se ha convertido en uno de los principales socios comerciales del país en los sectores del combustible, la salud y ahora los alimentos.

Los autos que circulan en Venezuela ahora usan gasolina iraní después de que el gobierno de Nicolás Maduro importara 1,5 millones de barriles de combustible. Pero hay otras acciones que han fortalecido los lazos entre estos dos países.

Ya en aguas venezolanas se encuentra un carguero lleno de alimentos para abastecer el supermercado que será administrado por una empresa iraní y que reemplazará a los Clap (Comités Locales de Abastecimiento y Producción), que revendían productos subsidiados por el Estado. A pesar de las recientes declaraciones de Maduro en el sentido de que estaría “dispuesto” a hablar con el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, el aumento del comercio entre Teherán y Caracas es un desafío para los Estados Unidos, que amenaza con aplicar más sanciones a ambos países.

Fotografía del 21 de junio del 2020 donde se observa una caja de Los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP), en Caracas (Venezuela). EFE/Miguel Gutiérrez
Fotografía del 21 de junio del 2020 donde se observa una caja de Los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP), en Caracas (Venezuela). EFE/Miguel Gutiérrez

Apoyo contra el Covid-19

Además de combustible, Irán envió suministros médicos a Venezuela este mes, incluyendo kits para ayudar a Caracas a combatir la pandemia del Covid-19. Según Nicolás Maduro, hasta el martes por la noche el país había registrado 4.187 casos positivos del nuevo coronavirus.

El carguero Golsan trae comida de Irán a “Megasis”, una cadena de supermercados que comenzará a operar en Caracas en julio de este año. Allí se venderá atún enlatado, salsas de tomate, aceite y otros productos de las marcas iraníes Delnoosh y Varamin.

Una fuente informó a RFI que Varamin es una nueva compañía de alimentos. En los registros del país de origen aparece como privado. Sin embargo, “el propietario de muchas de estas empresas teóricamente privadas pertenece a algún fondo misterioso cuyo principal accionista es algún organismo o personalidad vinculada al gobierno iraní”, dijo la fuente de forma anónima.

La comida iraní en Caracas

El supermercado iraní aparece poco después de la flexibilización de precios aplicada por el gobierno venezolano para abastecer la demanda interna de alimentos. La flexibilización puso fin a la escasez de alimentos. Sin embargo, el precio de 27 productos alimenticios básicos está determinado por el Estado y son inaccesibles para una gran parte de la población, especialmente para quienes ganan el salario mínimo, que actualmente se cotiza en 4 dólares.

Según el Centro de Documentación y Análisis Social (Cendas), para que una familia venezolana de hasta cuatro personas pueda adquirir la canasta básica de alimentos, se requiere el equivalente a USD 284, equivalente a 138 salarios mínimos.

Irán y Venezuela tienen algunas características similares. Ambos son miembros de la Organización de Países Productores de Petróleo (OPEP) y están bloqueados por países extranjeros, entre ellos los Estados Unidos. Sin embargo, la nación islámica aprovecha la frágil economía de Venezuela para exportar sus productos.

Irán vio en Venezuela el mercado perfecto para drenar su exceso de producción de combustible. Aprovechando el desguace de las refinerías venezolanas, que no pueden producir gasolina ni siquiera para satisfacer la demanda interna de gasolina, Irán exportó recientemente cinco cargueros con combustible que ahora está utilizando la flota venezolana.

Foto de archivo del logo de PDVSA en un tanque en la refinería de Puerto Cabello, estado de Carabobo. 
Mar 2, 2016. REUTERS/Marco Bello
Foto de archivo del logo de PDVSA en un tanque en la refinería de Puerto Cabello, estado de Carabobo. Mar 2, 2016. REUTERS/Marco Bello

Oro para la gasolina

Según los opositores al gobierno de Maduro, la gasolina importada se pagaba con el oro extraído de las minas del sur de Venezuela. Hay una gran posibilidad de que esta suposición sea cierta. Las sanciones internacionales a Irán en 2012 han excluido al país de SWIFT, el sistema que vincula a las instituciones bancarias en gran parte del mundo. Esto imposibilitó los pagos en efectivo a la nación islámica, que desde entonces ha recibido pagos en productos básicos y de primera necesidad.

Ambos países celebran la reanudación de las relaciones bilaterales a pesar de las crecientes amenazas de nuevas sanciones por parte del gobierno de Donald Trump. A través de las redes sociales, el líder supremo Ali Jamenei ha enviado “felicitaciones a todos los queridos capitanes y tripulación de los cargueros”. “Han hecho un gran trabajo. El viaje fue un gran esfuerzo. El país (Irán) está orgulloso de lo que han hecho”.

Según Edmundo González, ex embajador de Venezuela en Argelia, “ante el colapso venezolano, está claro que Teherán tiene un papel de primer orden en Venezuela. Esta nueva etapa de relaciones tiene como consecuencia inmediata la inclusión de Venezuela en el peligroso escenario de la confrontación geoestratégica entre Irán y Estados Unidos”.

Proyectos bilaterales desde la época de Chávez

Durante el gobierno de Hugo Chávez (1999-2013) se pusieron en marcha muchos proyectos bilaterales. La estrecha relación que el ex presidente estableció con el Irán comenzó durante la Cumbre de Jefes de Estado de los Países Miembros de la OPEP celebrada en Caracas en 2000.

Desde ese momento y hasta poco antes de su muerte, el líder socialista viajó varias veces a la República Islámica de Irán. Por su parte, el entonces presidente Mahmud Ahmadinejad (2005-2013) estuvo en Caracas al menos cinco veces. Durante este período se firmaron alrededor de 500 acuerdos bilaterales que abarcaban los sectores petrolero, químico, inmobiliario, automotriz y militar.

La planta de Venirauto, ubicada en Maracay, un estado a 130 km de Caracas, dejó de funcionar en 2013. Hoy en día la instalación, donde se ensamblaron los coches de Saipa, está abandonada. El mismo destino llevó a la fábrica de bicicletas “Atómica”, donde se invirtieron unos 2 millones de dólares.

Según Edmundo González, “ambos países estaban destinados a ser las potencias de un nuevo orden mundial. Irán encajaba perfectamente con la política de Hugo Chávez de enfrentarse a los Estados Unidos, y por eso la sintonía entre ambos”.

Sospechas de espionaje

Se sospecha que las relaciones entre los dos países se extienden al sector militar. Así lo dijo Julio Borges, un político exiliado en Colombia y representante de Asuntos Exteriores del gobierno provisional de Juan Guaidó de la oposición. Borges dijo que las Fuerzas Armadas Bolivarianas recibirían asesoramiento de Irán en materia de telecomunicaciones. Se sospecha que Venezuela, con apoyo iraní, ha establecido un centro de telecomunicaciones en el Cabo de San Román, en el extremo norte de Venezuela, para monitorear las telecomunicaciones aéreas y marítimas.

Los críticos de Maduro dijeron que era la verdadera razón de los 17 vuelos a la región del Cable de San Román entre abril y mayo de este año de la aerolínea iraní Mahan Air, que ha sido sancionada por los Estados Unidos.

(Artículo publicado por RFI)

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