El Gobierno interino de Venezuela tomó posesión de la embajada en Bolivia

El equipo de trabajo designado por el presidente encargado de Venezuela, Juan Guaidó, dio apertura oficialmente a la sede de la Embajada venezolana en Bolivia, tras un proceso de reestructuración y mantenimiento que inició el 4 abril, fecha en la cual el Embajador Winston Flores entregó sus cartas credenciales ante la canciller del boliviana, Karen Longaric.

La apertura se llevó a cabo en el marco de un evento de inauguración donde estuvieron presentes el Embajador encargado junto con su equipo de trabajo de La Paz, Santa Cruz y Cochabamba, además de varias personalidades del país del altiplano.

Con esta inauguración también se dará comienzo a la atención al público, cumpliendo con todas las normativas que rigen la cuarentena que se lleva a cabo en el departamento de La Paz y en el marco de cumplir las instrucciones del Presidente Juan Guaidó de atender a la diáspora venezolana que residen en ese país.

Cabe destacar que, tras la expulsión de las autoridades enviadas por el régimen de Nicolás Maduro y que además usurpaban funciones en Bolivia, las instalaciones de la Embajada de Venezuela fueron desmanteladas y saqueadas casi en su totalidad, dejando en evidencia numerosos casos de corrupción que caracterizó la gestión de la narcodictadura.

La llegada de Winston Flores a La Paz como embajador se dio como parte del reconocimiento que el 13 de noviembre de 2019 la actual Presidenta Jeanine Añez le dio públicamente al gobierno del Presidente Guaidó y solicitó una nueva designación diplomática, en respaldo a la lucha democrática que viene emprendiendo Venezuela desde el pasado 23 de Enero de 2019. De igual forma la presidenta de Bolivia también ha sido reconocida como jefa de estado por parte del Presidente interino.

“Por supuesto que se va a romper relaciones con el Gobierno de Maduro”, afirmó en su momento Karen Longaric, jefa de la diplomacia boliviana.

El Gobierno interino de Bolivia tomó una serie de decisiones diplomáticas para reconfigurar el equilibrio regional. Es por ello que desde el año pasado, en una conferencia de prensa, la canciller Karen Longaric anunció la ruptura de relaciones con el Ejecutivo de Nicolás Maduro, al denunciar que venezolanos vinculados con la embajada de ese país en La Paz estaba “atentando contra la seguridad interna” en Bolivia.

Además, Longaric anunció que todo el personal diplomático venezolano sería expulsado, debido a la “violación de normas diplomáticas”, por supuestamente inmiscuirse en asuntos internos.

“Se les dará un plazo para que abandone el país, por haberse involucrado en asuntos internos del Estado, a todo el personal diplomático de la embajada de Venezuela en Bolivia que representa al gobierno del señor (Nicolás) Maduro”, dijo la jefa de la diplomacia boliviana.

Además, Bolivia anunció su decisión de abandonar la Alianza Bolivariana (ALBA) y que analiza su salida de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), dos bloques políticos impulsados con ímpetu por el ex presidente Morales.

“El gobierno de Bolivia se ha desvinculado del tratado del Alba, ya no somos parte del tratado del Alba. También estamos analizando la desvinculación de Bolivia de Unasur”, afirmó la jefa de la diplomacia boliviana.

Bolivia tuvo un rol importante para apuntalar la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, que ideó el fallecido presidente venezolano Hugo Chávez. Al llegar al poder en 2006, Morales se sumó inmediatamente al bloque. Ambos líderes izquierdistas también impulsaron la Unasur, hoy debilitada ante la salida de varios países de la región.

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