“Corre riesgo la vida de mi padre, el general (GNB) Héctor Hernández Da Costa, detenido en la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim). Su delicado cuadro de salud se ha deteriorado a pasos agigantados”, así lo dice Loredana Hernández, una estudiante universitaria, quien está alarmada porque la pérdida de peso de su papá y la poca rigurosidad en el tratamiento médico que debe cumplir, pueden tener un desenlace fatal.
En su rostro hay firmeza. Con palabras decididas dice, en exclusiva para Infobae, que está obligada a reclamar por la atención para su padre, quien no solo es un hombre al que ama, sino quien siempre fue respetado y admirado por la institución castrense.
La hija del general, desde el mismo momento que los funcionarios de la DGCIM llegaron a su apartamento a llevárselo, ha sido una defensora a ultranza del alto oficial. Hizo un video cuando los funcionarios se negaban a identificarse y además no presentan orden de aprehensión. Cuando uno de ellos la amenaza con quitarle el celular, la valiente joven grita al reclamar el escrito del juez para entrar a “mi casa, porque esta es mi casa y no hay ninguna orden de allanamiento. Deja de violar la Constitución”. Lo dijo con una mezcla de miedo e indignación.
Desde entonces ha reclamado por su libertad, ha llevado pancartas con la foto de su padre pidiendo justicia, mientras pregona que él es inocente, que es un oficial destacado, primero de su promoción.
“Mi preocupación como hija es que a mi papá no lo están atendiendo como es necesario, porque él tiene tres operaciones gastrointestinales, que le realizaron antes de detenerlo el 13 de agosto de 2018”, afirma.
Dice que es preocupante que la alimentación que le suministran no es ni suficiente ni apropiada, porque él venía recibiendo una dieta en su casa y después de ser detenido de alguna manera le permitían, por orden del tribunal recibir la dieta prescrita por los médicos.
Con las medidas sanitarias, impuestas a raíz del surgimiento del Covid-19, en la DGCIM de Boleíta, donde está detenido, prohibieron la entrega de alimentos. Les dijeron que sería “hasta nuevo aviso”, lo que en el caso de su padre les preocupa de manera particular por la situación de salud especial que él presenta.
“Ante la ausencia de alimentos balanceados y de la dieta que requiere por su patología. Mi papá presenta un cuadro de descompensación diabética, que es muy delicado, porque al no tener los requerimientos alimenticios necesarios y apropiados, podría sobrevenirle un coma diabético; eso nos lo han dicho sus médicos”.
Peligrosa pérdida de peso
Destaca Loredana Hernández que el general Héctor Hernández Da Costa ha bajado mucho de peso. “Ya es alarmante lo que sucede con él. Una de sus piernas presenta una inflamación de color azulado, que indica el mal funcionamiento de circulación o no sabemos qué le está sucediendo”.
En su informe médico está explícito su condición especial de salud, sus operaciones gastrointestinales, su problema diabético, así como sus problemas de hipertensión y presenta prolapso de la mucosa gástrica. “El Tribunal emitió una orden de traslado médico para que sea llevado a un especialista, pero no se ha cumplido. Los informes médicos forenses certifican el delicado estado de salud de mi padre, general Hernández Da Costa”.
“La Juez 27 Civil de Terrorismo, Hennit Carolina López y los fiscales Farid Mora Salcedo y Dinorah Bustamante, saben la situación de salud de mi papá. Yo temo por su vida, pues el deterioro de su salud ha sido progresivo y acelerado en este momento”, enfatiza.
La joven Loredana Hernández dice que “solicita al director de la DGCIM, mayor general (Ej) Iván Hernández Dala y al Director de Investigaciones, general Carlos Enrique Terán Hurtado permitirle que se le reanude el suministro de los alimentos balanceados, específicamente de la dieta que debe cumplir, para no comprometer su salud”.
Explica que “es necesaria la asepsia de los útiles personales que le enviamos, porque la falta de agua y jabón pueden ser caldo de cultivo para bacterias y microorganismos. La piel y las extremidades de un diabético son extremadamente delicadas y sensibles”.
“Ratifico mi preocupación por la integridad y salud de mi padre, por el respeto a sus derechos humanos”, finaliza diciendo la hija del general Hernández Da Costa.
Hay que destacar que, en los sótanos de la DGCIM, especialmente en el más profundo de ellos, que tiene pocos meses construido y a quien llaman La Casa de Los Sueños, es donde está recluido el general Hernández Da Costa.
Si antes ya era terrible para los presos en ese lugar, después de aplicadas las medidas sanitarias por el Covid-19, proliferan las denuncias entre familiares de los detenidos. No les permiten llevar alimentos y los que reciben se los apropian los funcionarios en su totalidad o a veces les suministran una pequeñísima parte a los detenidos. No entregan agua. Muchas veces lo que aceptan son galletas, pero tampoco llegan a los presos. Desde hace meses no hay visitas de familiares ni de abogados.
Ha sido inútil la insistencia de muchos familiares para que la Comisión de la Alta Comisionada ingrese al lugar. El Gobierno nunca se los ha permitido, a pesar de que Michelle Bachelet visitó Venezuela en junio del 2019 y parecía que la situación podía mejorar para los presos imputados por razones políticas. Empeoró.
En el informe de julio de 2019, Bachelet dijo: “”El Gobierno se comprometió con nosotros a solucionar algunas de las cuestiones más espinosas –entre otras, el uso de la tortura y el acceso a la justicia—y a facilitarnos la entrada ilimitada a los centros de reclusión. La situación es compleja, pero este informe contiene recomendaciones claras sobre las medidas que pueden adoptarse de inmediato para frenar las violaciones actuales, impartir justicia a las víctimas y crear un espacio para discusiones significativas. Estamos dispuestos a colaborar con todas las autoridades competentes y a seguir promoviendo los derechos de todos los venezolanos, cualesquiera sean sus afiliaciones políticas”.
A estas alturas debería reconocer que nunca les han permitido entrar a los sótanos de la Dirección General de Contrainteligencia Militar.
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