Siete organizaciones del pueblo indígena warao le solicitaron auxilio a los organismos internacionales para que se solidaricen con su causa, para que no los dejen morir de hambre, de enfermedades ni por agua contaminada de mercurio y cianuro a causa de la minería, que contamina sus sembradíos. Le piden “a los cuerpos de seguridad fronteriza, a la Armada y a la Guardia Fronteriza, que vigilen los accesos, rutas y caños fronterizos por la entrada de foráneos que son una amenaza de contagios”, ante la COVID-19, para sus comunidades.
Eso lo hicieron a través de un comunicado suscrito por el Grupo Cambalache de Ciudad Guayana, la Organización Comunitaria Ka Ubanoko, de Boa Vista, la Comunidad Migrante Warao de Manaus del Refugio Alfredo Nacimiento, la Comunidad Migrante Indígena De Janokoida Pacaraima, Migrantes Warao desde Brasil, la Comunidad Indígena Warao de Buja, estado Monagas y el medio digital La voz indígena.
Actualmente la población indígena de los waraos se calcula en aproximadamente treinta mil, distribuida en los cuatro municipios que conforman el estado Delta Amacuro y en mayor proporción hacia las zonas adyacentes a las desembocaduras de los caños.
Dentro del Territorio Fronterizo en San José de Amacuro, la Línea, Wausa u otros están los cuerpos de seguridad divididos en diferentes casas o comandos, también está la Fuerza Armada Nacional Bolivariana con la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) y la Armada, que son los que están ubicados en los caños fronterizos; cada uno en su espacio.
En un conversatorio, realizado el sábado 30 de mayo de 2020, por vía virtual, analizaron la difícil situación que viven las comunidades del Pueblo Indígena Warao de los estados Bolívar, Delta Amacuro, Monagas, Sucre y los migrantes que viven en Brasil.
Consideran que “las comunidades Indígenas Warao estamos ubicados en zonas urbanas y rurales de los diferentes estados, en su mayoría a orillas del río Orinoco”, por lo que ante la situación del COVID-19 “está agravando de una manera crítica la mala situación que ya vivía nuestra población en todas las dimensiones”.
“Los Centros Ambulatorios de las Comunidades Indígenas no están capacitados para atender casos de contagios, tampoco se cuenta con médicos, ni insumos médicos. Ningún Centro de Salud de las Comunidades cuenta con Ambulancias Fluviales y Terrestres para traslados de pacientes que se requiera trasladar”.
Destacan que “no existe vigilancia sanitaria en las zonas y caños donde se acceden a las comunidades indígenas”, por lo que “la llegada de foráneos de Trinidad y Tobago y guyaneses navegan en nuestros ríos, exportando nuestras fauna y flora, signo visible de que no existe vigilancia en las zonas fronterizas por parte de los entes de seguridad policial”.
En busca de comida
Relata el comunicado que “las comunidades indígenas de zonas rurales no tienen automercados ni lugares donde ir a abastecerse de alimentos. Por ello viajan a canaletes y en sus canoas a las ciudades, para poder conseguir los productos básicos de primera necesidad. Emprendiendo un viaje de hasta 5 días navegando”.
Ante el problema de la cuarentena, no hay transporte, por lo que al llegar a las zonas urbanas “los indígenas caminan por sectores vecinos para realizar trueques con sus artesanías y pescas. Otros caminan 25 kilómetros aproximadamente para poder llegar al centro de la ciudad y comprar sus alimentos”.
Entre las cosas graves que les ocurre es que “el agua que se consume en las comunidades indígenas es directamente del río, esto contaminado por mercurio y cianuro provenientes de las actividades mineras”.
Antes de que apareciera el virus COVID-19 “la situación país ya había estado afectando las condiciones de las comunidades waraos y por eso la migración constante de los indígenas. Estos se han refugiado en Brasil, Guyana y Trinidad y Tobago”.
Califican de lamentable “la situación de los migrantes waraos, ante esta cuarentena”, dicen porque están viviendo “situaciones irregulares y una atención no adecuada, con carencias en los servicios básicos, seguridad Sanitaria y estabilidad alimentaria. Estas situaciones visibilizan la pobreza y la falta de atención que viven las comunidades indígenas waraos”.
Ante ello piden que se “respete la Cosmovisión e Identidad Cultural de nuestras comunidades Warao. Dejen de seguir discriminado, oprimiendo y manipulando a las comunidades”, dicen.
Exhortan a las Direcciones Regionales de Salud, a los entes gubernamentales e instituciones responsables de salud, “atender y abordar las comunidades indígenas, implementar estrategias de prevención, equipar los centros ambulatorios con medicamentos, personal médico y ambulancia que son vitales para nuestras comunidades”.
Piden el control de “las rutas y caños donde los indígenas navegan a la ciudad, con equipo médico para realizar pruebas y diagnóstico ante posibles contagios de indígenas que regresan a sus comunidades”.
Requieren que se les aborde “de manera urgente, con ayudas de servicios básicos, alimentos, medicinas, agua potable, atención médica. En las comunidades indígenas, muchos niños y ancianos están falleciendo de desnutrición”.
Solidaridad internacional
Es necesario la distribución de “pastillas purificadoras o bombas de agua para tratar el agua y así los niños, adolescentes, jóvenes y adultos tengan acceso al agua saludable”.
Recomiendan a las instituciones, organizaciones y grupo de trabajos que acompañan a la comunidad migratoria a ser sensibles, tener espacios de escucha y diálogo con los migrantes Indígenas para en conjunto con ellos dar respuestas a las situaciones que viven y padecen ante esta pandemia.
“Solicitar inmediatamente a los organismos internacionales, a la Corte Interamericana de DDHH, a la ONU, a la Relatoría Indígena y las Instituciones que deseen solidarizarse con nuestra causa. Necesitamos Ayuda Humanitaria Internacional, escucha y abordaje ante estas realidades, nuestros niños fallecen de desnutrición, de enfermedades maláricas, de VIH y Tuberculosis, nuestros ríos se contaminan por la actividad minera, nuestras siembras crecen en ambientes contaminados, las instituciones educativas están piso abajo, los centros hospitalarios no tienen ni comida para ofrecer a los pacientes y otras numerosas y penosas situaciones que vivimos”.
Invitan a los indígenas waraos en Venezuela y los que están fuera del país “que nuestras realidades, carencias, problemas y situaciones son similares: no perdamos las esperanzas, somos un pueblo que ha vivido durante milenarios de años a orillas del río Orinoco, es tiempo de seguir trabajando, sembrando, resistiendo y exigiendo nuestros derechos y deberes”.
Finalizan diciendo que “no es hora de desfallecer, es hora de levantarnos y hacer valer nuestras voces y costumbres. Que nuestros ancestros y el Gran Abuelo Ka Nobo nos oriente y nos acompañe en esta lucha de supervivencia en medio de la pandemia del COVID-19”.
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