Un médico venezolano que enfermó de coronavirus describió el calvario que pasan los pacientes en los hospitales del país

“No hay medicamentos, no hay agua”, contó un profesional que también se contagió y fue internado el miércoles en Maracaibo

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(Gentileza NTN24)

Un médico venezolano enfermo de COVID-19 explicó, en condición de anonimato para la cadena NTN24, el las precarias condiciones en las que vive desde que fue recluido en el hospital Coromoto de Maracaibo, institución del estado de Zulia que no cumple con los requisitos básicos para atender a personas que se infectaron con el coronavirus en un país donde también escasean los medicamentos y los insumos médicos.

El profesional explicó que primero fue ingresado a un depósito del hospital donde se desechan camas y colchones que no se usan y, junto a otro infectado, esperó al menos cuatro horas para ser evaluado por una residente que se encontraba de guardia. “Ella nos evaluó, sin tocarnos. Ni nos auscultó ni nada”, recordó.

Contó que el primer día recibió una dosis de hidroxicloroquina y azitromicina pero luego le dijeron que él mismo tendría que comprar los medicamentos para hacer frente al COVID-19 porque en el hospital escaseaban.

También denunció que los militares que custodian el hospital prohibieron el ingreso de la comida que llevan los familiares de los pacientes. “Por lo tanto no han comido. Nadie ha recibido tratamiento”, señaló, y agregó que en el hospital hay personas contagiadas con COVID-19 que han pasado al menos 10 días con la misma mascarilla que trajeron de sus casas ya que faltan insumos.

“Yo cargo con la misma mascarilla desde que llegué ayer por la mañana y no hay cambio de mascarillas aquí. No hay medicamentos, no hay agua en la institución. Y así estamos en esta condición, sin comida, porque no dejan pasar a los familiares para que traigan y porque tenemos que comer lo que nos dan acá. Pero ni siquiera nos han traido comida el día de hoy hasta esta hora”, concluyó su relato.

Trabajadores de la salud y
Trabajadores de la salud y miembros de la Policía Nacional Bolivariana frente a un hospital de Venezuela el 1 de mayo de 2020 (REUTERS/Manuel Alvarado/File Photo)

Humans Right Watch (HRW) y los Centros de Salud Pública y Derechos Humanos de la Universidad Johns Hopkins presentaron el martes pasado un informe en el que reclaman a la comunidad internacional ayuda humanitaria urgente para que Venezuela pueda hacer frente a la pandemia.

Aunque se han registrado oficialmente 10 muertes por el coronavirus, la ONG sostiene que la cifra real debe ser mucho mayor debido a la escasa disponibilidad de pruebas fiables, la falta de transparencia del régimen de Nicolás Maduro e incluso “la persecución contra profesionales de la salud y periodistas que cuestionan la versión oficial”.

“Estamos ante una situación gravísima. La falta de agua en hospitales ya era un enorme problema para el colapsado sistema de salud venezolano antes de la pandemia. Ahora, los médicos no tienen agua para lavarse las manos, que es una de las medidas básicas para prevenir el contagio”, explicó en una videconferencia José Miguel Vivanco, director para las Américas de HRW.

A su juicio, “las autoridades, fieles a lo que se hace en dictadura, se preocupan más por ocultar cifras y perseguir a quienes denuncian la realidad en el país, incluyendo médicos y periodistas, que en contener la pandemia. Lo cierto es que no sabemos cuántos casos hay en realidad, pero sí sabemos que en el contexto que documentamos, es imposible que sean los 1.000 casos que sostienen las autoridades”.

“La vida de muchos venezolanos depende de que el secretario general de la ONU lidere una respuesta humanitaria urgente y a gran escala y de que las democracias preocupadas por Venezuela prioricen presionar a Nicolás Maduro, el principal responsable, para que permita el acceso de esta respuesta humanitaria”, demandó.

Por su parte, la doctora Katheleen Page, profesora de la facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins, aseguró que “la imposibilidad de Venezuela para hacer frente a la pandemia de la COVID-19 podría provocar que más personas intenten huir del país, lo que desbordaría aún más los sistemas de salud de los países vecinos, poniendo en peligro más ampliamente la salud en la región”.

Con información de EFE

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