Cinco petroleros iraníes que parecen estar llevando gasolina y productos similares valuados en al menos 45,5 millones de dólares navegaban el domingo rumbo a Venezuela, parte de un acuerdo entre las dos naciones sancionadas por Estados Unidos en medio de las crecientes tensiones entre Teherán y Washington.
Los petroleros realizan su viaje después que el dictador Nicolás Maduro recurriera a Irán para conseguir los productos químicos necesarios para una envejecida refinería en medio de una escasez de gasolina, síntoma del caos económico y político más amplio que afecta al que solía ser el mayor productor de petróleo de América Latina.
Para Irán, los buques representan una forma de recolectar dinero para su teocracia chiita y de ejercer presión sobre Estados Unidos, cuyo presidente Donald Trump ha llevado a cabo campañas contra ambas naciones.
Pero la estrategia invita a la posibilidad de una nueva confrontación entre la República Islámica y Estados Unidos, tanto en el Golfo Pérsico, donde ya hubo una serie de incidentes cada vez más frecuentes que involucraron a la industria petrolera el año pasado, como más allá.
“Esto es nuevo para todos”, dijo el capitán Ranjith Raja, un analista que rastrea los envíos de petróleo por mar en la firma de datos Refinitiv. “No hemos visto nada como esto antes”.
Todos los buques involucrados pertenecen a compañías iraníes propiedad del Estado o ligadas a este, que navegan bajo bandera de Irán. Desde que empezó una campaña de presión contra naves iraníes, notablemente con el decomiso temporal realizado por Gibraltar de un barco petrolero iraní el año pasado, las embarcaciones del país no han podido navegar con banderas de otras naciones, una práctica común en los barcos internacionales.
Todos los buques parecen haber sido cargados en la refinería Persian Gulf Star cerca de Bandar Abbas, Irán, que produce gasolina, de acuerdo con Raja. Luego viajaron por la Península Arábiga y a través del Canal de Suez hacia el Mar Mediterráneo, según datos recabados por el Sistema de Identificación Automática de embarcaciones (AIS, por sus siglas en inglés), que hace las veces de baliza de rastreo.
Uno de los petroleros, el Clavel, se dirige a Caracas a partir del 12 de mayo, según aparece en el AIS y de acuerdo con datos del portal de rastreo naval MarineTraffic.com. Dos días después, la nave modificó su destino a “lo que se ordene”, si bien el barco mantiene su ruta, en la cual saldrá del Mar Mediterráneo y navegará rumbo a Venezuela.
Otro petrolero, el Forest, cambió su destino AIS a “S. América según lo que se ordene” el 14 de mayo.
Los otros tres, el Faxon, el Fortune y el Petunia, aparecen en rutas que podrían llevarlos a Venezuela.
Dadas las fuertes sanciones impuestas por Estados Unidos a Irán, el también sancionado Venezuela parece ser el país que no tendría nada qué perder al aceptar los envíos. Raja dijo que Refinitiv no cuenta con datos de ningún envío iraní de gasolina que se haya realizado a Sudamérica antes.
TankerTrackers.com, un portal en línea que se enfoca en comercio de petroleo en el mar, fue el primero en reportar que los buques podrían estar encaminándose a Venezuela.
(Con información de AP/ Jon Gambrell)
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