La tensión entre Venezuela y Brasil se acrecentó en las últimas horas, luego de que el gobierno de Jair Bolsonaro recordara a los diplomáticos chavistas que deben dejar el país antes del próximo sábado y la dictadura de Nicolás Maduro reiterara su negativa a hacerlo.
“El personal diplomático y consular de Venezuela en Brasil no abandonará sus funciones bajo subterfugios ajenos al derecho internacional”, señala un comunicado emitido por la Cancillería chavista y divulgado en las redes sociales por el ministro de Exteriores Jorge Arreaza.
El régimen de Maduro responde de esta manera al recordatorio que Brasil hiciera el miércoles, en el que pedía a los diplomáticos chavistas dejar el país antes del sábado, según se acordó el pasado mes de marzo.
La dictadura venezolana sostiene que las negociaciones previas mencionadas “nunca han sido celebradas”, por lo que considera la medida de Brasilia como “presiones indebidas” que pretenden “forzar la salida intempestiva del personal diplomático y consular venezolano” del país vecino.
Es “una maniobra que persigue provocar el cierre técnico de las oficinas consulares de Venezuela en dicho país, luego de haber abandonado a sus propios compatriotas con el retiro unilateral del personal diplomático y consular de Brasil en Venezuela”, continúa el escrito.
El régimen de Maduro señaló que en ningún momento ha negociado con Brasil los procedimientos para declarar “la inadmisibilidad de los agentes diplomáticos y consulares, así como el régimen derivado de la administración de las sedes consulares y la custodia de los bienes y archivos”.
Además, la dictadura criticó la gestión de Brasil frente al coronavirus y acusó a las autoridades brasileñas de “desatender” a la comunidad venezolana que está en el país: “No conforme con las graves consecuencias que gracias a actitudes negacionistas sufre el pueblo brasileño al haberse trasladado a ese país el epicentro de la pandemia del COVID-19 en América Latina, el gobierno del señor Jair Bolsonaro pretende ahora sumar la desatención de la comunidad venezolana en Brasil”.
En contraste, la Cancillería brasileña indicó el miércoles que “según tratativas anteriores”, realizadas en marzo pasado y mediante las cuales ambos Gobiernos comenzaron a retirar a su personal diplomático, los funcionarios venezolanos deberán abandonar el país antes del 2 de mayo, dijeron a la agencia EFE fuentes diplomáticas.
La medida afecta a un total de 34 diplomáticos que hasta ahora ocupaban diversos cargos en la Embajada venezolana en Brasilia y en los seis consulados que el país caribeño tiene en Brasil.
Del mismo modo, el Gobierno de Bolsonaro ha retirado gradualmente de Venezuela a todos sus diplomáticos de ese país, aunque ha aclarado que el personal local de la embajada y los consulados seguirá atendiendo a la comunidad brasileña.
El Gobierno de Bolsonaro, uno de los más fuertes críticos de Maduro, reconoce como presidente legítimo e interino de Venezuela al líder opositor Juan Guaidó desde inicios del año pasado.
Las relaciones entre ambos países, sin embargo, comenzaron a tensarse en 2017, cuando el entonces presidente brasileño Michel Temer impulsó la suspensión de Venezuela del Mercosur.
Las fricciones fueron mayores desde el 1 de enero de 2019, cuando asumió el poder Bolsonaro, quien al igual que cerca de 60 países del mundo dejó de reconocer a Maduro como presidente venezolano y apoyó la proclamación de Guaidó como gobernante.
Bolsonaro también ha reconocido a la venezolana María Teresa Belandria como legítima embajadora de ese país en Brasil.
Brasil es desde hace unos dos años el destino de decenas de miles de venezolanos que escapan de la crisis económica, política y social de su país. Según cálculos oficiales, desde 2018 más de 70.000 venezolanos se han instalado en Brasil, cuyo Gobierno mantiene amplios programas de apoyo junto con organizaciones humanitarias y agencias de la ONU, sobre todo en el estado de Roraima, fronterizo con Venezuela.
Con información de EFE
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