La organización Venezuela Foundation denunció a China por la propagación del coronavirus

El grupo que nuclea a ciudadanos independientes pidió unidad continental para enfrentar el brote e instó a dejar de importar productos chinos

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El presidente de China, Xi
El presidente de China, Xi Jinping, con un equipo médico durante su visita a pacientes de coronavirus en Wuhan, el 10 de marzo pasado (Reuters)

“El régimen comunista y terrorista chino es definitivamente enemigo de la humanidad, no se puede confiar en ellos”, afirman en un comunicado Vicente González y Oscar Ganem, directores de Venezuela Foundation, una organización de que nuclea venezolanos independientes en los Estados Unidos.

La organización denunció la propagación intencional de la enfermedad: “El virus chino no se propagó por el inmenso territorio chino, sino por Europa y Estados Unidos, con la mayor mala intención, malicia y ventaja”.

“EEUU siempre se caracterizó por negociar con el resto del mundo con la mayor buena fe posible, por eso nunca imaginamos, una ambición excesiva de los comunistas chinos que casi destruiría a la humanidad.”, afirman el el texto difundido a la prensa.

Por esta razón, invitan a los ciudadanos norteamericanos pero también a los residentes, entre ellos a los venezolanos “a cerrar filas con la actual Administración y con el Presidente Donald Trump para recuperar y volver a hacer grande a los EEUU en unión con los países de América Latina”.

Donald Trump encabeza ruedas de
Donald Trump encabeza ruedas de prensa diarias en la Casa Blanca con su equipo de elite para enfrentar la pandemia.

Para Venezuela Foundation una buena acción de respuesta es la de “no comprar un alfiler de la China comunista”. “Con humildad y mucho coraje tenemos que admitir que nos jodieron, hicieron un movimiento magistral de Jaque Mate que nadie imaginó”, afirman en el comunicado.

El régimen ha sido sombrío en sus informes sobre el virus basado en Wuhan desde un principio. China no sólo mintió sobre el brote, sino que “desapareció” a los médicos y otros expertos en salud que trabajaban en él y alertaron al mundo de lo que sabían.

Las denuncias contra el régimen comenzaron a enfurecer a la población, luego de que se conocieran detalles de cómo fue que el Partido Comunista Chino maniató a los médicos que habían advertido sobre el peligroso brote que les recordaba al del SARS que impactó en el mismo país en 2002. El punto más alto de la indignación nació cuando se conoció la muerte del médico Li Wenliang quien había mandado un aviso por chat a sus colegas el 30 de diciembre pasado y pocos días después la policía le hizo firmar un compromiso de que dejaría de “hacer comentarios que perturbaban el orden público”. El 6 de febrero, finalmente, murió infectado por el COVID-19.

Vigilia en Hong Kong en
Vigilia en Hong Kong en honor a Li Wenliang, el 7 de febrero de 2020 (Reuters)

“La gente en China ha vivido bajo censura por parte del gobierno desde hace muchos años, pero ahora muchas personas están cuestionando cómo la censura pudo haber retrasado acción efectiva al brote de virus y haber puesto muchas vidas en riesgo”, señaló una campaña reciente de Amnistía Internacional.

La desconfianza no responde solo a la actitud del Partido Comunista Chino ante la epidemia. Las autoridades tienen un largo historial de mentiras y de supresión de la información sobre desastres industriales y naturales, productos tóxicos y crisis de salud.

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