Es brutal la diferencia entre la educación que reciben niños en la zona rural y los que tienen acceso a internet en Venezuela

Guardar
(Reuters)
(Reuters)

La cuarentena obligatoria que se cumple en Venezuela a causa del coronavirus ha hecho surgir, como un monstruo gigantesco, la vulnerabilidad del sistema de educación, no solo en lo que a infraestructura se refiere, también a las graves deficiencias para poder cumplir con clases a través de plataformas como Internet o Whatsapp. A los bajos salarios, se suma la baja calidad del internet y lo caótico del sistema eléctrico. Pero si eso es un problema en las zonas urbanas, llega a ser una tragedia en las escuelas rurales.

El director de una escuela rural del Zulia dice que “donde yo trabajo el porcentaje de atención es nulo hasta el momento”. Apenas ha logrado contactar al 70% de los estudiantes. “Los representantes de mi escuela son muy colaboradores y me han ayudado, porque estoy durmiendo en el plantel, pues no hay gasolina y no puedo estarme desplazando”.

Le pregunto si el sistema de clases a través de los canales de televisión es efectivo. “No, porque apenas el 22 de los niños tienen televisión. Y los que tienen me han dicho que las actividades las pasan muy rápido y no les da tiempo de copiar. Además, piden muchas cosas a la vez”.

Explica que en grupo circuital de San Francisco donde está, hay siete escuelas. “En una de las escuelas apenas están atendiendo a 26% de los alumnos. En las otras seis aumenta el porcentaje, entre otras cosas, porque están dando comida y aprovechan de tener contacto con los representantes y les hacen llegar las clases para que los niños las hagan en el hogar”.

Uno de los problemas de la educación rural es que muchos docentes tampoco tienen teléfonos inteligentes, ni internet, muchas veces ni siquiera tienen comida. Quienes estamos asumiendo esto somos los directores y algunos docentes que viven cerca de las escuelas”.

Muchos padres están preocupados. El director explica que la logística del gobierno es mentira. “No hay internet, la población estudiantil no tiene operativas las Canaimas (mini computadoras) o sencillamente no tienen. Los directores comprometidos con la revolución están pasando fotos de casos puntuales de aquellos niños que sí tienen acceso a la tecnología, que son los de la ciudad, porque gozan del internet o sus padres pueden costear el pago de sus teléfonos”.

El problema de la electricidad es muy grave. El jueves, por ejemplo, estuvimos todo el día sin luz, pero los apagones son cada media hora”.

Los padres de los estudiantes
Los padres de los estudiantes copian los deberes dejados por los profesores fuera de una escuela cerrada durante la cuarentena nacional por el brote de la enfermedad coronavirus (COVID-19) en El Pao, Venezuela, el 1 de abril de 2020. Foto tomada el 1 de abril de 2020

A su juicio las exigencias del Ministerio de Educación “rayan en lo ridículo, pasan las planificaciones ya elaboradas sin darle oportunidad al docente de adaptarlas. Me imagino que es por la falacia del gobierno de las clases a distancia”.

Han tratado de ingeniárselas para dar una respuesta aceptable al Ministerio de Educación. “Les hacemos llegar a los padres sugerencias puntuales lecto-escritura y copias, se están utilizando las “líderes de calle" para que ellas lleguen a los hogares de los niños y lleven la información”.

Sin luz y sin internet

Los bajos sueldos que ganan los docentes en Venezuela han convertido a algunos de ellos en casi héroes que trabajan por amor a la profesión. Recientemente el ministro de Educación, Aristóbulo Istúriz, quien alguna vez, hace muchos años, fue un líder gremial defensor a ultranza del derecho de los docentes, les asignó un bono para el disfrute de la Semana Santa de 4 mil 750 bolívares (unos 0,040 céntimo de dólar), con lo que no alcanza para comprarse ni un caramelo.

La periodista y educadora de Comunicación Social, Lorena Arraiz dijo que un docente instructor a tiempo completo en la Universidad de Los Andes gana menos de 7 dólares al mes.

Una joven nos explica que “la maestra puso hacer un trabajo de coronavirus que se responde por el correo. Eso fue cuando no se sabía que esta cuarentena iba a ser tan larga. Siguieron los trabajos que si Mi proyecto familia, Proyecto de la comunidad, unas cosas de matemática. Cada día desarrollamos eso en la casa y en el cuaderno, que obviamente la maestra no revisa porque revisar las fotos de 40 cuadernos es como mucho. El problema principal es la falla de electricidad”.

Mariela Valderrama es maestra en una escuela de la zona rural en el estado Lara. “Nosotros debimos haber comenzado en marzo el nuevo trimestre, pero esto se ha ido extendiendo, porque no hay internet ni luz, por lo que resulta bien complicado dar educación vía on line”.

La Zona Educativa del estado no les ha informado cómo harán con los niños que no tienen internet. “Se nos informó extraoficialmente que los alcaldes junto con la Defensoría Educativa le van a sacar copias a las actividades para entregarlas personalmente en sus casas a los niños que no tienen acceso a internet”.

Considera absurdo que “el Gobierno está pidiendo que semanalmente se presente la planificación y pruebas, con fotos y videos, de los niños haciendo exposiciones en su casa”.

Un niño hace sus deberes
Un niño hace sus deberes después del cierre de las escuelas durante la cuarentena nacional por el brote de la enfermedad coronavirus (COVID-19) en San Cristóbal, Venezuela, el 20 de marzo de 2020. (Reuters)

“No hay manera de resolver los casos de los niños que no tienen internet ni whatsapp y cuyos padres o representantes no tienen idea de cómo resolver una operación matemática, por ejemplo. Y a eso se suma que muchos profesores no tienen internet en casa y tampoco teléfonos inteligentes”.

Para Valderrama uno de los problemas que ha observado en los deberes resueltos que envían los niños es que un número muy alto es evidente que son realizados por los adultos, es decir que las tareas se las hacen mamá o papa”.

“Hacemos el trabajo lo mejor que se puede, pero son muchas las dificultades. Si un docente de primaria gana más o menos 10 dólares al mes, pues apenas estamos sobreviviendo”.

Solo on line

Desde el 7 de abril 2020, el ministro de Educación Aristóbulo Istúriz dijo que ya no habría más clases presenciales por el resto del año, con el argumento de la cuarentena por el Covid-19. “Tenemos que hacer uso de aquellas estrategias pedagógicas de aprendizaje a distancia”, dijo sin mencionar cómo hacerlo con las graves fallas de internet y electricidad.

El Jefe de Gobierno del Distrito Capital, Darío Vivas, informó que el tercer lapso se realizará con una metodología a distancia y que serán los jefes de calle de los consejos comunales los que comunicarán el plan educativo en las escuelas, a la vez que aseguró que están estudiando el sistema de evaluación para el programa Cada Familia Una Escuela.

Según él se utilizarán la radio, televisión y redes sociales, para continuar con el aprendizaje en los niños.

El periodo escolar en Venezuela empieza en septiembre y concluye en julio del año siguiente, de manera que casi todas las escuelas habían terminado el segundo lapso cuando arranco la cuarentena por el coronavirus. “Según la Ley de Educación, en su reglamento, establece que eso es más que suficiente para que un alumno apruebe el año escolar”.

Ante ello, la directora de un Colegio dice a Infobae, deberían pasar dos cosas: “Aprobar a todos los niños al grado inmediato superior y sumarle otro año al bachillerato o secundaria, para recuperar este año, porque no los puedes aplazar ya que la misma Ley dice que es el Estado quien debe garantizar la educación gratuita y de calidad para el niño y brindar las herramientas educativas, que evidentemente en este momento no se está haciendo”.

“Un niño no puede ser aplazado en estas circunstancias, porque no es culpa del escolar lo que está sucediendo. Según la Ley Orgánica de Protección el Niño y el Adolescente, priva el interés superior en el niño”.

Los testimonios

“Tengo unos ahijados de la Iglesia y los ayude hace días para hacer la tarea. Ellos son del colegio Fe y Alegría y la modalidad es subirlas al Facebook”, nos dice Edhuar Gascue.

Marino Azcárate, de la Universidad Bicentenaria de Aragua (UBA) dice que “la cuarentena para nada afectó nuestras actividades académicas. Desde 2010 la UBA montó su plataforma y, desde entonces, ha venido funcionando bajo la modalidad semi presencial, con la tendencia, cada día en ascenso, hacia la virtualidad total, que hemos asumido, íntegramente, desde el inicio de la cuarentena”, dice, a la vez que agrega que han culminado sin problema alguno el trimestre que concluyó en abril y actualmente están inscribiendo para el nuevo trimestre.

Mireya de González es una docente jubilada para quien “es duro pensar como están haciendo nuestros niños y docentes que no tienen ese recurso del internet. Mis nietos del primer y cuarto grado hacen actividades con el material escolar y los envían por Internet. Igual la que está en el liceo, que hasta trabajos en equipo han hecho”.

El profesor de Derecho Constitucional y Sociología del Derecho en la Universidad Gran Mariscal de Ayacucho (UGMA), Francisco Abad, comenta que “en mi caso tengo 4 secciones, dos de Sociología y dos de Constitucional. Las cuatro tienen grupos WhatsApp, por esa vía les envío información, audios que grabo e interactuamos ellos preguntan y yo les respondo. Tratamos de respetar las horas de clases, para tener un poco de disciplina, pero le confieso que ha sido difícil, algunos estudiantes lamentablemente no tienen buenos teléfonos ni buena señal de internet y eso complica la interacción y hace muy difícil para ellos avanzar. Por el Classrom les programo las evaluaciones y ellos las responden”.

El profesor universitario Niuman Páez explica que el recurso que usan para que los chicos cumplan con las actividades escolares es “el WhatsApp y a duras penas correo. El internet es bastante precario. No es comparable el proceso a nivel de educación básica o media con universitaria”.

“Es de destacar que educación virtual y educación a distancia no es lo mismo, a distancia es la Universidad Nacional Abierta cuya virtualidad no se descarta como complemento al proceso, pero no puede sustituir los inherentes a la formación de un docente por ejemplo”.

El profesor Efren Barazarte, docente en la UPEL Maracay refleja una dura realidad. “La mayoría del personal docente y los estudiantes no tenemos acceso a internet y a pesar que dejamos las evaluaciones adelantadas, no están dadas las condiciones para culminar de forma virtual”.

Una periodista explica que “mi hija estudia quinto y mi hijo segundo grado. Los dos profesores envían tareas por el grupo del grado. Hacen la planificación semanal y cada día se realiza una actividad. Mi tía es quien me ayuda durante el día con eso porque la señora de tareas dirigidas no está trabajando. Hay que grabar videos o tomar fotos y pasárselos a los docentes”.

Guardar