Venezuela tiene desde este sábado más recuperados que enfermos por el COVID-19, luego de que 93 personas del total de 175 contagiados dieran negativo en la prueba de infección por el coronavirus y no presentaran síntomas en los últimos días, aseguró el ministro de Comunicación chavista, Jorge Rodríguez. La eficiencia venezolana causa sorpresa, más si se tiene en cuenta las denuncias de la oposición sobre la falta de transparencia sobre el tratamiento del brote.
“En las ultimas 24 horas no se han reportado nuevos casos de infección por COVID-19 (...) se cruzaron las curvas, primera vez que tenemos más personas recuperadas que casos positivos”, dijo Rodríguez en el acostumbrado reporte diario que presenta el Gobierno de Nicolás Maduro desde el palacio presidencial de Miraflores.
El chavista explicó el caso único en el mundo, y dijo que el 53,1 % de todos los pacientes ya están “completamente recuperados” por lo que del total de 175 casos que han sido confirmados como positivos solo 82 pueden hoy contagiar a otros.
Esta semana, el régimen ha reportado una ralentización en los nuevos contagios por COVID-19, con cuatro casos el viernes y al menos dos días en los que solo se sumó un paciente más al total, uno de los más bajos del mundo. El ministro remarcó la “muy buena noticia” de que en las últimas 24 horas nueve personas se sumaron al total de recuperados hasta llegar a 93.
“Eso no quiere decir que la batalla ha terminado (...) que ya hemos logrado ganar la batalla final”, advirtió Rodríguez al considerar que Venezuela está ahora “en un momento de mayor fragilidad” por lo que deben mantenerse las medidas para evitar la propagación de la enfermedad. “Si dejamos de cumplir alguno de los instrumentos con los que hemos logrado controlar la curva (...) nos veremos en presencia de situaciones graves”, insistió.
En este sentido, reiteró el llamamiento para que los ciudadanos mantengan la cuarentena nacional que ya lleva 26 días, por la que fueron suspendidas las actividades escolares o las laborales no esenciales. Dijo que los próximos días serán “cruciales” en la contención de la pandemia, que ha dejado más de 100.000 muertos en el mundo, por lo que pidió a los venezolanos seguir usando mascarillas, mantener el distanciamiento social y lavarse las manos frecuentemente para evitar rebrotes del COVID-19.
El chavista precisó que hasta ahora se han realizado 181.335 pruebas para detectar casos de infección por coronavirus, lo que, aseguró, pone a Venezuela en el primer lugar de América Latina con más estudios de este tipo aplicados, unos 6.000 por cada millón de habitantes. Otra vez, la información causa sorpresa ya que por ejemplo, en Francia se realizaron muy pocos más, alrededor de 200.000 y allí hay cerca de 14.000 fallecidos.
“Este es el momento de aguantar un poco más, tenemos cosas de qué enorgullecernos (...) hemos protagonizado la operación de cuidado de salud más grande que haya conocido la historia de Venezuela y ya se están viendo los resultados”, añadió.
Desde que llegó el brote a Venezuela, la oposición ha denunciado al régimen por ocultar la verdadera información. EL presidente interino Jun Guaidó acusó en varias oportunidades a Maduro por manipular la cifra de contagios por coronavirus y advirtió que Venezuela está al borde “de una catástrofe”.
La ONU, en línea con las denuncias contra el régimen, reveló que en Venezuela hay insuficiente disponibilidad de camas y personal en salas de cuidados intermedios e intensivos, y escasez de equipos de protección para el personal de salud, equipos biomédicos, medicamentos e insumos.
Además, reveló que algunos venezolanos enfrentan “dificultades para acceder a los servicios del sistema de salud por la poca cobertura de las flotas de transporte; falta de combustible y falta de recursos económicos”.
Y advirtió sobre la alta vulnerabilidad económica no permite que se cumpla con la cuarentena: población de sectores populares debe salir a trabajar para generar ingresos que les permitan cubrir necesidades básicas como alimentación.
Naciones Unidas también alertó que la población minera de Bolívar y Amazonas requiere atención especial, “ya que es una zona endémica de malaria y dengue, donde podría facilitarse la rápida propagación de la COVID-19”.
Así, el análisis de la ONU es drásticamente opuesto al mensaje optimista del chavismo
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