“Está en plena discusión en Miraflores la cabeza de Nicolás Maduro. O negocia su salida, o lo van a negociar a él”. Así de contundente fue el embajador del gobierno interino de Juan Guaidó en Estados Unidos, Carlos Vecchio, respecto al futuro del dictador venezolano, luego de que la administración de Donald Trump aumentara la presión sobre el régimen chavista. “Esto va en serio. Va a haber una transición en Venezuela”, aseguró el diplomático, en diálogo con Infobae, desde Washington.
Los últimos anuncios del gobierno norteamericano provocaron un fuerte sacudón en el seno de la dictadura. Primero con la acusación del Departamento de Justicia contra Maduro y la cúpula chavista por narcoterrorismo y el ofrecimiento de una millonaria recompensa a quien aporte información para su arresto; y luego con la confirmación del mayor despliegue militar antidrogas en la región, donde la Armada de Estados Unidos movilizó buques y aviones cerca de las costas venezolanas. ”Esta operación militar, conjuntamente con otros 22 países, busca parar con todo lo que significa el tráfico de drogas en la región".
Sin embargo, Washington aclaró que está dispuesto a dar concesiones, siempre y cuando el final sea con Maduro fuera del poder. Por ahora, el reloj sigue corriendo para el dictador. “Tic tac”, dijo Guaidó, luego de que el líder chavista lo amenazara en cadena nacional con que la justicia le llegará al presidente del Parlamento en el marco de la operación “tun tun”. Pero esa negociación debe ser “ya”, advirtió Vecchio. “Estoy convencido de que está hoy en plena discusión en Miraflores la cabeza de Maduro y está también en todo el círculo íntimo, en otros actores civiles, y también en algunos actores militares", indicó el embajador, quien consideró que el dictador por estas horas “no confía ni en su propia sombra”.
En este contexto, y ante la necesidad de conformar un gobierno de transición que lleve a elecciones libres y transparentes, Vecchio destacó la gira que realizó Guaidó por Europa y Estados Unidos a principio de año, donde consiguió “un apoyo y una cooperación internacional de financiamiento que nos permita atender las dos emergencias que nosotros estamos enfrentando en este momento”. En esa línea, durante la entrevista el embajador también se refirió a la situación del país ante la lucha por contener la propagación del coronavirus.
-Mientras Maduro asegura que la gestión del régimen ante la pandemia es ejemplar, el presidente interino Guaidó ha denunciado falta de transparencia en la información y cada vez son más las denuncias por la precaria situación de los hospitales. ¿Cuál es la situación real del coronavirus en Venezuela?
-Lo primero que hay que decir es que a nosotros nos tocó esta pandemia frente a otra emergencia. Nosotros estamos enfrentando dos virus: uno, lo que ha causado el régimen de Nicolás Maduro; segundo, la pandemia como tal. Frente a esa pandemia Maduro ha continuado en su misma forma y estilo, censurando a los medios de comunicación, manipulando la información, mintiendo y, por supuesto, persiguiendo a quienes de alguna manera tratan de informar sobre el virus. No sólo contra dirigentes políticos, sino también contra periodistas, doctores, enfermeros, pero también contra los venezolanos que protestan por tener acceso a la salud. Anunciaron un total de casos que no superan los 170, aproximadamente, pero el número de tests que se están haciendo diariamente es muy bajo, cerca de 140, cuando por ejemplo Colombia hace cuatro mil diarios. Entonces sin dudas las cifras que se están manejando no reflejan la realidad y mientras tú tengas una dictadura de ese nivel va a ser imposible determinar el efecto completo que tiene dentro de nuestra población. Por eso nosotros creemos que organizaciones internacionales de la salud, como por ejemplo la Oficina Panamericana para la Salud, y otros organismos, tienen que asumir el control de la información porque al final del día se trata de la salud pública de los venezolanos.
-Desde hace años el sector sanitario en Venezuela atraviesa una profunda crisis. ¿En qué condiciones se encuentran los hospitales ante el coronavirus, y cómo le afecta a los trabajadores de la salud la falta de combustible que hay desde hace semanas?
-De acuerdo al ránking que se ha hecho de salud y hospitales de la Universidad Johns Hopkins, nosotros estamos entre el peor de la región. Información que nosotros tomamos de nuestros expertos, más de la mitad de los médicos y enfermeras no tienen los equipos necesarios para enfrentar la pandemia. Es decir, no tienen las máscaras, los guantes, cerca del 80% no cuenta con agua potable. Uno le dice a la gente que se lave las manos, pero los médicos no pueden, están en riesgo. El número de camas no es suficiente, por lo que creo que el sistema de salud está en las peores condiciones, pero comenzó no con esta pandemia, sino mucho tiempo atrás. La falta de combustible está afectando a los doctores, a las enfermeras, porque no pueden llegar al hospital. Todo eso es un elemento adicional, que está complicando al sistema de salud, y eso tiene otro impacto en la vida económica y social de Venezuela. Las personas en Venezuela viven del día a día, entonces no pueden quedarse en su casa porque no tienen los ahorros, no tienen suficiente comida, y tienen que salir a ganarse la vida o a sobrevivir. O mueren por la pandemia, o mueren por falta de comida. Este es uno de los aspectos más delicados porque nosotros pudiéramos estar en escasas horas, días, en medio de una explosión social porque toda esta pandemia, a la cual se le une esta crisis que estoy mencionando, sencillamente es una bomba de tiempo.
-¿Considera que el coronavirus está dejando aún más al descubierto la crisis humanitaria que ha venido negando el chavismo durante años?
-Lo está poniendo mucho más en evidencia. Ese deterioro no comenzó hace una semana, sino que es el acumulado de 20 años. En el caso del combustible, por poner un ejemplo. Este es el país con la reserva de petróleo más grande del mundo, con cinco refinerías dentro de nuestro país, con la capacidad de procesar 1.3 millones de barriles diarios. Hoy estamos sin gasolina, y estamos obligados a importar. El otro aspecto que considero relevante mencionar es que nosotros hemos estado en cuarentena durante 14 años. Eso ha sido la cuarentena antidemocrática, por decirlo de alguna manera. Nosotros hemos tenido que estar conectados virtualmente desde 2014 con los activistas de nuestro partido. Hemos visto también que los vuelos internacionales en Venezuela se redujeron desde el año 2014 para acá. Por ejemplo, la deserción escolar inmensa porque los niños por falta de comida no pueden ir al colegio, o simplemente porque los maestros se iban y no aguantaban. O este aislamiento de más de cinco millones de venezolanos fuera del país. Hoy el mundo lo entiende. Por eso decimos que no es válido atender solo la pandemia, y luego dejar el tema político contra el régimen de Maduro. Tenemos que atacar estas dos emergencias. Por eso el presidente interino ha dicho que para poder atender, y evitar esa explosión social, tiene que aplicar un plan de emergencia. Y para poder aplicar ese plan de emergencia necesitamos un gobierno de emergencia nacional, integrado de manera plural.
-¿En qué consiste este plan de emergencia que propuso el presidente Guaidó?
-El plan de emergencia consiste en aumentar la ayuda humanitaria, sobre todo en el aspecto de salud. Asistencia a nuestros médicos, doctores, y todo el equipamiento médico, para atender la pandemia. Esto implica también apoyo a los hospitales. Necesitamos también el apoyo para comenzar a darle unas transferencias económicas a los venezolanos, mientras superamos la pandemia y reactivamos nuestro aparato económico. Para poder lograr eso necesitamos el financiamiento internacional, y particularmente de organizaciones multilaterales como el Banco Interamericano, como el Fondo Monetario, y la única forma de que eso llegue es que exista una transición hacia la democracia. Ese plan de emergencia por supuesto atiende también a los servicios públicos, principalmente de electricidad y agua. Inmediatamente que nosotros presentamos este plan, y la conformación de ese gobierno de emergencia nacional, Estados Unidos presenta su propuesta, que va en la misma dirección. Reconoce la necesidad de una transición democrática en Venezuela para poder atender la emergencia. Yo destaco del proyecto de Estados Unidos que establece por primera vez el mecanismo claro para el levantamiento de las sanciones. Estados Unidos pone claramente cómo levantarlas, pone la pelota, por decirlo de alguna manera, del lado de Nicolás Maduro. Además porque es falso que las sanciones impiden la ayuda humanitaria. El día de ayer llegaron 90 toneladas de apoyo médico y humanitario a Venezuela, apoyado por Estados Unidos, terceros países, y organizaciones internacionales. Las sanciones tienen un mecanismos de excepción porque nosotros cuidamos para que así fuera para que pudiera llegar la ayuda humanitaria sin tener ningún tipo de problema. Yo he preguntado aquí en Estados Unidos si Nicolás Maduro ha utilizado el estado de excepción para comprar medicinas en los últimos dos años. No, no ha hecho ninguna solicitud. Hace menos de tres semanas pagó aquí en Estados Unidos 16 millones de dólares a una firma de lobistas para que lo apoyaran. Entonces tienes para pagarle a lobistas, pero no para solicitar medicinas. Ahí es donde vemos que Nicolás Maduro quiere aprovechar esta situación para decir que el culpable es Estados Unidos, cuando el culpable es él. Las sanciones son consecuencia de acciones que ha tomado Maduro, y si Maduro las quiere levantar, ahí está la propuesta.
-¿Este plan contempla la posibilidad de un Maduro candidato en las futuras elecciones?
-Cuando ya tienes una persona que ha sido acusada directamente de narcotraficante, y que está vinculada con el terrorismo, con grupos terroristas como el ELN, disidentes de las FARC, cuando ya tiene una recompensa de 15 millones de dólares, sencillamente es una persona que tiene que facilitar una transición, cerrar la puerta e irse y abrir las puertas de la democracia. No hay otra salida, es la salida de Maduro definitivamente del poder. Es la única forma de nosotros poder conducir una transición estable para atender la emergencia. Así que esa opción no cabe.
-¿Qué impacto tuvo la acusación del Departamento de Justicia contra Maduro por narcoterrorismo?
-Lo que yo destaco acá es que lo de Estados Unidos es una actuación de una rama de la Justicia norteamericana, con jueces y con evidencias. Un fiscal acá, como William Barr, quien presentó la acusación, con unos fiscales tanto de Nueva York como de Miami, son personas que trabajan independientemente. Y cuando deciden dar un paso, y acusar a alguien es porque tiene las pruebas, las evidencias. Y como lo expresó el fiscal, algo que se ha venido trabajando desde hace más de diez años, con pruebas y evidencias. Funcionarios de la DEA tienen grabaciones donde los sobrinos de Cilia Flores, esposa de Nicolás Maduro, fueron grabados diciendo que se estaba utilizando la rampa presidencial en Caracas para traer droga a los Estados Unidos. Hay información de las vinculaciones directas de Nicolás Maduro con el ELN, con disidentes de las FARC, que permitieron su presencia en Venezuela, para desde allí traficar droga. Es decir, aquí se está presentando un caso judicial criminal con evidencias, y la justicia está actuando independientemente. Por eso decíamos que era mucho más complejo enfrentar esta dictadura, no es una dictadura clásica. Es como si estuviera Pablo Escobar en el poder. Para enfrentar un conglomerado de ese nivel no se puede hacer solo con declaraciones o resoluciones, sino que necesita acciones como esta que se acaba de decir o la que se anunció de la operación militar contra el narcotráfico en la región, porque es la única forma de cortar el financiamiento que tienen estos grupos.
-Desde que EEUU ofreció la recompensa de 15 millones de dólares por información que conduzca a la detención de Maduro, ¿han recibido llamados, datos o han visto un mayor movimiento del entorno de Maduro para cooperar y despegarse del dictador?
-El mensaje es muy claro tanto para Maduro como para su entorno íntimo, y para aquellos actores que hoy están apoyando a la dictadura. Esto va en serio. Va a haber una transición en Venezuela. Y yo creo que el mensaje a Maduro es: o él negocia su salida, u otros la van a negociar por él. Porque entienden que hoy Maduro es tóxico, que no representa ninguna opción, que no es capaz de solventar ningún problema de los venezolanos. Cuanto tú tienes eso, y ves todas las acciones decididas del mundo internacional, cuando ves la dimensión de la crisis internamente, parte de ese grupo íntimo, parte de esos actores, incluyendo militares, entienden que el problema es Maduro, que el obstáculo es Maduro y su sistema, y que por lo tanto hay que salir de él. Así que yo creo que esa discusión se está dando, de cómo salir de Maduro. Indudablemente toda esta presión que hemos construido ha ayudado para generar las condiciones. Hoy están dadas todas las condiciones para que se pueda dar una transición en Venezuela. ¿Que ya está lista? No. ¿Que no hay que hacer más nada? No. Todo lo contrario. Ahora es cuando más hay que redoblar los esfuerzos para que eso llegue. Yo sí creo que todo lo que ha ocurrido está facilitando que parte de ese grupo íntimo, de esos actores, hoy comiencen a hablar de la necesidad de una transición.
-¿Entonces hoy Maduro debe temer más a los propios que al despliegue militar de EEUU?
-Hoy Maduro no confía ni en su sombra, y no está tranquilo dentro de Venezuela. Él lo sabe. Porque él sabe que personas que tiene al lado lo van a negociar o lo van a entregar. Y él tiene que decidir si se deja llevar por ese camino y ve la oportunidad de facilitar este proceso, dar un paso al frente, y directamente negociar su salida.
-El anuncio de Trump sobre el despliegue militar cerca de las costas venezolanas generó un impacto muy fuerte. El presidente de Estados Unidos incluso apuntó directamente contra Maduro, Cabello y el cártel de los Soles. ¿Qué hay que esperar de ese despliegue militar, cuáles son sus alcances, objetivos?
-Es un objetivo militar para el ataque contra el terrorismo. Yo comparto lo que decía el presidente Trump. Mientras ocurre esta pandemia, y particularmente en nuestro caso cuando ha habido una caída profunda de los precios del petróleo, que el precio casi está al costo, o incluso un poco menos, la dictadura tiene que buscar ingresos de otra parte y lo más fácil es su ingreso ilícito a través de la droga o el oro. Y se aprovechan de esas circunstancias para explotar eso. Creo que esta operación militar, conjuntamente con otros 22 países, busca parar con todo lo que significa el tráfico de drogas en la región. Eso es fundamental. Entendiendo que el régimen de Maduro no sólo afecta a los venezolanos, sino que está afectando la estabilidad política de toda la región, incluyendo los Estados Unidos. Y al ser una amenaza para toda la región requiere una actuación conjunta. En este caso 22 países luchando contra el narcotráfico. El objetivo es cerrar las fuentes de financiamiento que están teniendo todos estos grupos irregulares en la región a través de la droga. Pero en el caso de Maduro es mucho peor, porque él controla un territorio que tiene las mayores reservas de petróleo, tiene minerales de los más importantes del mundo. Por eso yo siempre he insistido en que el caso de Nicolás Maduro es mucho peor que el de Noriega. Por eso es fundamental este tipo de acciones, que frenen a una dictadura de este nivel, que hemos dicho no es una dictaduras clásica, sino un conglomerado criminal. (28.17)
-En los últimos días Guaidó anunció la conformación de una comisión que se encargará de los nexos con la DEA y otras agencias internacionales. ¿Esta medida permite que, en caso de que sea necesario, agentes de la DEA ingresen a Venezuela para detener a Maduro y a los acusados de narcoterrorismo?
-Nosotros hemos tenido conversaciones con todas las agencias acá, incluyendo la DEA. Estamos procurando generar toda la cooperación y firmar los convenios necesarios para que podamos apoyar la lucha contra el narcotráfico, y por supuesto confrontar a un régimen que está vinculado al narcotráfico. Los próximos pasos por supuesto no los vamos a decir, lo que sí te puedo decir es que estamos trabajando muy directamente con todas las agencias, incluyendo la DEA, y queremos darle toda la colaboración que sea necesaria para nosotros acabar con un régimen que está vinculado al narcotráfico y al terrorismo.
-El secretario de Estado norteamericano Mike Pompeo declaró en los últimos días que Maduro debe irse “ya”. Fue enfático en ese mensaje. ¿Estamos ante las últimas horas de Maduro en el poder? ¿Y por qué cree que no negocia?
-Esta misión de buscar la transición, que nos han acompañado todos los aliados, yo destaco la gira que hizo el presidente interino Juan Guaidó a nivel mundial y que terminó acá. Debo también confirmar y ratificar el compromiso de los Estados Unidos y del presidente Trump. Nosotros estuvimos más de una hora con él, en la oficina Oval, discutiendo todos los detalles de lo que ocurre en Venezuela, y las opciones que teníamos. El presidente Trump está comprometido con Venezuela, tiene a Venezuela como prioridad, y está cinco pasos más adelante que su administración. Cuando el secretario Pompeo dice que Maduro tiene que salir ya es lo mismo que venimos diciendo nosotros los venezolanos porque la urgencia es de tal magnitud y la entendemos así, que la única forma de que podamos superarla es con ayuda internacional, y para que eso llegue necesitamos una transición. El caso de Maduro yo creo que es muy pronto para saber por qué no negocia. Siento que todavía es muy corto el tiempo desde los últimos eventos que han ocurrido para saber cómo ha llegado definitivamente al círculo íntimo de Maduro, a las fuerzas militares y al propio Maduro. Mi recomendación a Maduro es la que ya mencioné: si no negocia su salida, otro la va a negociar. Y el momento de hacerlo es ya. Así que yo creo que estamos en esas horas donde estos aspectos van a calmar, a permear más, y estoy convencido de que está hoy en plena discusión en Miraflores la cabeza de Nicolás Maduro y está también en todo el círculo íntimo, en otros actores civiles, y también en algunos actores militares.