Lo que ocurre en la frontera colombo venezolana amenaza con convertirse en una tragedia, no solo por lo que significa, para sus habitantes no poder usar los pasos fronterizos oficiales, a través de los puentes internacionales de San Antonio y Ureña, o los informales llamadas trochas, por donde pasan alimentos, medicamentos y gran cantidad de productos de diversa índole legales e ilegales.
El principal problema se refleja en quienes hacen trabajos que les permiten llevar diariamente comida para su familia; hay una numerosa gama de trabajos que incluyen vendedores, carretilleros, personal de limpieza, de carga, así como personas que comercian con variedad de productos y servicios. A ello hay que sumarle necesariamente los contrabandistas.
Pero si la población tiene que enfrentarse al cierre de la frontera lo peor ocurre cuando debe tomar medidas para evitar ser contagiados del Covid-19, porque se encuentran sin agua potable, sin combustible para que los vehículos puedan movilizarse, sin gas doméstico para cocinar y con graves fallas en el suministro de energía eléctrica.
Los que han sido problemas cotidianos se agravan, porque las medidas para enfrentar el virus pasan por la necesaria aplicación de higiene en las manos que, en los pueblos fronterizos, no se puede hacer de manera reiterada por la ausencia del vital líquido.
Aunque ayer lunes 16 de marzo el gobierno colombiano reabrió durante el día, a través del puente Internacional Simón Bolívar, el paso de venezolanos provenientes del vecino, horas después anunció el cierre definitivo de sus fronteras terrestres.
La gobernadora del Táchira, Laidy Gómez, anunció que el estado no registra casos confirmados de coronavirus, pero que aun así tienen seis muestras que necesitan enviar al Instituto de Higiene en Caracas, pero la empresa encargada de los traslados no laboró ayer.
La primera mandataria regional dijo que han tratado inútilmente de comunicarse con las autoridades de la Zona Integral de Defensa Integral (ZODI) “para que nos garanticen una cadena de custodia y traslado de las 6 muestras de los pacientes antes mencionados, que presentan sintomatología leve”.
Parece irónico que Nicolás Maduro, Delcy Rodríguez y Jorge Arreaza se quejen de Colombia por la negativa a cooperar institucional, mientras es lo mismo que hacen las autoridades del Ministerio de la Defensa al ignorar las diligencia de la gobernadora del Táchira.
Indicó que se ha comunicado con el viceministro de salud para hacerle saber una vez más la necesidad de contar con el material de bioseguridad para todo el personal que trabaja en las áreas de aislamiento y de triaje para pacientes con enfermedades respiratorias.
A propósito de eso, personal del Hospital Central de San Cristóbal reclamaron, porque en el caso de quienes están adscritos a la Unidad de Cuidados Intensivos, “no nos están equipando, no tenemos batas estériles. No trabajamos solo con el corona virus, tenemos meningitis, neumonías y enfermedades bacterianas, pero el Hospital no nos está suministrando los insumos necesarios para protegernos”, dijo el enfermero Yorjan Yáñez a la periodista Rosalinda Hernández.
San Antonio del Táchira es la capital del municipio Bolívar, cuyo alcalde es William Gómez, quien ante el problema del agua potable en su jurisdicción dijo que “ya se estableció un plan de acción con Hidrosuroeste para llevar el vital líquido en camiones cistenas”.
En algunos sitios, como lo constató el periodista Jonathan Maldonado del medio regional FronteraViva, los habitantes se ven obligados a ir hasta la sede de los bomberos o Hidrosuroeste para poder llenar sus recipientes de agua. En sitios como el barrio Ruiz Pineda tienen más de mes y medio sin agua y sin respuestas de los organismos oficiales.
No hay gasolina
Desde hace tiempo el suministro de combustible en la frontera es un problema que se ha ido agravando con el tiempo. Se han implementado diversas normas, unas peores que otras, que van desde un sistema que permite abastecerse en un día determinado de la semana y de acuerdo con el último número de la placa hasta registrar el carro y que le instalen un chip para establecer la cantidad que consume su vehículo de combustible al mes. Nada ha detenido el contrabando de gasolina, ni la escasez.
La diputada Nellyver Lugo, quien es la coordinadora del Gabinete de Combustible dijo el domingo 15 de marzo que al día siguiente se anunciaría un Plan Especial de Atención Priorizada, cuyos detalles se darían a conocer en redes sociales, pero ayer lunes el anuncio que hico fue que la gasolina que hay en Táchira es solo para los organismos implicados en el operativo de prevención del coronavirus. Es así como prohibió la presencia de vehículos haciendo colas en las estaciones de servicio, algunos de los cuales tenían más de tres días en espera.
El llamado protector del Táchira, cargo que no responde a ninguna elección popular, y que Nicolás Maduro le asignó al policía Freddy Bernal, anunció la repartición de unos folletos, muy bonitos y de colores, pero inútiles para enfrentar el problema real del estado. Se refirió a los dos grandes hospitales del Táchira: el Central y el del Seguro Social. También mencionó a los CDI que en realidad no tienen casi ninguna capacidad de respuesta ante el corona virus.
En lo que parece una política de Estado, los cuerpos policiales y militares están impidiendo el libre desenvolvimiento de los periodistas de los medios de comunicación no dependientes del Gobierno, como una manera de frenar la denuncia.
La gobernadora del Táchira informó que, en el caso del personal a su cargo, solo están operativos los equipos administrativos de nómina y finanzas, lo que es indispensable para garantizar el pago de salarios especialmente al de salud, así como a los proveedores que están dotando la contingencia en el Hospital Central de San Cristóbal.
En muchos estados de Venezuela, como ocurre en algunos de la frontera, falla mucho el suministro del agua, pero en otros como Paraguaná del estado Falcón es una verdadera tragedia, que se agrava por los constantes cortes de luz y meses sin suministro de gas doméstico.
MÁS SOBRE ESTE TEMA: