Un promedio de casi dos personas por día son asesinadas en la frontera entre Venezuela y Colombia, según un informe publicado este lunes en Bogotá por la Fundación Paz y Reconciliación (Pares). Al menos 4.911 homicidios fueron constatados en los últimos siete años en la zona, donde se intensifica una guerra entre distintos grupos ilegales.
Según el estudio “Sin Dios ni Ley. Análisis de la situación de seguridad en la frontera colombo-venezolana”, que analizó el periodo comprendido entre 2012 y 2019, entre los asesinados hay 378 migrantes venezolanos. “La actual dinámica de seguridad en la frontera presenta un recrudecimiento de la violencia y el incremento de los escenarios de riesgo tanto para la población migrante como para la población colombiana que reside o transita en esta zona del país”, señala el documento.
El informe señala además que “71 niños, niñas y adolescentes han sido vinculados a algún grupo armado ilegal, 71.561 personas han sido expulsadas forzosamente y 203 han sido secuestradas”.
Colombia y Venezuela comparten una porosa frontera terrestre de 2.219 kilómetros, que abarca desde la zona desértica del norte de ambos países hasta las selvas del Orinoco y el Amazonas, en el sur. Desde hace décadas transitan por esa frontera contrabandistas de gasolina y mercancías, así como traficantes de drogas y armas, sin que las autoridades hayan podido controlar los pasos ilegales, situación que se agrava con la ruptura de relaciones diplomáticas ordenada hace casi un año por el presidente venezolano, Nicolás Maduro.
El informe revela que en esa frontera operan 28 organizaciones armadas ilegales, entre ellas el Ejército de Liberación Nacional (ELN), que tras la desmovilización de las FARC quedó como el mayor grupo guerrillero de Colombia. “Estructuras como las del ELN y los Grupos Armados PostFarc (GAPF) pueden identificarse a lo largo de los siete departamentos (fronterizos), concentrándose especialmente en los de Norte de Santander, Arauca y Vichada”, precisa el documento.
Entre la múltiple presencia criminal también hay 13 grupos de alcance regional como el Ejército Popular de Liberación (EPL), y bandas criminales como Los Rastrojos o el Clan del Golfo, y disidentes de las FARC. En la frontera se mueven además “14 organizaciones criminales de carácter transnacional como los Pranes (líderes de bandas que operan desde cárceles venezolanas) y el Cartel de Sinaloa”.
Un alerta similar dio el pasado 22 de enero la organización Human Rights Watch (HRW) al presentar en Bogotá un informe en el que aseguró que los habitantes de una amplia franja de la frontera entre Colombia y Venezuela se encuentran sometidos a un “feroz control” de grupos armados ilegales que operan con total “descaro” e impunidad. El informe “Los guerrilleros son la policía: control social y graves abusos por parte de grupos armados en el departamento colombiano de Arauca y el estado venezolano de Apure”, documenta crímenes cometidos por el ELN, ex FARC y las venezolanas Fuerzas Patrióticas de Liberación Nacional (FPLN).
El documento de Pares también señala que hay territorios disputados en una guerra abierta entre actores ilegales que generan violencia y desplazamiento de comunidades. “Por ejemplo, una disputa de carácter regional que involucra al ELN y al EPL en Norte de Santander en dos zonas: el Catatumbo y el área metropolitana de Cúcuta”, la capital regional, aunque en esta última “hay otros actores que intervienen”, dice Pares.
La región del Catatumbo, una de las más convulsas de Colombia, está conformada por los municipios de Tibú, El Tarra, Sardinata, El Carmen, Convención, Teorama, San Calixto, Ocaña, Hacarí, La Playa, Ábrego y Bucarasica y en ella los grupos armados ilegales se disputan el territorio para controlar la cadena del narcotráfico. Como muestra de su poder allí, el ELN anunció que del 14 al 17 de este mes hará “paro armado” de 72 horas.
Añade el informe que en esa guerra sin cuartel, “el ELN se ha aliado con una serie de colectivos venezolanos y el EPL se ha aliado con el Clan del Golfo y bandas locales para resistir la ofensiva del ELN”. El documento advierte que “hay espacios en una tensa calma pero se prevén disputas en los próximos meses” porque los diferentes grupos surgidos tras la desmovilización de las FARC, como las disidencias, “se están reagrupando en al menos tres organizaciones de tipo regional y la disputa es inminente”.
Esto, porque las disidencias se han agrupado en torno a varios jefes de esa antigua guerrilla, como Luciano Marín Arango, alias “Iván Márquez”, quien fue número dos de las FARC y encabezó el equipo negociador en los diálogos de paz con el Gobierno.
Con información de EFE
MÁS SOBRE ESTE TEMA: