La Asamblea Nacional Constituyente (ANC) aprobó la reforma a la Ley Orgánica de la Fuerza Armada Nacional ante una solicitud del ministro de la Defensa GJ (Ej) Vladimir Padrino López de que se incluyera la Milicia elevando la Ley a Constitucional, lo que no existe en nuestra estructura jurídica. Ante ello consultamos a varios altos oficiales de los diversos componentes de la institución castrense sobre el significado que ello tiene y la importancia del anuncio.
En este primer artículo, hablamos con un estudioso general del Ejército, a quien no podemos identificar por razones obvias, quien inicia diciendo que hay varias cosas que indican el interés político que hubo en aprobar la reforma a la Ley de la Fuerza Armada.
Explica que “existen tres tipos de fuerzas armadas: las profesionales, las pretorianas y las revolucionarias. Con esta Ley se está consolidando la Fuerza Armada Revolucionaria, dando muerte en definitiva a todo vestigio que restaba de profesión”.
Señala como “los grandes responsables militares al general en jefe Vladimir Padrino, como representante de Nicolás Maduro, y los generales integrantes de la promoción 1987, como representantes de Diosdado Cabello”.
A su juicio, con la reforma a la Ley “han terminado de sepultar el ya maltrecho sistema de previsión social de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, olvidándose que todo militar activo que dedica los mejores años de su vida al servicio, al pasar a retiro requiere la asistencia de ese sistema. Por supuesto, a los responsables no les importa, pues gozan de enormes beneficios y réditos que les permitirán nunca usar el sistema de seguridad social de la FANB”.
Dice que es menester tener presente que “el proyecto neocomunista impone contar con una Fuerza Armada que está alineada políticamente con el proyecto político, no con el país, ni con los intereses del Estado y eso se aprecia claramente cuando tenemos un gobierno que actúa de espaldas al texto constitucional”.
“Es demasiado evidente que la Milicia es la base de apoyo popular del régimen, que necesita tener su ejército particular y no le importa sacrificar a quienes han hecho de la carrera militar su profesión o su forma de vivir. Así como no les importó sacrificar a los médicos, ni a los maestros ni a los profesores universitarios, a los jueces ni a la banca. Es un paso más en la destrucción de la institucionalidad”.
No se conoce
Este general del Ejército nos pide apreciar siete aspectos:
1. Normalmente todos los proyectos de Ley eran ampliamente discutidos en el seno de la FANB; sus borradores eran distribuidos en las unidades de los componentes militares para su discusión y se generarán las recomendaciones de rigor. Eso no se hizo en este caso.
2. Nadie conoce el contenido de la reforma de Ley.
3. Es indudable que es una burla al texto constitucional y cualquier “constituyentista”, especialmente Germán Escarra, podrá dar cualquier argumento esotérico o metajurídico, pero internamente está consciente que no tiene ningún valor, salvo que ellos le puedan dar.
4. Se estima que los componentes militares son para actuar en los diferentes espacios del campo de batalla: tierra, aire y aguas. ¿Qué justifica entonces que tres componentes estén actuando en el mismo espacio?
5. Sin conocer la nueva misión que le darán a la Milicia, la actual dice que es un cuerpo especial destinado a complementar a la FANB, pero a fin de cuenta es un complemento político, pues están atendiendo solo planes del régimen. Por ejemplo, el “Plan pica y poda” de limpiar la maleza alrededor de una instalación eléctrica. “Plan ceas patria”: repartir las cajas CLAP. Así el régimen dice que la FANB está participando en el desarrollo de la nación, pero emplea recursos de la supuesta defensa integral en métodos de control social.
6. La enorme cantidad de plazas vacantes que tiene el Ejército y la Guardia Nacional (son los únicos a quienes complementan, pues a la aviación y a la armada nada que ver) que hoy debe estar rondando en promedio mas del 70%, a cuyos componentes les han impuesto múltiples misiones ajenas a las funciones y misiones legales, sus complacientes comandantes, necesitan urgentemente ese personal para seguir sintiendo que son partes de un proceso, al que en verdad no pertenecen, salvo que les recompensen con un cargo administrativo al cumplir su tiempo de servicio.
6. La inclusión de la Milicia como componente militar implica la actualización de muchas leyes y reglamentos militares, apreciando la incompetencia de los actuales mandos militares y del limitado conocimiento de la ciencia y el arte militar. Eso no se hará y perjudicará la enorme expectativa que han creado dentro de la Milicia, pues los seguirán empleando como relleno en algunas cosas, los tontos útiles de la sociedad.
Consecuencias a la indeferencia
Considera el militar que “es terrible pensar que un oficial efectivo de comando, quien pasó años de formación y capacitación pase al mando de un oficial de Milicia cuyo único mérito fue realizar un curso de tres meses dictado quien sabe por quién y formar parte de la base de apoyo popular del régimen”.
“Sin embargo, es inútil pensar cómo se siente o si esto es de verdad bueno para la Fuerza Armada. Esos mismos jefes responsables han sido encargados de confundir, de negar y especialmente de tratar de hacer ver que todos los militares pertenecen a este a proyecto político, que son corresponsables de la situación del país para generar el compromiso de fidelidad”.
Considera que lo que se proponen es que “el personal sienta que ser leal o indiferente ante los cambios perversos no les traerán ninguna consecuencia personal y mucho menos profesional”.
Hace referencia al presupuesto “que desde el momento en que fue presentado a la Asamblea Nacional Constituyente se ha devaluado en más del 35 %. En el que no se conoce el monto asignado a la Fuerza Armada, pero se sabe que cada vez que convocan a un miliciano, violando el contenido de la FANB al servicio activo, esto les genera beneficios que nunca les han pagado, no tenemos ni idea del impacto económico que tenga en el presupuesto de la institución, sino de la nación”.
Finalmente recuerda que el Gobierno habla de tres millones de milicianos, “personas que en servicio activo deben tener un salario, beneficios y el cuidado integral de la salud. Se desconoce cuánto es eso y más aún cómo se paga”.
En las próximas entregas presentaremos las entrevistas con oficiales de los otros componentes.
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