La relación entre Venezuela y el sistema antiaéreo Tor-M1, el mismo con el que Irán derribó por error al avión ucraniano

Medios rusos han asegurado durante años que al menos 12 de estos equipos fueron adquiridos durante el gobierno de Hugo Chávez, pero expertos aseguran que aunque hubo una negociación el contrato no se firmó y los equipos nunca llegaron al país

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La compra de los lanzadores
La compra de los lanzadores de misiles fue ordenada por el fallecido Hugo Chávez, en esta foto junto a su sucesor, Nicolás Maduro

El fallecido presidente venezolano Hugo Chávez intentó negociar en 2006 la compra del sistema de misiles antiaéreos ruso Tor-M1, el mismo modelo con el que Irán derribó por error a un avión de linea ucraniano matando a sus 176 tripulantes y pasajeros, sin que finalmente el acuerdo prosperara.

Las agencias estatales rusas RIA Novosti y Sputnik, y la cadena RT, sin embargo, han asegurado repetidas veces que la entrega de los sistemas comenzó en 2008 y al menos 12 habrían llegado al país sudamericano, cantidad suficiente para formar tres baterías. Mientras que el periódico Russia Beyond the Headlines, publicado también por el gobierno ruso, señaló incluso que el contrato estuvo valuado en 290 millones de dólares. Pero expertos en defensa venezolana y fuentes materiales consultadas por Infobae indicaron que esto finalmente nunca ocurrió.

También el International Institute for Strategic Studies, think tank británico que publica cada año un extenso manual sobre el balance militar global, habló erróneamente en 2010 de la entrega de una batería, a la espera de la llegada de las restantes dos.

El sistema de misiles antiaéreos
El sistema de misiles antiaéreos Tor-M1

El analista internacional y experto en las Fuerzas Armadas de Venezuela, Andrei Serbin Pont, dijo a Infobae que “nunca se firmó contrato, ni se entregaron”, aunque sí se negoció la compra del Tor-M2E. El también director de la Coordinadora Regional de Investigaciones Económicas y Sociales (CRIES) aseguró que los reportes imprecisos de los medios rusos sobre la operación podrían ser parte de la estrategia de venta de Rosoboronexport, la agencia estatal dedicada a la exportación de armas.

Al igual que Irán, Venezuela es un histórico comprador de equipo militar ruso, especialmente en el área de misiles antiaéreos, y cuenta en sus arsenales con los sistemas de misiles Buk-M2E, Pechora-2M, Igla-S y S-300MV, y los de cañones Zu-23-2.

La base de datos del Stockholm International Peace Research Institute (SIPRI), institución sueca dedicada al monitoreo del tráfico de armas y el desarme, da cuenta de la venta de los Buk-M2E, Pechora-2M, Igla-S y S-300MV, pero no así de los Tor-M1.

Con diferentes capacidades y roles, estos sistemas forman en conjunto el Comando de Defensa Aeroespacial Integral de Venezuela. En el caso de los Tor-M1 se trata de un moderno lanzador de misiles antiaéreo diseñado para derribar aviones de ataque, drones, misiles de crucero y helicópteros a baja altura y corta distancia con el que Venezuela coqueteó, sin finalmente adquirirlo.

Cada lanzador móvil cuenta con su propio radar y está operado por una tripulación de cuatro personas, aunque gran parte de su funcionamiento está automatizado.

El Ejército venezolano tiene un
El Ejército venezolano tiene un importante arsenal de fabricación rusa, pero la falta de recursos y la crisis económica ha puesto en dudas el estado en el que se encuentra (AFP)

No está claro, sin embargo, en qué estado se encuentran los sistemas de misiles que sí llegaron al país, como los Pechora-2M, Buk-M2E y S-300MV, en el contexto de la crisis económica y la merma cada vez más grande en recursos para la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), que ha llevado a la falta de mantenimiento, el deterioro de los equipos y la pérdida de personal capacitado.

Además, el régimen de Nicolás Maduro ha estado priorizando cada vez más a las milicias, a las que controla ideológicamente, por sobre las fuerzas convencionales, a las que ha dejado en un estado “deplorable", según ha dicho un ex general venezolano.

El derribo del 737 en Irán

El 8 de enero, poco después de que Irán lanzara un ataque con 22 misiles balísticos contra una base iraquí que alberga a personal estadounidense, como respuesta al asesinato del general persa Qassem soleimani, un Boeing 737-800 de la aerolínea Ukraine International despegó de Teherán en medio de la noche.

En una confusa secuencia de hechos que aún no se conoce en detalle, una tripulación iraní de Tor-M1 habría identificado por error, en medio de la confusión por el bombardeo, al avión civil con un misil de crucero y lo derribó, matando a 176 personas.

Restos del Boeing 737-800 derribado
Restos del Boeing 737-800 derribado por un misil Tor-M1 disparado por la Guardia Revolucionaria iraní

En un comienzo el régimen persa habló de una posible falla técnica que habría producido la caída del 737, pero poco después el gobierno de Canadá declaró que la evidencia apuntaba hacia un derribo “no intencional”, y finalmente Teherán reconoció el error y asumió la responsabilidad.

Específicamente la Guardia Revolucionaria iraní, que opera el sistema Tor-M1, se refirió a un “error humano” y no habló en ningún momento de una posible falla en el equipo. Pero no sería el primer incidente de este tipo en la historia del complejo lanzador de misiles antiaéreos, que requiere de tripulaciones competentes y bien capacitadas para operar efectivamente.

Según reportó el periódico ucraniano Kyiv Post, el personal de un Tor-M1 que protegía al reactor nuclear de Bushehr protagonizó en 2010 un hecho que adelantó lo que ocurriría este año con el vuelo 752. Al parecer, en aquella ocasión el sistema antiaéreo detectó erróneamente como enemigo a un caza F4 Phantom de la Fuerza Aérea Iraní que por error estaba volando demasiado cerca de Bushehr, y la aeronave fue derribada. En esa ocasión ambos pilotos lograron eyectarse y sobrevivieron.

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