Cuáles son los cuatro países latinoamericanos que reconocen a Maduro como el presidente legítimo de Venezuela y no aceptan a los embajadores de Guaidó

Al retirarle las cartas credenciales a Elisa Trotta Gamus este martes, Argentina se sumó al grupo conformado por Cuba, Nicaragua y México. Bolivia, El Salvador y Uruguay tampoco cuentan con representantes en la actualidad, pero los mandatarios de los dos primeros y el presidente electo Luis Lacalle Pou anticiparon su voluntad de recibir representantes diplomáticos del presidente encargado. En horas de la tarde, Guaidó anticipó que se realizarán nombramientos en los próximos días

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La administración de Alberto Fernández decidió este martes retirarle las cartas credenciales a la embajadora Elisa Trotta Gamus, quien respondía en Buenos Aires al presidente encargado de Venezuela, Juan Guaidó. En adelante, sólo reconocerá al actual encargado de Negocios de la dictadura de Nicolás Maduro, Juan Valero Núñez. La medida implica que Argentina se convierte en el cuarto país de América Latina en no reconocer la representación diplomática de Guaidó y, en consecuencia, considerar como único jefe de Estado venezolano a Maduro.

Los otros países que conforman este grupo son Cuba, Nicaragua y México. El régimen castrista, ahora bajo el liderazgo de Miguel Díaz-Canel, es el principal sostén del chavismo en la región, mientras que el comandado por Daniel Ortega es el único país centroamericano en continuar con su apoyo a la dictadura. El gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), en tanto, ha justificado su decisión de reconocer a Maduro invocando la doctrina Estrada, una histórica postura del estado mexicano que establece la no injerencia en asuntos internos de otros países.

Otros tres países de la región no cuentan con representantes de Guaidó: El Salvador, Bolivia y Uruguay. No obstante, los tres han anticipado su intención de cambiar esa situación. El giro de los primeros dos responde a cambios de gobierno: el jefe de Estado salvadoreño Nayib Bukele, de hecho, expulsó a principios de noviembre de 2019 al cuerpo diplomático de Nicolás Maduro que había avalado su predecesor, Salvador Sánchez Cerén. La presidente interina Jeanine Áñez tomó la misma decisión dos semanas después y, a fines de diciembre, confirmó su ingreso al Grupo de Lima, órgano multilateral abocado a encontrar una salida a la crisis venezolana y critico de la dictadura.

Uruguay, por su parte, no cuenta actualmente con representación del gobierno encargado. Pero el presidente electo Luis Lacalle Pou ha manifestado su intención de cambiar la actual postura diplomática del país con respecto a la situación venezolana y su voluntad de trabajar con Guaidó. En la tarde del martes, Guaidó anunció en conferencia de prensa que los nombramientos para los tres países tendrán lugar “en los próximos días”.

Elisa Trotta Gamus al recibir sus cartas credenciales del ex canciller argentino, Jorge Faurie
Elisa Trotta Gamus al recibir sus cartas credenciales del ex canciller argentino, Jorge Faurie

Doce países del continente americano cuentan con embajadores con facultades diplomáticas en sus territorios, lo mismo que el Grupo de Lima y la Organización de Estados Americanos (OEA). Ellos son: Brasil (María Teresa Belandria); Canadá (Orlando Viera-Blanco); Chile (Guarequena Gutiérrez); Colombia (vacante desde la remoción de Humberto Calderón Berti a finales del pasado noviembre); Costa Rica (María Faria); Ecuador (René de Sola Quintero); Estados Unidos (Carlos Vecchio); Honduras (Claudio Sandoval); Panamá (Fabiola Zavarce); Paraguay (David Olson); Perú (Carlos Scull); Guatemala (María Teresa Romero); Grupo de Lima (Julio Borges) y la OEA (Gustavo Tarre).

La decisión del gobierno argentino de dejar de pertenecer a este grupo llega dos días después de que el ministerio de Relaciones Exteriores -a cargo de Felipe Solá- emitiera un comunicado crítico del atropello del régimen de Maduro a la Asamblea Nacional. "Impedir por la fuerza el funcionamiento de la Asamblea Legislativa es condenarse al aislamiento internacional”, planteó la cancillería argentina.

“El gobierno argentino viene intentando por todos los medios que el diálogo y los acuerdos sean el camino para la plena recuperación del funcionamiento democrático de la República Bolivariana de Venezuela”, agregó Solá desde su cuenta de Twitter.

Guaidó había destacado las palabras del gobierno argentino. "Habla claramente del atropello al marco legislativo. Puede haber o no diferencias ideológicas con el presidente Fernández, pero claramente está señalando el atropello al Parlamento venezolano”, puntualizó. Y el lunes por la noche, el presidente de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) chavista, Diosdado Cabello, las criticó con dureza: “Argentina dijo una guaidiotez. “Nosotros no necesitamos de Argentina ni de su canciller. Ellos verán de qué lado se acomodan, si de los pueblos o de los arrastrados”, dijo.

El pasado domingo, fuerzas del régimen de Maduro evitaron el ingreso de más de 100 diputados opositores a la Asamblea Nacional venezolana. Dentro del recinto, un grupo de parlamentarios que se describen como opositores pero adoptaron posturas funcionales al chavismo proclamaron sin quórum a Luis Parra como presidente ilegítimo de la Asamblea Nacional. Guaidó fue reelegido horas después como líder de la Cámara en una improvisada sesión en la sede del diario El Nacional, a la que acudieron unos 100 diputados.

El martes, no obstante, Guaidó y el grupo de legisladores opositores lograron atravesar varios cercos policiales y desplazar a Parra -quien pretendía sesionar sin quórum- del recinto. Allí, Juan Pablo Guanipa, primer vicepresidente de la Asamblea Nacional, le tomó juramento a Juan Guaidó para presidir su segundo período al frente del Parlamento.

Guaidó junto a los legisladores opositores, luego de ingresar a la Asamblea Nacional. Foto: REUTERS/Fausto Torrealba
Guaidó junto a los legisladores opositores, luego de ingresar a la Asamblea Nacional. Foto: REUTERS/Fausto Torrealba

Trotta había sido nombrada por Guaidó como su representante en la Argentina a fines de enero del año pasado. Pocas horas después, Mauricio Macri la recibió en la Casa Rosada, y la joven diplomática destacó el “apoyo incondicional del presidente Mauricio Macri a la lucha por la democracia en Venezuela y al pueblo venezolano”.

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