“Pido a mi partido (Voluntad Popular) que me revele de militancia para enfocarme completamente a la libertad de Venezuela”, dijo de manera sorpresiva Juan Guaidó durante su discurso de reelección. Ante los diputados que lo votaron en la sesión organizada fuera de la Asamblea NAcional porque las fuerzas chavistas impidieron con violencia su ingreso, cumplió con un pedido de los sectores más radicales de la oposición Venezolana: que represente a todos y no solo a una formación política.
Así, sólo de manera momentánea, Guaidó se dedicará exclusivamente a la presidencia interina de Venezuela.
Por Guaidó, a quien casi 60 países reconocen como presidente interino, votaron 100 legisladores de oposición, incluidos los miembros de la fracción 16 de Julio, contrarios al presidente Nicolás Maduro, pero también críticos habitualmente con el líder de la oposición. “Agradezco la honra que me confieren”, dijo Guaidó minutos antes de ser reelegido y apoyar con su propio voto la propuesta que le otorga otro año al frente del Parlamento.
La decisión llega en un día convulsionado, en el que el régimen volvió a dar un golpe. Esta vez, al Parlamento, impidiendo su normal funcionamiento y la reelección de autoridades como estaba previsto en el orden del día.
Es que desde muy temprano, la dictadura apostó a sus fuerzas de seguridad en todos los accesos del Palacio Legislativo y a golpes prphibió la entrada al propio Guaidó y a un centenar de parlamentarios. Todos ellos iban a votar allí mismo la reelección del opositor al frente del cuerpo, pero debieron hacerlo en otra sede, una opción que sí contempla la Constitución.
La maniobra chavista incluyó la instalación de forma fraudulenta del diputado Luis Parra, ex integrante de Primero Justicia y quien enfrenta un escándalo de corrupción por haber -supuestamente- aceptado dinero del régimen para traicionar al democracia venezolana.
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