El ejército brasileño localizó este viernes a cinco militares venezolanos en una reserva indígena ubicada en el estado de Roraima, lindante con el país caribeño. Las autoridades brasileñas explicaron que los militares fueron ubicados en “la región de la tierra indígena de Sao Marcos”. “Estaban desarmados y fueron conducidos a Boa Vista [capital del estado], donde están siendo entrevistados”, detalló el ministerio de Relaciones Exteriores en un comunicado.
El hecho se produce pocos días después de que tuviera lugar un asalto a una unidad militar en el estado Bolívar, en la que un oficial retirado junto a un sargento y un pequeño grupo de pemones se llevaron 120 fusiles y seis lanzagranadas RPG de manufactura rusa. El dictador Nicolás Maduro informó que recuperaron cinco RPG y 111 fusiles, y señaló que los asaltantes aún tienen un lanzagranadas y nueve fusiles.
El teniente José Rodríguez Araya, quien formó parte del asalto, denunció que fuerzas del régimen de Maduro violaron el territorio brasileño durante la persecución que siguió al hecho. “Anoche por la población Mato Grosso en Brasil, nos encontrábamos los compañeros de la operación Wey pa’ka. Estábamos siendo perseguidos por el Ejército venezolano, el cual incursionó en territorio brasileño con armas largas, visores nocturnos”, relató.
Rodríguez Araya detalló a su vez que los miembros del Ejército permanecieron en suelo brasileño durante casi cuatro horas, entre las 11.30pm hasta las 3am. “Estabamos siendo asediados con armas de francotiradores”, expresó.
Tras el asalto del domingo, Maduro acusó a Colombia, Perú y Brasil de estar detrás de lo sucedido. En tanto, el ministro de Comunicación Jorge Rodríguez aseguró que los asaltantes planeaban usar las armas para derribar un avión colombiano, lo que "serviría de causa de guerra para que Estados Unidos pudiera intervenir militarmente contra Venezuela”.
El lunes, el mandatario chavista sostuvo que algunos de los responsables del asalto se encuentran escondidos en Perú y Brasil. En esa línea, pidió a ambos gobiernos el arresto y la deportación de los asaltantes. Estos países, no obstante, rechazaron las acusaciones del régimen chavista y negaron cualquier vínculo con el ataque a la unidad militar del estado Bolívar.
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