Cuando faltan pocos días para renovar las autoridades de la Asamblea Nacional de Venezuela, Juan Guaidó busca ser ratificado como presidente de la entidad legislativa y en consecuencia del mandato de presidente interino de la República, de acuerdo con el artículo 233 de la Constitución nacional.
Guaidó no ha podido cumplir con su promesa básica: cese de la usurpación de Nicolás Maduro en el poder, gobierno de transición y elecciones libres. Por eso ha solicitado a sus aliados un año más al frente de la Asamblea Nacional, controlada por la oposición desde 2015.
En aquella oportunidad los dirigentes de los partidos políticos que conformaron la Mesa de la Unidad Democrática (MUD, ya extinta) decidieron firmar un acuerdo de gobernabilidad que implicada la rotación de la presidencia de la Asamblea Nacional.
Así, en 2020 le tocaría a un representante de los partidos minoritarios debía dirigir al parlamento según el pacto de los antagonistas a Nicolás Maduro.
“Es lógico que Voluntad Popular (el partido de Guaidó) aspire a la reelección. El líder necesita concretar el cambio mediante la convocatoria a elecciones con garantías y veeduría internacional”, dijo a Infobae un diputado de la Asamblea Nacional, quien solicitó el anonimato.
“No la tiene fácil Guaidó, pero será reelecto. No podemos darnos el lujo de tener a otro líder político preso o en el exilio. Vamos a contar los votos uno a uno para que Voluntad Popular retenga el cargo”, dijo.
La renovación de la directiva de la Asamblea Nacional de Venezuela será el 5 de enero. Los tres cargos, presidente y dos vicepresidentes se escogen por mayoría absoluta, es decir, la mitad más uno de los diputados asistentes a la sesión. El mínimo de quórum son 84 congresistas y según los cálculos del grupo que apoya al actual presidente de la AN, hay 93 votos para ratificarlo. Pero fuentes consultadas por Infobae dijeron que esperan todo tipo de maniobras por parte de Maduro para restarle votos al actual presidente de la Asamblea y complicar su reelección.
El viernes, el enviado especial para Venezuela de la Casa Blanca, Elliott Abrams, denunció que “el régimen está haciendo una mezcla de amenazas, exilios forzados, detenciones y sobornos para evitar la reelección”.
Algunos parlamentarios han expresado que no votarán por Guaidó. Se trata de disidentes de la oposición, algunos vinculados en escándalos de corrupción, así como integrantes de la fracción 16 de julio. Son 13 diputados que forman parte de “Vente Venezuela”, partido liderado por María Corina Machado, cuyos detractores califican de extrema derecha.
Este martes, la conducción de la AN en manos de Guaidó propuso un golpe de timón con cambios en el reglamento de debates de la entidad parlamentaria y se permitió que al menos 30 diputados que están en exilio puedan votar vía digital en las sesiones que serán convocadas en los próximos días. Pero dos días más tarde, el Tribunal Superior de Justicia anuló esa decisión.
La medida fue impugnada por algunos parlamentarios militantes de partidos opositores. Uno de los denunciantes, Jesús Peña, dijo a la prensa local que la modificación busca anular la participación de los diputados suplentes ante la ausencia de los principales. “Las votaciones nunca han sido por internet, en este caso es la presencia física la que valida las decisiones que se tomen en la AN”.
Por el sector oficial, más asambleístas se sumarán a la demanda de nulidad en las próximas horas.
Apoyo internacional
Sobre el pulseo de fuerzas en la Asamblea Nacional y el liderazgo de Guaidó, el politólogo Luis Salamanca opina que “los cambios en el reglamento de debates es una respuesta propia de estos tiempos. En Venezuela se están usando las tecnologías digitales para lo alevoso y en este caso se fomenta la participación de los perseguidos políticos o de quien no puedan llegar a integrase a alguna de las sesiones de la AN”.
Advirtió que el gobierno de Maduro hará lo imposible para que Guaidó no sea reelecto. “Va a invalidar en el Tribunal Supremo de Justicia la reforma del reglamento de interior y debates, van a quitar la luz y el internet a la sesión de la AN y seguramente perseguirán a más diputados”.
Salamanca señaló que en la actualidad no hay ganadores en la disputa política venezolana. “El proceso que abrió la oposición en enero de 2018 no se ha cerrado. Todavía Guaidó maneja un movimiento político variopinto con muchas dificultades internas. Este grupo quiere un cambio pero debe reestructurar su estrategia ya que el mantra que se usó no se dio. No hubo cese de la usurpación, gobierno de transición o elecciones libres. En este momento solo está en el tablero el tema electoral cómo presionar a Maduro para que permita que haya comicios competitivos en Venezuela”.
Reconoció que el líder parlamentario “ha perdido su momentum, el impuso, intensidad y emocionalidad. El gran error de la oposición venezolana es creer que tiene más poder del que realmente posee. En Venezuela, el cambio no será fácil”.
Esta gente que manda en Venezuela está aferrada al poder y han bloqueado institucionalmente a la Asamblea Nacional, entidad que se resiste a ser destruida
Entre los activos del presidente de la Asamblea Nacional está el del apoyo internacional que ha recibido, “por eso es tan importante para él su reelección. El respaldo que ha conseguido Guaidó nunca antes lo logró nadie en la historia contemporánea de Venezuela. Maneja embajadas, así como las refinerías de Citgo en los Estados Unidos, y otros activos de la nación en el extranjero. Es un presidente paralelo que no ha podido sacar a Maduro de su posición”.
Señaló el también doctor en Ciencias Políticas que “Maduro aprendió a resistir y a permanecer en el poder a costa de lo que sea. Es un gobernante autoritario que ha logrado atrincherarse bajo el apoyo del Alto Mando militar. No es el caso de un Fernando de la Rúa en Argentina quien renunció presionado por protestas de piqueteros. Esta gente que manda en Venezuela está aferrada al poder y han bloqueado institucionalmente a la Asamblea Nacional, entidad que se resiste a ser destruida”.
Advierte que “Juan Guaidó sigue siendo el líder más importante de la oposición de Venezuela. Su error fue crear expectativas de cambio sin decirle a la gente cual es la verdadera correlación de fuerzas entre las instituciones. Ha pasado casi un año desde su irrupción en la escena pública y su figura aún genera confianza en la población. Y si en Venezuela hay elecciones libres, la oposición unida puede ganar con amplia mayoría”.
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