El mismo día que se celebraba el 20 aniversario de la Constitución Bolivariana de Venezuela, el ministro de la Defensa, G/J Vladimir Padrino López, viola la Carta Magna al presentar ante un ente ilegal de origen, como es la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), la reforma de la Ley Orgánica de la Fuerza Armada Nacional (conocida como ley LOFAN) con un argumento no ajustado a derecho y con la excusa de elevarla a un parapeto que no existe en la estructura jurídica venezolana.
La mayor parte de su discurso estuvo plasmado de lugares comunes, en una desconocida habilidad en él de disfrazar lo importante, resaltar lo banal y ocultarle al país que esa Asamblea Constituyente no es legal.
La mejor evidencia de que la Constituyente solo tiene la tarea de usurpar las funciones de la Asamblea Nacional es que Padrino López no le pide a la ANC que incluya en la reforma a la Milicia como componente; lo que solicita es la reforma de la ley Lofan, que no es competencia de la ANC.
Su discurso arrancó con la caída del bloque soviético en 1991, diciendo que rompió el equilibrio nuclear y que el mundo se convirtió en unipolar. Por supuesto se refirió a la Guerra Fría, citó a Sun Tzu, el autor de “El Arte de la Guerra”.
Según el general Padrino, a los cuerpos militares de América Latina se les pretendió pasar de ejércitos regulares a servicios policiales. Calificó de hipocresía del imperio colocar al narcotráfico y al terrorismo “como los enemigos a vencer”.
Sin catalogarlo como lo que es, un intento de Golpe de Estado contra un presidente legal en el poder, Padrino López resaltó lo que prefirió llamar “Rebelión Militar del 4-F de 1992, que encendió una flama de esperanzas ante un mundo imperial”, porque según él, el imperio había pretendido utilizar a “nuestras fuerzas armadas como tontos útiles para sus designios”. Así justifica que un grupo de militares haya usado las armas de la República contra sus compañeros de la Fuerza Armada, muchos de los cuales murieron asesinados.
La habilidad de ocultar
Según el ministro venezolano, Hugo Chávez “contribuyó a intentar que el nuevo orden mundial descansara en una multipolaridad”.
Citó a Vladimir Putin en cuanto a la robótica y al desarrollo de la inteligencia artificial, aventurándose a preguntar: “¿Habrá sido el litio, este oro blanco que es una de las principales materias primas para estas nuevas tecnologías, el motivo del golpe de estado en Bolivia?”.
Asombrosamente Padrino advierte sobre el colapso climático como amenaza para destruir a la humanidad, pero sin la mínima mención a lo que está ocurriendo con el Arco Minero en Venezuela y el terrible daño contra el ambiente.
Citando a Chávez, dijo que le correspondió “concretar esta nueva Constitución y relegitimar las instituciones”. Nuevamente el titular castrense obvia la descarada violación de esa Constitución, en instituciones con las cuales él tiene influencia, especialmente en lo que a la administración de justicia se refiere, ignorando lo que ocurre en los tenebrosos sótanos de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM), más aun en el seno del Fuerte Tiuna, a unos pasos de su oficina, en la cárcel de máxima seguridad donde a tres generales, es decir tres de sus compañeros de armas, Baduel, Rodríguez Torres y Hernández Da Costa, están recluidos tratando de reducirlos a lo más primitivo.
En su discurso, el general en Jefe demostró su arremetida contra los Estados Unidos, el país que lo adiestró en dos cursos militares que Padrino cursó en la Escuela de Las Américas.
Luego de insistir en sus alabanzas a Chávez, a quien presentó como un líder para el continente, cuidándose de mencionar que la revolución que construyó hoy tiene a un pueblo sumido en la miseria, que se ha degradado a niveles tales que gente humilde agradece el pernil que va a recibir tirado en el piso como en un basurero.
El rol de la FANB
Se atrevió Padrino a reconocer: la Constitución “atacada y violada en los años posteriores de su nacimiento por sectores reaccionarios de ultraderecha”, pero no reconoce que el principal violador de la Constitución ha sido la Fuerza Armada que no ha cumplido con la obligación constitucional que tiene de defender el territorio y la soberanía, que han tolerado e incluso avalado la presencia de la guerrilla y de los grupos paramilitares, a la vez que han permitido que las armas de la República vayan a manos de civiles.
Con hasta ahora poco conocida habilidad de manipulación, el general Padrino López dice que “la Constitución de 1999 también fue el punto de partida para que el Comandante Supremo Hugo Chávez refundara a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana”, pero agrega que “le concedió a la institución, para el mejor cumplimiento de su misión, la unificación en un solo cuerpo militar uniforme, acabando con la separación de distintas fuerzas, que funcionaban de manera anacrónica, pero preservándolas como componentes de un todo monolítico”.
Dice que “en este nuevo pacto social, también se preservó su carácter esencialmente profesional, sin militancia política".
Interpreta lo que Chávez dijo el 2 de febrero de 1999 para justificar lo que según Padrino le abría paso a la Unión Cívico-Militar.
Luego de una larga perorata histórica e ideológica, llegó por fin a la esencia de la solicitud que haría. Para ello dijo que “la Fuerza Armada Nacional Bolivariana viene evolucionando permanentemente en función de las políticas que define el Estado venezolano y las nuevas amenazas que surgen”, que por supuesto según él tienen que ver con el imperialismo norteamericano y sus aliados. Hasta unos fragmentos poéticos de Martín Fierro se permitió el titular castrense.
¿Ley Constitucional?
Insistió, como un acto de estolidez, “adaptar la institucionalidad del país para hacer frente a estas amenazas”. Y por ello “con insondable orgullo castrense, estamos presentando a consideración de la honorable Asamblea Nacional Constituyente, para su revisión, análisis y aprobación, un proyecto para elevar el rango de Ley Orgánica a Ley Constitucional de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana”.
La intención, dijo Padrino López, es fortalecer la Milicia Bolivariana, “creada e incorporada en la Ley Orgánica de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana en el año 2008… y así derrumbar para siempre, los muros separatistas entre civiles y militares, promovidos por el modelo discriminador Puntofijista”.
Sin duda que el titular castrense oculta la violación de la Constitución, él sabe que la reforma del 2008 no fue suficiente para convertir a la Milicia en componente de la Fuerza Armada, que eso solo es posible hacerlo con la reforma de la Constitución.
Juega el general Padrino con la inteligencia del venezolano al pretender darle validez a una dizque Ley Constitucional que no existe. La pirámide de Kelsen establece claramente que solo hay Constitución debajo de ella leyes orgánicas y especiales, leyes ordinarias y decretos ley, reglamentos, ordenanzas y sentencias.
Está reconociendo que la Fuerza Armada no tiene la capacidad de defender a la nación, al país, a la República que le dio las armas y que por ello necesita armar a los civiles que al fin y al cabo es lo que integra a la Milicia Bolivariana.
Así lo deja claramente evidenciado al decir que “de no existir la consolidación cívico-militar hace tiempo seríamos la nueva colonia norteamericana. Por eso, la necesidad de incorporar a la Milicia Bolivariana, como pueblo en armas, para fortalecer y complementar la capacidad defensiva de la Patria, en el marco de una estrategia defensiva nacional, dándole a cada hombre y mujer un arma, un lugar y una misión”.
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