Henry Alviarez y Pedro Uurruchurtu llegan a los estudios de Infobae esperanzados con el pronto fin del régimen de Maduro, pero son cautelosos. Dicen que el tiempo se agota y que ese 90% de los venezolanos, que según ellos quieren la salida del chavista, se impacientan.
Visitan Buenos Aires en representación de María Corina Machado, la líder de su partido Vente Venezuela. Ella no puede salir del país, el régimen le quitó el pasaporte y fue inhabilitada hace años ya, una práctica habitual en Venezuela para sacar del juego a los opositores más populares. “Nosotros no hacemos política, hacemos resistencia”, dicen con una sonrisa en el rostro, la que dibujan casi como reflejo pero que esconde años y años de lucha. “Hemos tenido nuestros errores”, asumen cuando se les pregunta por qué le cuesta tanto a la oposición venezolana mantenerse unida, pero afirman que ahora “lo primero es la libertad”.
En al conversación con Infobae revelan el entramado criminal que mantiene en el poder al chavismo. Aseguran que el régimen cobija a terroristas, guerrilleros y bandidos por igual, porque “operan bajo la misma lógica, la mafiosa”.
Además, denuncian la neutralidad de ciertos países ante la grave situación de Venezuela. “No puedes tener neutralidad entre lo injusto y lo justo, entre la delincuencia y la justicia, entre el hambre y la prosperidad, entre el asesinato y la vida”, se queja Alvairez, quien además se muestra muy decepcionado con la pasividad del papa Francisco. “Que hable con los curas de los barrios, que le dé la cara a los millones de venezolanos en las fronteras…”, dice casi con resignación.
Urruchurtu también alerta sobre el carácter “expansionista” del chavismo y “sin querer meterse en la política interna argentina”, analizan para Infobae la posibilidad de que Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner vuelvan al poder.
- ¿Cuál es la situación hoy para el régimen de Nicolás Maduro y para los venezolanos?
Henry Alviarez: La situación es dramática. Es dramática por lo que está alrededor de lo que representa el régimen de Maduro. En Venezuela no hay una situación de corte político, estamos hablando de una situación de mafia, de personas que delincuencialmente han tomando el poder para beneficiarse en desmedro de la situación del ciudadano. Estamos hablando, si nos vamos a cifras, 80 % de pobreza; estamos hablando de cifras en materia petrolera de una Venezuela que producía 3 millones de barriles, hoy produce 500 mil. Y lo que producen, se lo roban. Si estamos hablando de la extracción de minerales de manera ilegal están explotando casi 8, 10 millones de dólares diarios en oro que no llegan a las arcas del Estado. Y de una población en las calles, literalmente, muriéndose de hambre.
Hemos venido planteando desde la organización que representamos, que es Vente Venezuela y del liderazgo de María Corina Machado, la necesidad de, claramente, actuar e interactuar porque sólo los venezolanos no podemos. Venezuela ha sido el epicentro de una experiencia, de un experimento donde, simulando un tema ideológico, han venido y han querido abarcar un régimen y un gobierno absolutamente delincuencial y es lo que prácticamente está pasando en Venezuela. El sustento del régimen en Venezuela es el sustento de exportación para otros países y bueno, es lo que estamos luchando. Estamos luchando precisamente por restablecer el orden constitucional, por el orden democrático. Pero la lucha que se está dando en Venezuela, claramente, es la lucha por la libertad.
Un grupo de criminales ha tomado todas las instituciones y las han ido desmantelando para ellos perpetuarse.
— ¿Qué lo sostiene a Maduro en el poder hoy?
Pedro Urruchurtu: Un conglomerado criminal y no un sistema político que está organizado, sino que más bien es un conglomerado entre grupos criminales y mafias que se han repartido el país en términos de las riquezas que pueda tener el país y, por supuesto, de cómo se distribuyen ellos mismos su manejo político.
Ahora, el entendimiento de lo que está pasando en Venezuela pasa por comprender qué es eso: un grupo de criminales que ha tomado todas las instituciones y las han ido desmantelando para ellos perpetuarse. Y eso incluye a las Fuerzas Armadas. Las Fuerzas Armadas poco a poco han sido desmanteladas en términos de, no solamente, infiltrarle por ejemplo oficiales cubanos para evitar cualquier tipo de respuesta contra el régimen, pero también instituciones fundamentales como incluso el Parlamente legítimo, que fue electo en el año 2015, y que tiene hoy por encima a una ilegítima Constituyente, desconocida por el mundo entero, pero que ha tomado decisiones que han ido contra ese propio Parlamento y contra la voluntad de los ciudadanos que lo escogieron.
Entonces, al final, el régimen está sostenido por entidades criminales, por grupos criminales; por un pequeño grupo dentro de las Fuerzas Armadas en la cúpula que obviamente está conectado a esas mafias, y por supuesto un conglomerado de organizaciones criminales -que van en todos los sentidos, desde organizaciones islámicas terroristas hasta grupos guerrilleros como el ELN y las FARC- que han conformado entonces todo un ecosistema criminal que han permitido que hoy se sostenga el régimen en función de eso.
Pero, a ver, apoyo popular no tiene de ningún tipo. Es decir, más del 85 al 90% del país rechazan al régimen de Maduro. Basta con ver que cualquier acto que hace ninguno es público, ninguno es abierto. No recorre el país ni siquiera. Uno, por miedo, desde luego, porque sabe que nadie lo quiere. Pero además porque no tiene el apoyo de la gente. Y obviamente a nivel de institucionalidad el desconocimiento del régimen a nivel internacional y su propio aislamiento -entendiendo lo que es- ha provocado que, básicamente, se sostenga hoy de una manera muy limitada, pero por estos grupos que le dan hoy todavía la fuerza para estar allí, aun siendo muy débiles.
— ¿Qué probabilidad de éxito tiene hoy un diálogo en Venezuela?
Alviarez: Ninguna. Ninguna. Entre otras cosas ya son diez diálogos desde 2014 hasta acá. Se han burlado de todo. Se han burlado del Papa cuando quiso intervenir. Se han burlado de órganos internacionales aliados que han venido planteando la posibilidad… Como debe ser. Tú le preguntas al 80% de los venezolanos y los venezolanos quieren resolver esto por vía pacífica. Un diálogo, al final, ¿en qué termina? En la posibilidad de que sea la mayoría quién decida. Y el régimen no va a ir a ningún proceso electoral que pueda perder. Un proceso electoral transparente, que pueda ser supervisado y vigilado, porque claramente no lo vamos a hacer en las condiciones que fuimos en mayo de 2017 que, al final, incluso hasta hubo un sector que se llama “oposición” que participó y ya vimos los resultados. Pero eso ha sido consecuente. Fijate, nosotros hicimos el referéndum, hicimos una consulta popular del 16 de julio donde fueron más de 8 millones de personas. E inmediatamente, a los quince días, ellos hicieron la Asamblea Nacional Constituyente. Y pasados dos meses se fueron a un proceso electoral de elecciones de gobernador y dieciocho gobernaciones fueron adjudicadas prácticamente al régimen. Un régimen que no goza del 12% de la población, y el 12% contando a la burocracia. Entonces los diálogos, al final de cuentas, con el régimen son simplemente para oxigenarlos. Ahí no va a haber absolutamente nada, entre otras cosas, porque tampoco el régimen es homogéneo, el régimen está fracturado. Son mafias, son sectores que manejan, la mafia que maneja la explotación del oro y del contrabando. Incluso hay que denunciarlo y denunciarlo para toda América Latina contra la trata de blancas. Están agarrando a nuestros niños y los están vendiendo. La trata de órganos… Eso está pasando en parte de la costa venezolana, en la costa zuliana, que colinda con Colombia, el Cartel de Sinaloa está metido y es el que precisamente el tráfico de drogas es por todos lados. Entonces, al final de cuentas, es muy difícil, es imposible llegar a un dialogo y es lo que nosotros hemos venido planteando de manera recurrente. Nosotros genéticamente somos democráticos, quisiéramos que esto se resolviera por vías pacíficas, pero la naturaleza del régimen lo impide.
El régimen no va a ir a ningún proceso electoral que pueda perder.
— Recién hablábamos de un régimen aislado, pero también hablábamos de brutalidades, de violaciones sistemáticas a los Derechos Humanos, de pobreza, de crisis humanitaria. ¿Por qué hay todavía países que sí respaldan a Maduro?
Urruchurtu: Bueno, aquí hay que entender que esto ha sido parte de un proyecto. Es decir, el chavismo concebido como esa instancia, primero obviamente gobernada por Hugo Chávez y todo ese conglomerado de países auspiciados por el Foro de São Paulo que, en su mejor momento, llegó a tener catorce jefes de Estado y de Gobierno simultáneamente en la región. Es decir, hubo un sistema de complicidades y de financiamiento por supuesto que le permitió a ese régimen consolidarse y que hoy tiene todavía pequeños focos pero que están allí, digamos, en el poder, o siguen en el poder. Y a la par de eso, también en donde han perdido poder pues se han reagrupado y son una amenaza. Y lo siguen siendo porque tienen recursos, tienen por supuesto apoyo incluso intelectual e ideológico. Y, además, se han aprovechado de –probablemente- errores políticos para entonces de esa manera decir que ellos tienen que volver y son necesarios.
Ahora, hay que entender, y yo creo que la más reciente reunión del Foro de São Paulo, que fue en Caracas, es el motivo probablemente de más alarma junto a la reaparición de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia en territorio venezolano grabando un video donde afirman su retorno a las armas, que es además consecuencia de ese evento del Foro de São Paulo en Caracas. Eso te demuestra no solamente que el Foro ha permitido que estos regímenes se sostengan, sino que además han reconocido públicamente que tienen también una dimensión criminal y que no les interesa o no les importa que se sepa que lo tienen. Es decir, a ellos no les interesa que el mundo se dé cuenta todo su entramado de relaciones criminales, de financiamiento, si no que van a volver al poder y es una amenaza permanente.
Entonces por eso no hay que entender al chavismo solamente como un proyecto local sino un proyecto expansionista. Porque además tiene una vocación expansionista. Que además tiene, peor aún, tiene agravantes en cuanto a, por ejemplo, la presencia de grupos islamistas terroristas en el país. Que obviamente esto coloca incluso a un nivel de enfrentamiento occidental versus otras culturas y hace hoy de Venezuela el epicentro, digamos, la convergencia de todas estas fuerzas oscuras que ponen en riesgo a todo el hemisferio, incluso su cultura, sus civilizaciones en general ¿no?
— ¿Por qué el chavismo alberga al terrorismo?
— Bueno, porque al final todos operan bajo una lógica criminal. Es decir, es una manera de expandirse, de tener poder, de llegar más y más lejos. Esa es la realidad. Y no solamente para quedarse en Venezuela, hay todo un proyecto, insisto, de expansión hacia toda la región. Hacia el Sur, hacia el Norte. Hemos visto como hay declaraciones de ex funcionarios del régimen que dicen que el proyecto de Hugo Chávez fue desde el principio inundar de cocaína a los Estados Unidos. Es decir, cuando vemos todo esto al final son criminales que utilizaron las vías democráticas para llegar al poder para luego destruir las vías democráticas y, de esa manera, prácticamente destruir las economías y países enteros. No es que buscan el poder porque quieren ser gobernantes, es porque quieren poder político-económico y, desde luego, criminal, a los fines de apoderarse, incluso a costa del sufrimiento de venezolanos y de cientos, millones, de habitantes de toda la región.
— El mundo está dividido entre los que respaldan al régimen y los que están en contra, los que buscan y persiguen esta libertad, la democracia. ¿Qué pasa con esos países que se llaman neutrales, por ejemplo, Uruguay?
Alviarez: Bueno, es lamentable porque tú no puedes tener neutralidad entre lo injusto y lo justo, entre la delincuencia y la justicia, entre el hambre y la prosperidad, entre el asesinato y la muerte y la vida. Y es lo que está pasando en Venezuela. Te repito, no es un tema de criterios ni de ideología, no es la confrontación simplemente de ideas, estamos hablando de una realidad que prácticamente está acabando con la república y que, al final de cuentas, como bien decía Pedro, sigue expandiéndose. Es criticable. Y lo conversamos, te digo que la experiencia que tenemos acá en Buenos Aires donde nos preguntan con cierto desconocimiento: “Mira, lo que hay en Venezuela es una cierta carencia democrática” o “Hay un enfoque económico equivocado”. No, no, no, lo que hay en Venezuela es una tragedia. Estamos hablando de, prácticamente, refugiados. Si no fuese así, no habría una diáspora que en el último año va por el orden de los 5 millones. Tienen que ver la frontera, o sea, ustedes tienen que ver las terminales de los aviones. Es dramático cuando la familia está totalmente, prácticamente fracturada. Cuando ven ustedes que los que están criando a nuestros niños, si no son los abuelos, son los hermanos mayores que tienen 13 o 14 años. ¿Cómo se puede ser neutral ante una situación como ésta? ¿Cómo se puede ser insensible ante una situación como ésta? Al final respetamos que haya intereses, que prevalezcan intereses, pero lo que hay en Venezuela es una anomia social que está precisamente perturbando y acabando con la República. Ese el grito que estamos nosotros dando, no es una lucha per se por el poder, es la lucha de sobrevivir. Es existencial. lo nuestro es existencial.
— ¿Y dónde ubica al Papa en este escenario?
Alviarez: Es complicado. Es complicado. Yo le diría al Papa que escuche a los sacerdotes de los barrios. Que escuche lo que los sacerdotes de los barrios tienen que enfrentar todos los días y que vea el rosto de la gente llena de tristeza y llena de hambre. Es muy fácil desde arriba buscar la paz y la conciliación. Sí, todo eso es permisible, cuando hay criterios encontrados y cuando hay sensatez. Aquí no hay sensatez, aquí hay indolencia, aquí hay criminalidad. Pero el Papa fue testigo de la burla, tiene testimonios claros de cómo se burlaron de ellos que quisieron servir de mediadores. La insistencia está muy bien. Ahora bien, que el Papa le dé la cara a los 5 millones que están en la frontera. Que vea cómo estamos nosotros perturbando la paz hemisférica, porque la verdad es esa. Y que sepan nuestros hermanos colombianos... Y, por cierto, quiero hacerle un reconocimiento a Argentina porque hemos tenido la oportunidad de conversar con mucha gente nuestra acá, que ya entiendo van por el orden de los 200 mil venezolanos que están en este país, y han sido muy generosos con el pueblo venezolano y nuestra gratitud es eterna. Porque sabemos que esto va a pasar. Porque sabemos que vamos a ser libres, vamos a recuperar a lo que fue en una oportunidad el sueño de la América que fue nuestro país. Pero que claramente hoy lamentablemente estamos subsumidos. Y yo lo que le digo al Papa es que se ponga la mano en el corazón y que escuche realmente a los que están padeciendo esto que son la ciudadanía y el pueblo.
—¿Cómo ven la posibilidad de que Alberto Fernández, con la fórmula de Cristina Fernández de Kirchner, puedan llegar al poder?
Urruchurtu: Sin lugar a dudas sería un retroceso. Un gran retroceso no solo para la región, sino para la Argentina. Yo creo la experiencia venezolana debería servir de ejemplo y de referencia de lo que estos regímenes son capaces de hacer. Con quiénes se han relacionado. Cuál ha sido su manera de actuar y cómo no tienen ningún tipo de escrúpulo para llevar a países al extremo. De manera que yo creo que los argentinos tienen en su mano una gran responsabilidad y una gran decisión. Porque si bien es cierto que hay que partir de que se pueden cometer errores lo cierto es que hay que pensar también en que el futuro de un país se construye entre todos pero hay que tomar también las decisiones correctas. Porque eso de que los pueblos no se equivocan es completamente falso, se pueden equivocar y de una manera muy estrepitosa. Sin lugar a dudas avanzar hacia un modelo que va a restringir libertades, que va a, digamos, poco a poco ir restringiendo los espacios de la ciudadanía al punto de volver, lo que puede significar además una señal muy peligrosa para toda la región, de un retroceso incluso en países que han violado derechos humanos y que el mundo lo sabe, sería un error fatal. Yo creo que allí los argentinos deben tomar conciencia. Y esto obviamente sin ánimos de inmiscuirnos, probamente un asunto que es interno, pero sí es la experiencia de lo que implica vivir regímenes como estos, como el venezolano, al que Argentina no llegó afortunadamente, y creemos que a tiempo se detuvo, pues yo soy de los que piensan que estos personajes cuando vuelven lo hacen con todo, por todo y por todos, y al final como he dicho últimamente acá, que he tenido varias reuniones y actividades, nadie sabe lo que es la libertad hasta que la pierde y nadie sabe lo que es socialismo hasta que lo vive en carne propia. Y el mensaje sería ese ¿no? Tienen una enorme responsabilidad en sus manos en función de cuidar su libertad, que probablemente hay que perfeccionar, que probablemente hay que mejorar, pero que hoy tienen la oportunidad de eso, de mejorarla, no de perderla. Y ese es el gran mensaje que yo creo que los argentinos deben tomar en cuenta. Se trata del futuro, no del presente. Y a veces uno se deja llevar por resultados a veces que pueden ser frustrantes, pero cuando vemos el contexto regional y vemos lo que se ha convertido Venezuela yo creo que hay que reflexionar. Porque además el mundo yo creo que no puede seguir permitiendo que existan estos países como Venezuela que hoy están atravesando esta situación. Entonces, en definitiva, yo creo que hay una gran oportunidad. Creo que sí, obviamente hay que reflexionar sobre lo que se hizo mal, pero sin lugar a dudas hay que partir del hecho de que hoy se está mucho mejor que lo que se hubiera estado con estos personajes en el poder. Y desde luego de lo que se podría estar si vuelven a tomar el poder, que al final representaría, como ya te dije, un retroceso.
Alviarez: No, yo solo agregaría sobre este tema que lo económico siempre puede ser mejorable, rescatable y perfectible, las libertades no. Y la justicia es lo que hay que prevalecer. Las instituciones fallan, se equivocan, pero cuando estamos hablando de entre la vida y la muerte bueno, hay que prevalecer precisamente al ser humano. Y aquí es donde yo pues invito a nuestros hermanos argentinos que reflexionen. Que reflexionen y al final que Dios los acompañe. No es igual poder protestar, reclamar, que además es un derecho, exigir cambios y mejoras económicas que pensar diferente pueda terminarte en una cárcel, en el exilio, divido y con familias absolutamente fracturadas. Eso es lo que puede estar en juego en un país también como la Argentina. En Venezuela lo estamos viviendo. Y además creo que nos ha servido de lección porque duramos muchos años también cometiendo errores en democracia y no quisimos aprender lo importante que era preservarla y preservar su esencia que es el respeto, es la justicia, que es el libre desarrollo, que es lo que nosotros estamos profesando desde Vente Venezuela.
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