El dictador venezolano, Nicolás Maduro, teme que la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) le quite el apoyo que hasta hoy mantiene pese a la notoria pérdida de respaldo. El hecho de que importantes miembros del Ejército se hayan rebelado en el último tiempo es un dato que no pasa desapercibido en Miraflores.
La decisión de Maduro de promover la expansión de la guerrilla colombiana Ejército de Liberación Nacional (ELN) en territorio venezolano y auspiciar su unión con los disidentes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) se apoya en esta probable pérdida de respaldo de los militares.
Según recuerda el periódico ABC de España, el chavismo tuvo históricamente más afinidad con las FARC, pero su importante desmovilización transformó al ELN en un socio más decisivo. El mismo diario subraya que dada la libertad de movimientos por la protección gubernamental que reciben, esos combatientes no tienen que comportarse como insurgencia o guerrilla, sino que pueden actuar como un ejército irregular, que además puede reclutar abiertamente. Se trata de una fuerza más efectiva, con experiencia en combate, que la Milicia Bolivariana, cuyas filas se han ido rompiendo con el éxodo de millones de venezolanos.
La preocupación por Padrino López y Diosdado Cabello
Nicolás Maduro desconfía de Padrino López, su ministro de Defensa, de quien se supo que conspiró en su contra en abril; pero también mira de reojo a Cabello -líder de la Asamblea Nacional Constituyente- luego de que EEUU revelara que mantuvo conversaciones con él para consumar el cambio de mando en Venezuela. Estos poderosos miembros de su gobierno que no están del todo alineados a él generó que Maduro debiera buscar otros aliados a quien confiar. Y ahí aparecen el ELN y la disidencia de las FARC, que hace pocas semanas retomó las armas de la mano de “Iván Márquez”, “El Paisa” y “Jesús Santrich”.
Su principal temor es que el Ejército le quite el respaldo. “Por si a Cabello, que en un momento dado puede hacerse con el Ejército, se le ocurre cualquier cosa, Maduro quiere tener un ejército irregular que solo responda a sus órdenes”, analizó el experto Antonio de la Cruz, director ejecutivo de Inter-American Trends, en diálogo con ABC.
La ola de deserciones
Desde febrero, alrededor de 560 soldados que reconocieron a Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela huyeron a Colombia, como se recoge en el informe del Instituto Internacional de Investigación sobre la Paz de Estocolmo (SIPRI), que es el principal centro de estudios sobre comercio mundial de armamento. Pero el grado de deserción es más elevado, dado que la mayoría de quienes se ausentan de sus cuarteles no se reportan como militares a las autoridades del país al que llegan.
La periodista de Infobae Sebastiana Barráez difundió un documento de la FANB en el que se lista a 219 oficiales “ausentes de sus unidades sin autorización”. Justamente la comunicadora aportó recientemente un dato que alimenta las sospechas sobre la posibilidad de que Maduro esté organizando un ejército irregular. Testimonios locales indicaron haber visto a soldados rusos mientras accedían a un cerro en el área de la ciudad de San Cristóbal, utilizando accesos que estuvieron protegidos por el ELN.
El experto Antonio de la Cruz sugirió que los efectivos de la empresa militar privada rusa Wagner, llegados hace unos meses a Venezuela, podrían estar implicados en estos planes de Maduro.
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