Desde Caracas. Rosa Amelia G espera con ansias los últimos días de mes para recibir 100 soles peruanos, unos 26 dólares, "para medio comer y vivir, aunque cada vez es menos lo que me toca porque me depositan bolívares en mi cuenta bancaria de Venezuela y la moneda de mi país rinde cada día menos"
Dijo a Infobae que su hijo Carlos B está desde hace tres años en Lima. "En una primera etapa, la plata me rendía mucho porque la inflación no era tan alta. Ahora recibo menos bolívares y tengo que comprar dólares en efectivo porque en mi pueblo, Ocumare del Tuy (a 45 minutos de Caracas) la comida y las medicinas se venden en divisas. Esto agrava las cosas".
No se atreve a pedir más dinero "porque quiero que mi hijo ahorre y venga a visitarme ya que en Perú empezaron a pedir visas a los venezolanos y es muy difícil que me la den porque mis ingresos al mes son bajos, ni los gringos piden tantos papeles como los peruanos, así que espero a Carlos aunque yo no coma tan bien como antes".
Esta oficinista en la alcaldía de su pueblo dice que nunca ha usado a las empresas que reciben remesas que están autorizadas por el gobierno de Maduro. "Hay que inscribirse en una página web ir a unas dos o tres oficinas que habilitan en Caracas y luego recibo el dinero cinco o seis días después, mediante una transferencia a mi cuenta a una tasa de cambio bajita, la que le conviene al gobierno. Tampoco me ha interesado saber de la plataforma Patria, que, según Maduro, nos dará dólares. Eso nadie se lo cree".
Otro receptor de remesas pero desde Argentina, Carlos E, asegura que "no somos una colonia mayoritaria en ese país pero sí se mueve bastante dinero. Mi hija me cuenta que hay comercios o contactos de venezolanos que son cambistas informales y mediante mensajes de WhatsApp ofrecen diversos tipos de tasas cambiarias; la mejor y la que más rápido llegue es la que usa. Son negociaciones entre particulares se cambian los pesos por los bolívares".
Comentó a Infobae que "desde hace dos años, mi esposa y yo cuidamos a dos nietos de 9 y 11 años. Estudian en colegios privados y tienen ropa, zapatos y comidas al día. Mi hija Adelaida, ingeniero de sistemas, quiere irse a Chile con los niños o regresar un tiempo si esto se acomoda y si Juan Guaidó por fin sube a la presidencia. Ella tiene un buen trabajo pero está aterrada por el posible triunfo electoral de los Fernández, no quiere retroceder al socialismo y me dice que la situación en Argentina se está complicando".
"Prefiero que vaya a otro país con los niños; el padre se fue a Canadá y más nunca supimos de él. Con ellos tres fuera, mi esposa y yo podremos vivir con una remesa pequeña de menos de 100 dólares que hoy en día son muchos millones de bolívares que compran poco".
La diáspora provee recursos
Hasta hace pocos años era impensable que los venezolanos iban a protagonizar el éxodo más grande de la región. Diversos estudios señalan que hasta marzo de 2019 habían salido del país casi cuatro millones de personas y las proyecciones para fin de año acercan la cifra a los cinco millones. El deterioro de la calidad de vida, la crisis económica y la poca certidumbre de un cambio en el modelo de gobierno de corte socialista- estatista son los factores que han impulsado la diáspora.
La firma encuestadora Datos señala que 63% de los venezolanos tiene a algún integrante de la familia viviendo en el extranjero. Al tomar como exacta la cifra de más de cuatro millones fuera, los porcentajes de criollos en naciones de la región se distribuye así: 29,4% en Colombia, 21,7% en Perú, 20,3% en Chile, 10,7% en Ecuador, 6,3% en Argentina, 3,9% en Panamá y 3, 3% en Estados Unidos y 3% en Brasil.
El exilio se traduce en divisas que no necesariamente ingresan a las arcas del Banco Central de Venezuela (BCV), en el esquema de remesas tradicionales.
El PHD en economía Leonardo Vera explica a Infobae que "el manejo del mercado cambiario que autoriza el gobierno de Maduro es bastante opaco está muy controlado y no genera confianza entre los agentes económicos quienes buscan métodos alternativos de envío de remesas a Venezuela".
Señala que la tasa oficial que ofrece el BCV es más baja que la que se cotiza en el mercado paralelo, "es otro factor que no incentiva el envío de remesas por las empresas autorizadas por el gobierno. El esquema actual beneficia a las casa de cambio y no a sus clientes quienes no reciben dólares como lo harían en otro país del mundo sino bolívares y varios días después de la operación. El venezolano recibe la moneda local y lo gasta de inmediato. El promedio de lo que se envía al país es una cifra que está entre los 80 y 100 dólares".
Sostiene que hay varios cálculos sobre lo que representa en dólares lo que mandan los venezolanos a sus parientes en el país, "hay estudios que señalan que son 3.000 millones de dólares al año y otros que la cifra es de entre 5.000 y 6.000 millones. Estos son datos aproximados pues provienen de diferentes fuentes. Lo que sí está claro es que el venezolano cada día necesita más dólares para poder cubrir sus gastos en bolívares, la hiperinflación ha pulverizado el poder de compra de la moneda nacional".
Admite que el patrón migratorio del venezolano "está cambiando estructuralmente; las remesas se convertirán en una creciente fuente de recursos externos en especial para las clases más bajas por lo cual hay que facilitar sus flujos con la creación de un mercado cambiario libre y competitivo que en la actualidad no existe".
Con la triangulación
En Panamá, en donde hay viven más de 100 mil venezolanos, según datos de Acnur, ruedan muchos capitales hacia la nación petrolera. "Son pioneros en envío de remesas y muy cuidadosos con el trabajo con instituciones financieras de Venezuela. Si la superintendencia de bancos detecta que una cuenta personal o empresarial recibe mucho dinero en poco tiempo es bloqueada. Trabajamos con Apps diseñadas para convertir los depósitos de dólares en bolívares en el menor tiempo posible", comenta a Infobae un cambista profesional.
Señala que empresas panameñas reciben divisas de venezolanos que reciben en Uruguay y Paraguay "porque es complicado mandar dinero directo a nuestro país desde esas naciones, así que se hace una triangulación desde el sur y hasta Caracas. Recibimos los dólares por las casas de cambio tradicionales y giramos cantidades fuertes de bolívares a cuentas empresariales que no son bloqueadas fácilmente. Y de ahí se distribuyen pequeñas cantidades a cuentas personales, es el antídoto ideal contra la persecución financiera. Nuestra gente necesita dinero para sobrevivir".
Elisa A, educadora de profesión, tiene 52 años y vive en Chile junto a su hijo y nieto. Trabaja en una tienda de ropa en el centro de Santiago y manda dinero una vez al mes a su Barquisimeto natal. "Enviar plata mediante la plataforma Patria que inventó Maduro jamás ha sido una opción para mí. Voy a estar en sus listas y en sus controles y esos tipos del gobierno son capaces de cerrarle la cuenta a mi mamá, que recibe su remesa chilena con puntualidad", explica vía Skype a Infobae.
En Chile hay bastantes cambistas informales de pesos a bolívares, "hay oferta y demanda. Si mando cantidades altas, compensan a mi mamá con una bolsa de comida adicional a los bolívares. Pero yo soy práctica. Deposito pesos a una paisana que trabaja conmigo y sus parientes en Maracaibo le pagan el mismo día a mi mamá su plata a una muy buena tasa; todos ganamos".
Colombia, la reina
Son más de 1.400.000 mil venezolanos radicados en Colombia, según datos de la oficina de migraciones del vecino país. La mayoría está en las ciudades de Cúcuta, Pamplona, Barranquilla, Cartagena, Santa Marta y Bogotá. Hay varias alternativas para enviar divisas a Venezuela.
José Bernando C , barranquillero con 35 años viviendo en Caracas, asegura a Infobae que "al ser vecinos, el negocio de las remesas se facilita en especial a los venezolanos que están en el eje fronterizo que es en donde más escasez de comida y medicinas hay. En Cúcuta hay muchas casas de cambio que atienden a los venezolanos quienes reciben dinero de todas partes del mundo. Por Western Unión llegan remesas desde Estados Unidos, México, Argentina, Ecuador, Brasil, etc".
Advierte que "muchísima gente pasa la frontera caminando y llega a Cúcuta en donde recibe pesos colombianos; no hay posibilidad de obtener dólares. Otra opción es captar bolívares a una tasa de cambio un poco más baja que la del mercado negro pero solo por transferencias hacia bancos venezolanos, no hay tantos billetes para pagar en efectivo".
Dice el informante que "con base en lo que veo cuando paso a Cúcuta, el 90% de los venezolanos opta por los pesos y hacen sus compras de alimentos, ropa, zapatos y artículos de limpieza e higiene personal. Los precios son muchísimos más bajos que en Venezuela. Se de gente que viaja 14 horas en bus desde Caracas para recibir sus pesos y llevarse mercancía, sobre todo en época de inicio de clases y en las navidades. Incluso hay servicios de transporte que ofrecen tours de compras a Cúcuta desde varias ciudades venezolanas. El de la remesa es un negocio redondo en la frontera".
Y para el que no está cerca de la frontera binacional, un grupo de técnicos patentó la plataforma de pagos We send la cual permite canjear al peso colombiano en monedas digitales que se convierten en bolívares. Desde 2018 ha sido una opción de ayuda a los venezolanos; es la remesa 2.0.
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