Solo el 18% de la población venezolana tiene acceso a agua potable de calidad

Cientos de miles de personas buscan el líquido de forma no convencional, ante la crisis de suministro

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"Soy caraqueño y desde niño venía a esta montaña y a este manantial a pasear con mi familia. Si quería me bañaba en el río, era un domingo diferente. Sin salir de la ciudad, sentía que estaba en el campo. Ahora, muchos años después, vengo cada semana a buscar agua para poder surtir mi apartamento. Es un cargamento pesado porque no tengo otra opción, no puedo comprar agua en envases o en camiones como hace mucha gente. No tengo suficiente dinero".

Así lo comenta a Infobae Ramón Colmenares, residente de Santa Mónica, localidad clase media de esta capital. Asegura que su comunidad pasa días enteros sin el líquido: "Caracas es una ciudad con lomas (montañas) y entiendo que no a todos llegaba el agua pero los cortes de servicio eran programados. Sabíamos cuando podíamos contar con el servicio y cuando no. Ahora esto es un desastre".

Vecinos buscan agua (Elizabeth Ostos)
Vecinos buscan agua (Elizabeth Ostos)

Dice que desde los mega apagones del mes de marzo, "casi no tenemos agua, creo que no invirtieron (el gobierno) más en distribución de agua o luz, la estamos pasando demasiado mal", se queja.

Como lo hace Ramón, cientos de caraqueños llegan al Cerro Ávila a buscar agua de manantial. Al borde de la emblemática avenida Boyacá, ciudadanos han habilitado tomas clandestinas para poder surtirse.

"Con pico y pala abrimos huecos y colocamos tubos y mangueras; nos pegamos a las tomas el manantial", señala Rogelio, un hombre alto y fornido. Trabaja en construcción, "pero como en este país no se levantó más nunca una casa, me dedico a buscar y a vender agua. Lleno recipientes de 20 litros y los vendo en mi barrio en 4 o 5 dólares, y hay quien los paga. Los monto en mi camioneta y hago el reparto. Tardo un promedio de ocho minutos para llenar un botellón. Claro que esto es un negocio para mí aun cuando muchos me critican porque cobro en divisas o a su equivalente en bolívares. Aquí o corres o te encaramas", advierte a Infobae este residente de San Agustín, un sector popular capitalino.

Una mujer interviene en la charla. Dice: "Hemos negociado con la Policía Nacional para que nos dejen estar acá cargando agua. No hacemos ruido o botamos basura, la idea es que todos llevemos. Hay quien tiene carro pero a veces caminamos o usamos bicicletas para movernos, sobre todos los que vivimos cerca de El Ávila. No sé cómo hace la gente en otros sitios del país en donde la sequía es peor".

Una mujer busca agua en
Una mujer busca agua en una tubería rota en el estado Falcón (Vecinos de Paraguaná, estado Falcón)

En la provincia…

Y no solo en Caracas profieran los suministros poco convencionales. En estados como Falcón y Zulia (occidente) la distribución de luz y agua sigue intermitente.

Para Luis Urbano, residente en Paraguaná, Falcón: "Tenemos varios meses sin agua y hemos resuelto a los golpes. Rompemos los tubos de agua que van hacia la refinería de Pdvsa y hacia otros sitios. Pegamos una manguera y le ponemos llave. Abrimos y cerramos el chorro según sea nuestra conveniencia. Los vecinos estamos organizados no solo en mi sector, en muchos", dice vía telefónica a Infobae.

(Elizabeth Ostos)
(Elizabeth Ostos)

Está consciente de que no es la mejor forma de surtirse "pero ninguna autoridad nos apoya y eso que en Falcón manda el madurismo. El gobernador Víctor Clark dice que si la guerra económica, que si los gringos. Nosotros queremos agua y queremos luz y que cambien las cosas con o sin los gringos. La última vez que me bañé con regadera fue hace cinco meses cuando fui a Caracas a casa de mi hermana. Vamos a seguir rompiendo tubos, acá hace demasiado calor para estar como camellos en el desierto", dice.

Reportes de la prensa del estado Zulia señalan que las autoridades abrieron una investigación en varios sectores de Maracaibo, la capital. Se han reportado la apertura de pozos clandestinos de agua en varias urbanizaciones de alto target.

(Elizabeth Ostos)
(Elizabeth Ostos)

Sin inversiones

El deterioro en los servicios públicos en esta nación petrolera data de varios años. Precisamente es la ausencia de inversiones en sectores como infraestructura, acueductos, alcantarillado y electricidad merman la calidad de vida del venezolano.

Una investigación de la ONG Transparencia Venezuela, de fines de 2018, sobre el trabajo de 567 empresas estatales, advierte que solo el 18 % de la población venezolana tiene acceso al servicio de agua potable de calidad.

Uno de sus autores, el ingeniero Norberto Bausson, dice que sólo 55% de la infraestructura de suministro de agua potable en Venezuela está operativa. "No se están cumpliendo las metas de que cada venezolano debe tener acceso a 50 litros de agua diariamente por las vías regulares".

(Elizabeth Ostos)
(Elizabeth Ostos)
(Elizabeth Ostos)
(Elizabeth Ostos)

Denunció que los métodos no convencionales de suministro de agua "no garantiza la salubridad, hay que evitar que la gente obtenga agua sin la calidad potable requerida".

Aseguró que un plan de recuperación el servicio requiere continuidad, calidad y equidad, factores que no se están cumpliendo en la actualidad, según su criterio. Añadió que los continuos cortes de luz afectan directamente a los canales de distribución de agua. "Unos 20 millones de venezolanos no pueden tener agua si no hay sistema eléctrico", denunció.

(Vecinos del estado Falcón)
(Vecinos del estado Falcón)

Otro grupo de ingenieros, nucleados en el grupo Orinoco, trabaja en una propuesta de recuperación y saneamiento de embalses en Venezuela. "Estamos ante un caso excepcional nunca visto en el país y hay que actuar", declaró a la prensa local José María de Viana, ex presidente de Hidrocapital en la década de los 90.

Uno de los énfasis en el trabajo será el de potabilizar el agua, "el sistema nacional de producción de gas-cloro, de cal viva y de sulfato de aluminio; insumos fundamentales para convertir agua cruda en agua potable se paralizó. Este es el reto, recuperarlo".

En tal sentido, la propuesta de un grupo de profesionales de diversas áreas se centra en desarrollar "La ruta del agua", un proyecto de recuperación del sistema de distribución del líquido en el país.

De hecho, la embajada de Gran Bretaña en Venezuela prometió la donación de dos millones de dólares para sanear algunos embalses de Caracas, en el marco de la propuesta de ayuda humanitaria al pueblo de Venezuela. Hasta el presente, la propuesta no ha sido materializada.

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