Donald Trump firmó el lunes una orden ejecutiva con la medida más dura tomada en su cruzada para forzar la salida del chavismo. "He determinado que es necesario bloquear las propiedades del Gobierno de Venezuela a la luz de la continua usurpación del poder por parte del ilegítimo régimen de Nicolás Maduro", afirmó el presidente estadounidense en una carta dirigida a los líderes del Congreso.
El decreto prohíbe transacciones con las autoridades venezolanas cuyos activos estén bloqueados, y veta la entrega o recepción de "cualquier contribución o provisión de fondos, bienes o servicios por o para el beneficio de cualquier persona cuyas propiedades e intereses estén bloqueados bajo esta orden".
"Esto se produce justo después de la devaluación del yuan, que tuvo un impacto fortísimo en Wall Street y una serie de efectos negativos sobre la economía global. Y se asocia con otro elemento doméstico que puso presión sobre Trump, que fueron las dos masacres de fin de semana (22 personas fueron asesinadas en El Paso, Texas, y nueve en Dayton, Ohio). Entonces, más allá de un compromiso con la situación venezolana, es una respuesta ante dos sucesos claves, uno que afectó a la economía y otro que afectó a la sociedad estadounidense. Es una señal dirigida más bien hacia su electorado, que busca mostrar que la situación en el hemisferio está bajo control", explicó el analista internacional Andrés Serbin, presidente de la Coordinadora Regional de Investigaciones Económicas y Sociales, consultado por Infobae.
Hasta el momento, Washington había sancionado a cientos de individuos que pertenecen a la cúpula gobernante —o tienen estrechos vínculos financieros con ella— y había bloqueado los activos de PDVSA en Estados Unidos, lo cual había dejado al gobierno y a la economía venezolana sin su principal fuente de financiamiento, las exportaciones de petróleo. Este es un paso más en la misma dirección.
"Es una acción de mucha envergadura. No sé si después de esto le quedarán a Trump otras movidas desde el punto de vista económico y financiero. Le quedaría solamente un bloqueo general del país, que sería más fuerte, pero esta luce como una decisión de muchísimo impacto sobre las finanzas del gobierno y sobre toda la economía, que está virtualmente colapsada. Los efectos van a ser para todos, no es posible decir que no va a afectar a la población. Pero obviamente lo fundamental es apretarle más la soga al cuello al gobierno", sostuvo el politólogo Luis Salamanca, profesor de la Universidad Central de Venezuela, en diálogo con Infobae.
El gran interrogante es si esta escalada será suficiente para forzar la salida de Nicolás Maduro y de la jerarquía chavista. El golpe de principios de año sobre PDVSA parecía letal, e indudablemente debilitó al gobierno, pero no alcanzó. Una transición parece más lejana hoy que antes del frustrado alzamiento liderado por Juan Guaidó el 30 de abril.
"El Gobierno había asimilado las medidas anteriores como esos boxeadores que reciben golpes fuertes y aguantan, superan los rounds sufriendo mucho castigo, pero siguen en la pelea —continuó Salamanca—. Esto está buscando obligarlo a ceder, a negociar. Puede ser que siga aguantando contra las cuerdas. Lo que se pone en juego es eso, si tiene la capacidad de resistir esta nueva edición de sanciones. Hay gente que dice que las consecuencias no serán tan graves, porque ya se venían aplicando algunas medidas, pero creo que hay un impacto global que busca, con una sola jugada, provocar efectos primero económico y después políticos".
Para entender cómo hace el chavismo para financiarse a pesar de todas las fuentes de ingreso que perdió hay que buscar en la trama de negocios legales e ilegales de los que se nutre, para los cuales es posible conseguir clientes en el mercado global. Cada vez le cobran más caro y los riesgos son mayores, pero consigue lo indispensable para sobrevivir.
"Siempre hay mecanismos para burlar las prohibiciones, aunque parecería que estas sanciones son palabras mayores. Habrá que esperar para ver si es posible hacer triangulaciones a través de terceros, porque el Gobierno ha sido muy hábil para ir sorteando las trabas. Para eso está Turquía, por ejemplo, con el que hay un flujo directo de relaciones financieras y comerciales vinculadas al oro y al arco minero. Tareck El Aissami (vicepresidente para el Área Económica) viaja regularmente a Turquía, donde no parecen importar las sanciones. Hay que ver si eso cambia a partir de esta semana", dijo a Infobae Domingo Alberto Sifontes, profesor de la Escuela de Economía de la Universidad de Carabobo.
La anterior ronda de medidas financieras había dejado sin mercados al petróleo venezolano. India, que apareció como un comprador alternativo a Estados Unidos, debió dejar de hacer negocios con PDVSA ante la amenaza de sufrir represalias. De todos modos, la industria petrolera ya venía en picada por la implosión de la economía venezolana. Eso llevó al chavismo a buscar fuentes de financiamiento menos ortodoxas, como las ventas de oro.
"El Gobierno tiene cada vez menos espacios para financiarse lícitamente, de manera abierta —dijo Sifontes—. Pero al mismo tiempo cada vez le importa menos si la cosa es lícita o no, porque es un tema de sobrevivencia en el poder. Las formas se han perdido. Se cierran las vías normales, pero detrás de eso ya hay una oportunidad todavía. Están llevando la economía subterránea que hay en el país fuera de las fronteras".
Entre sanciones y negociaciones
"Hay experiencias que muestran que no necesariamente estas sanciones desalojan del poder a quienes se quiere desalojar. ¿Qué tanto más se puede ahorcar a un gobierno? Parecería que Estados Unidos cree que no se lo ha ahogado lo suficiente. Pero una cosa es ahogar al gobierno y otra cosa es a los venezolanos. Los antecedentes en este tipo de casos establecen que quien termina pagando es la ciudadanía y no a quienes están dirigidas las medidas", dijo Sifontes.
Una forma de estimar cuál puede ser el impacto del bloqueo es ver qué pasó con los países a los que se les aplicó. No son muchos: Corea del Norte, Irán, Siria y Cuba son los únicos que enfrentaron medidas equiparables.
"¿Tuvo efecto el bloqueo sobre Cuba? Con las medidas de presión que tomó la administración Trump lo que hizo es obstaculizar el proceso de reformas, porque le dio pie al sector más conservador del gobierno cubano para no ampliar el margen de la economía", afirmó Serbin. "Creo que la salida no pasa por ahí. En estas condiciones Maduro no va a decir 'ofrézcanme un lugar para exiliarme y me voy'. Va a haber más resistencia, como muestra la experiencia cubana. El camino es la negociación, como en todo proceso. Tarde o temprano, tiene que haber una concesión de parte y parte para llegar a una salida".
Esto es lo que proponen muchos de los países que participan en este momento de la Conferencia por la Democracia en Venezuela, que se desarrolla desde este martes en Perú. Organizada por el Grupo de Lima para discutir la crisis del país sudamericano, está marcada por las opiniones cruzadas respecto de las nuevas sanciones aplicadas por Washington y los escasos avances que muestran los diálogos en Barbados, auspiciados por Noruega.
"Esta medida puede ser un detonante para que las negociaciones en Barbados se aceleren —dijo Salamanca—. Pero lo que busca el gobierno allí es lograr un apaciguamiento de la crisis. La otra alternativa es que las sanciones dinamiten el proceso, porque se ve que Estados Unidos no está con la negociación, sino detrás de buscar una coalición de intereses que lleve a la salida del gobierno. El embargo es antagónico al diálogo en principio, es claro. Pero la vida no es blanco y negro, hay muchos grises".
Días atrás, Oslo había informado que los representantes de Maduro y Guaidó "mantienen su compromiso de buscar una solución acordada". El diputado Stalin González, uno de los enviados de Guaidó, agradeció la "disposición y colaboración" del gobierno noruego.
"No creo que el incremento de las sanciones tenga un resultado inmediato, a menos que se avance en una negociación. Hay muchos sectores que se resisten. De la oposición presionan a Guaidó para que se cancele, y hay sectores del gobierno que están en contra, Diosdado Cabello entre ellos. Entonces, es una situación muy compleja en la que hay que confiar en la habilidad de los pacificadores del proceso. Los noruegos son muy profesionales, esto no es como el diálogo que hubo en República Dominicana. Son negociaciones serias, por eso son más lentas, complicadas y requieren de mayor esfuerzo", concluyó Serbin.
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