En las últimas dos semanas, en Barbados se negocia un escenario electoral como posible salida a la crisis venezolana. Aunque el proceso ha sido bastante hermético, el presidente encargado Juan Guaidó ha reiterado que su objetivo en las conversaciones es lograr la salida de Nicolás Maduro del poder, para que haya una transición y elecciones libres.
Héctor Rodríguez, uno de los representantes del régimen de Maduro en la mesa que cuenta con la mediación de Noruega, ha dicho que cualquier acuerdo debe pasar por un cronograma electoral. Pero ¿qué tipo de elección estaría planteada?
Hace un año debieron realizarse comicios para escoger un presidente. Nicolás Maduro decidió reelegirse para un nuevo mandato de 6 años, en un proceso que estuvo plagado de irregularidades como la inhabilitación y el encarcelamiento de candidatos opositores, la ilegalización de partidos políticos, el uso de los recursos públicos para favorecer una parcialidad política, la falta de observación internacional independiente, la coacción a los electores, la reubicación arbitraria de centros de votación y la intimidación con grupos armados.
Por ello, los comicios del 20 de mayo de 2018 fueron desconocidos por la mayoría de los países de Latinoamérica, de Europa, por Canadá y Estados Unidos. A esto se le suma que más del 54% de los ciudadanos no acudió a las urnas, según cifras oficiales del cuestionado Consejo Nacional Electoral.
El ánimo de la gente ha cambiado con respecto al escenario del año pasado. Una reciente investigación del Centro de Estudios Políticos y de Gobierno de la Universidad Católica Andrés Bello (CEPyG-UCAB), con base en la encuestadora Delphos, muestra que 64,6% de los venezolanos estaría dispuesto a votar si hubiese elecciones presidenciales este fin de semana.
¿Cómo se explica esto?
La especialista en mercadeo político y ciberpolítica Carmen Beatriz Fernández considera que Venezuela comenzó a salir del "letargo democrático" en el que estuvo sumergida en 2018.
"Venezuela estuvo en una especie de depresión democrática, de donde sale a raíz de la emergencia de Guaidó el 10 de enero de 2019. Guaidó cayó como un bálsamo democrático y le cambió el estado de ánimo al país. De ese marasmo, de esa depresión en que se había caído, el país recupera la esperanza con la figura de Guaidó", explica Fernández.
Agrega que "en Venezuela viene costando mucho arrebatar la democracia porque hay generaciones que tienen en su ADN los valores democráticos. Venezuela se ha venido resistiendo al proceso de tiranización de la sociedad".
El profesor Benigno Alarcón, director del CEPyG-UCAB, coincide en que en el país aún existe "una vena democrática", y que eso no se ha perdido.
"La gente quiere seguir siendo quien decida, quiere seguir participando, quiere seguir votando, y eso siempre ha estado presente. Ha habido momentos excepcionales donde la gente no ha ejercido eso, pero normalmente los niveles de participación en Venezuela son muy altos cuando los comparas con el resto de América Latina y Estados Unidos", destacó.
Según el estudio, realizado la última quincena de mayo, los principales requisitos de los ciudadanos para participar en una elección son que se cambien los rectores del Consejo Nacional Electoral por unas autoridades equilibradas, que se revise el padrón electoral y que haya observación internacional.
Sin embargo, Alarcón precisa que cuando se revisa a detalle la opinión de los encuestados identificados como opositores, la gente dice que una condición para participar es que Maduro no sea presidente ni candidato.
¿Noruega podrá lograr una elección libre?
La ex diputada y dirigente opositora María Corina Machado considera que el problema va más allá de las condiciones electorales.
"Estamos en un país que es un Estado fallido, una nación que se está somalizando, y que mientras el régimen controle la fuerza física, judicial y comunicacional no es posible un proceso electoral que exprese la soberanía popular, es decir, no van a salir del poder", enfatiza.
A su juicio, no es posible que del proceso de negociación en Barbados salga una elección competitiva.
"Si algo le conviene al régimen es mantener esa mesa operando y esa ilusión de una disposición a avanzar en una transición que al final no va a ocurrir, entre otras cosas porque hay un problema de representatividad. Este régimen está integrado por varios cogobiernos y no todos están sentados en esa mesa. Es decir, Maduro no tiene la capacidad de hacer cumplir, de venderle ese acuerdo a todos los componentes del estado criminal venezolano", asevera Machado.
La ex parlamentaria alertó que no se está enfrentando a una dictadura militar tradicional, sino que se está frente a un régimen inédito que tiene por detrás a mafias criminales del mundo entero, como las guerrillas colombianas y Hezbollah, y que la salida de Maduro significaría la derrota del "castrocomunismo" en el hemisferio.
"La semana que viene se reúne el Foro de Sao Paulo en Venezuela. Están pasando a la ofensiva, y explícitamente dicen que su propósito es desestabilizar a Duque, consolidar a López Obrador, lograr la reelección de Evo, derrotar a Macri, lograr el debilitamiento acelerado de Bolsonaro. Entonces, ¿es posible creer que todos estos intereses van a ceder el poder? Porque nadie duda que en una elección limpia y libre serían arrasados. No es que perderían, sino que este régimen, que hoy tiene menos de 10% de apoyo, tendría su derrota definitiva. ¿Entonces creemos que van a entregar el poder por las buenas?", se pregunta.
Por ello plantea que se debe aumentar la presión, no solo con sanciones, para crear una "amenaza severa, real e inminente" que le haga entender al régimen que permanecer en el poder es mucho más costoso que ceder.
"Solo en ese momento tiene sentido sentarse en una mesa, solo en ese momento tú pones los términos, las garantías y condiciones para que el régimen salga del poder, pero completo", puntualiza Machado.
Según la encuesta realizada por el Centro de Estudios Políticos de la UCAB la disposición de los venezolanos a votar asciende al 70% si cambian las autoridades electorales, si hay observación internacional y si Maduro renuncia y no se le permite ser candidato.
Sin embargo, el periodista especializado en materia electoral Eugenio Martínez advierte que el proceso puede tomar tiempo.
"Para depurar todo el sistema electoral, legal y judicial pasaría demasiado tiempo. Hay que entender que el tiempo político no es el tiempo de la crisis y mientras más cosas se exijan como condiciones, más tiempo va a demorar hacer un proceso electoral", manifiesta.
El profesor Alarcón agrega en que hay que tener "flexibilidad estratégica", especialmente respecto a la ruta planteada inicialmente del cese de la usurpación, gobierno de transición y elecciones libres.
"Normalmente los gobiernos no se retiran para permitir que haya una elección donde se decide si continúan o no. En Chile la elección fue con Pinochet; en Serbia la elección fue con Milošević; en Sudáfrica la elección fue con Frederik de Klerk", recuerda.