La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) aceptó este miércoles la invitación del gobierno interino de Juan Guaidó a visitar Venezuela para investigar el brutal asesinato del capitán de corbeta Rafael Acosta Arévalo.
Paulo Abrão, secretario Ejecutivo del organismo, indicó por medio de un comunicado su "plena disposición de realizar una visita in loco a Venezuela para observar la situación de los derechos humanos".
"Cumplo con solicitar a Su Excelencia información sobre las medidas para garantizar el ingreso de la delegación de la CIDH a Venezuela, así como los medios de transporte terrestre y de seguridad", agrega la misiva, dirigida a Gustavo Tarre Briceño, representante de Guaidó ante la Organización de Estados Americanos (OEA).
La invitación se formalizó por medio de una carta enviada por Tarre Briceño el pasado 1 de julio. En la carta, el diplomático venezolano solicitó "con carácter de urgencia que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos realice una visita in loco a Venezuela para evaluar la grave situación de los derechos humanos".
"En el marco de dicha visita, proponemos a la Comisión Interamericana el establecimiento de un Mecanismo Especial de Investigación sobre los graves hechos relacionados con las denuncias de desaparición forzosa, tortura y ejecución arbitraria del Capitán de Corbeta Rafael Acosta Arévalo y otros presos políticos, por el régimen de Nicolás Maduro, hechos acontecidos entre el 21 y el 28 de junio", añadió el texto.
Tras el asesinato de Acosta Arévalo, la CIDH urgió al régimen de Nicolás Maduro a investigar los "probables actos de tortura" a los que fue sometido el capitán de corbeta antes de morir.
En un comunicado, el organismo internacional expresó "alarma" y "preocupación" por el fallecimiento del militar "por probables actos de tortura" e instó "a las autoridades a investigar los hechos, juzgar y sancionar a los responsables".
"La CIDH condena la tortura y espera el compromiso de todos los Estados para combatirla", indicó el organismo.
Según su defensa y portavoces de la oposición, Acosta Arévalo fue torturado hasta la muerte y la última vez que se le vio con vida, cuando se presentó ante un tribunal militar, no podía mantenerse en pie o hablar.
Al respecto, con base en la información que ha recibido, la CIDH apunta que el militar "estaba en silla de ruedas, tenía las uñas ensangrentadas, no podía hablar y solo asentía cuando le preguntaban si había sido torturado en la DGCIM".
El pasado 22 de mayo, la Comisión ya expresó preocupación por el "recrudecimiento" de las condiciones de detención en la DGCIM y dijo que había recibido información "alarmante" sobre supuestas torturas, así como tratos inhumanos, crueles y degradantes.
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