Cuando aún Michelle Bachelet no había abandonado el territorio venezolano, los cuerpos de inteligencia venezolanos estaban capturando a varios militares de diversos componentes de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, señalándolos de estar en un movimiento conspirativo.
Hasta ahora se conocen los nombres de cinco de ellos: por la Aviación, el general de brigada Miguel Sisco Mora y los coroneles Miguel Castillo Cedeño y Francisco Torres Escalona; por el Ejército, el teniente coronel Pedro Caraballo Lira; y por la Marina, el capitán de corbeta Rafael Acosta.
Todo ocurrió cuando el recién nombrado coronel (GNB) Pedro Luis Pérez Silen, comandante del Destacamento de la Guardia Nacional en El Rodeo, convocó el jueves a un grupo de oficiales para una reunión que se realizaría el día viernes. Pérez Silen pidió dejar los vehículos en el Centro Comercial Buenaventura en Guatire, estado de Miranda y los mandó a buscar a los oficiales en un vehículo militar que los trasladó hasta el comando, donde se reunieron con él.
Al término de la reunión, el comandante de El Rodeo los envió de regreso al estacionamiento del CC Buenaventura. Apenas se bajaron del vehículo oficial, ya estaba ahí una comisión de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM), quien procedió a detenerlos.
El único oficial que fue detenido posteriormente y en su lugar de trabajo en el aeropuerto Simón Bolívar de Maiquetía fue el teniente coronel del Ejército Caraballo Lira.
Los cuerpos de Inteligencia buscan activamente a un capitán de fragata y a otros funcionarios, de quienes suponen que están en un movimiento de rebelión para derrocar a Nicolás Maduro.
Los ascensos
Pérez Silen fue ascendido de número 4 de orden a coronel el martes 18 de junio. Tres días después realiza la reunión que lleva a la detención de los cinco militares, pero él está en libertad y en su cargo, lo que indica que fue la pieza clave para cazar a los oficiales detenidos.
Él es compañero del también ascendido ese día, el coronel Rubén Darío Santiago Sevigna, ex director de la policía de tránsito de la Policía Nacional, quien el 4 de mayo quema en la cara a unos manifestantes la Ley de Amnistía que le entregaron.
Ese oficial, quien ascendió de número 5 a coronel, responde a la línea del MG Néstor Reverol, con quien trabaja desde que era capitán.
También forma parte del grupo de compañeros de Pérez Silen el recién ascendido a coronel, en el segundo lugar de mérito, Juan Leonardo Yusti Pérez, quien comanda el Destacamento de la GNB de Santa Elena de Uairén.
Es otro de los pupilos de Reverol, con quien trabaja desde que el ministro estaba al frente de la Oficina Nacional Antidrogas (ONA).
El número 6 de los ascendidos a coronel es Ediam Gabriel Lagonell Hernández, quien viene de comandar el destacamento móvil de Orden Público de la GNB. En la institución castrense lo consideran un símbolo de la represión.
Aunque es el jefe del Comando de la GNB en Guri, es llamado a Caracas cada vez que hay manifestaciones para comandar las operaciones de orden público. Es pieza clave de la represión en Caracas aunque poco conocido porque casi siempre usa pasamontañas durante las operaciones.
El que ascendió de número uno es Asdrúbal José Brito Hernández, quien trabaja en la Dirección General de Contrainteligencia Militar y, además, es director de Contrainteligencia en la Guardia de Honor Presidencial.
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