Sebastián Piñera volvió a criticar duramente al régimen de Nicolás Maduro, al que calificó de "dictadura corrupta e incompetente", pero sostuvo que al chavismo le queda poco tiempo en el poder.
"Creo que el camino de Venezuela es terminar con esa dictadura, tener un gobierno de transición y llamar a elecciones libres, transparentes y democráticas y poder recuperar el tiempo perdido y ponerse nuevamente en la senda del progreso y el desarrollo", declaró el mandatario de Chile, en una extensa entrevista con el periódico ABC.
En ese sentido, indicó que Maduro "tiene los días contados" al frente del Palacio de Miraflores. "Espero que los tiempos del dictador Maduro se terminen, y pronto pueda producirse un gobierno de transición que llame a elecciones libres, limpias, democráticas", añadió, en respaldo al sector liderado por Juan Guaidó.
En su repaso por la crisis, calificó la situación de crisis política "porque no hay democracia, no hay libertad de expresión, hay presos políticos, no hay respeto por los derechos humanos", crisis económica "porque hoy en día el producto bruto de Venezuela es cerca de un tercio de lo que llegó a ser en la década de los 90", y una crisis humanitaria porque "literalmente muchas personas se están muriendo de hambre por falta de alimentos o por falta de medicamentos".
En cuanto a una transición, soslayó: "Las dictaduras nunca ceden libre y voluntariamente el poder. Hay que quitárselo, arrebatárselo".
De todas formas, resaltó que se han dado grandes pasos en esa dirección. "Hoy ya tenemos la oposición democrática de Venezuela más unida que nunca, una opinión pública completamente comprometida con hacer lo que sea necesario para lograr deshacerse de una dictadura corrupta e incompetente. Tenemos una comunidad internacional mucho más consciente y más comprometida con la causa democrática venezolana", celebró.
El mandatario centroderechista también se refirió al creciente flujo migratorio que llega a su país. Esta semana, Chile comenzó a exigir visa de turista a los migrantes venezolanos. "Creemos que Chile debe seguir siendo un país abierto y acogedor con la inmigración, pero queremos una inmigración ordenada, regulada y segura", comentó, advirtiendo que quiere tener las "fronteras cerradas" para aquellos que entran de forma ilegal o tienen antecedente delictivos en sus países de origen.
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