Los secretos dentro del Sebin, la torturadora rama de inteligencia y narcotráfico del régimen de Nicolás Maduro

El Servicio Bolivariano de Inteligencia incrementó su participación en el tráfico de drogas alrededor de 2006. Cómo opera este brazo del chavismo

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Agentes del Sebin
Agentes del Sebin

Un informe de Fox News hace hincapié en el rol del Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin) en Venezuela y cómo este opera para el régimen de Nicolás Maduro. Una trama en la que se mezclan inteligencia y narcotráfico.

El artículo del medio estadounidense comienza recordando el caso de Fernando Albán. En octubre, el concejal del partido opositor venezolano Primero Justicia se pronunció en contra de Maduro en la ONU, en Nueva York. A su regreso, al Aeropuerto Internacional Simón Bolívar, fue capturado por el Sebin. Tres días después cayó al vacío desde el décimo piso de un edificio secreto mientras era sometido a un interrogatorio.

La línea oficial es que se trató de un suicidio, pero muchos sospechan de que su muerte fue a manos del ala de seguridad e inteligencia más formidable del país.

"El Sebin opera en toda Venezuela realizando la vigilancia y patrullando como una policía política", afirmó en diálogo con Fox News Johan Obdola, ex jefe antinarcóticos venezolano y fundador de la firma de Seguridad e Inteligencia centrada en América Latina, IOSI.

El Sebin opera en toda Venezuela realizando la vigilancia y patrullando como una policía política

"Sin embargo, sus operaciones principales se basan en operaciones de inteligencia física en todo el país y en el extranjero, y tienen sus objetivos principales para neutralizar a los opositores políticos del régimen. Son los más temidos", agregó.

Mientras que el Sebin mantiene su sede en El Helicoide con una prisión críptica, los lugareños llaman "La Tumba" a esos cinco pisos que se despliegan por debajo de la superficie de una de sus oficinas en Caracas.

Algunos dicen que los agentes también operan en representaciones diplomáticas venezolanas en varias partes del mundo. En 2012, El Nuevo Herald informó que alrededor de una docena de agentes del Sebin que operan en la esfera diplomática en EEUU se vieron obligados a irse.

La Guardia Nacional Bolivariana reprime a manifestantes (Foto de Federico Parra/ AFP)
La Guardia Nacional Bolivariana reprime a manifestantes (Foto de Federico Parra/ AFP)

El Sebin, que durante décadas fue llamado Dirección Nacional de Servicios de Inteligencia y Prevención (DISIP) hasta que el ex presidente Hugo Chávez cambió el nombre en 2009, incrementó su participación en el narcotráfico alrededor de 2006, dijeron fuentes de confianza a Fox News. El impulso se produjo solo unos meses después de que Chávez expulsó a la Agencia de Control de Drogas de los Estados Unidos (DEA) de Venezuela.

Un desertor del régimen venezolano de 54 años, que solo puede ser identificado por el seudónimo de Ras, dado los lazos familiares que aún se encuentran dentro del país en rápido deterioro, sirvió durante mucho tiempo como un fiel confidente de inteligencia cercano a Chávez.

Venezuela no es un país para operaciones internas de cárteles de drogas, sino un centro estratégico para los dos cárteles del Gobierno venezolano y para otros grupos regionales e internacionales de drogas

Ras subrayó que el narcotráfico se disparó después de 2004 y en 2007 saltó a un nuevo nivel. Afirma que Chávez ordenó personalmente misiones encubiertas para enviar cocaína a Estados Unidos y Europa, en coordinación con los rebeldes de las FARC en la vecina Colombia, y luego a través de los cárteles mexicanos que estaban activos en empresas transfronterizas.

"También hablaron sobre la participación de un narcotraficante venezolano, Walid Makled, que era un importante capo de la droga en Venezuela y que recibió grandes contratos del Gobierno venezolano. Más tarde, las operaciones de Makled comenzaron a molestar a Chávez. Entonces, en 2008, el ex presidente le ordenó a Tareck el Aissami, entonces ministro del Interior, que 'sacrificara' a Walid", dijo Ras.

Tareck el Aissami (Foto: Archivo)
Tareck el Aissami (Foto: Archivo)

"Así que Tareck ordenó el arresto de Walid, luego Chávez ordenó a Tareck que se hiciera cargo de la operación de drogas, ya que esta acción contra Estados Unidos no se pudo detener", agregó.

A principios de 2017, Maduro nombró a Aissami para que fuera su vicepresidente y, por lo tanto, quedó relegado a la función crítica de supervisar el Sebin. Aissami, nacido de una madre libanesa y un padre sirio, es uno de los hombres más ricos del país y durante años ha estado bajo investigación por parte de los fiscales de los Estados Unidos por tener relaciones cercanas con Hezbollah y la financiación del narcotráfico.

La mayoría de estas drogas llegan a Estados Unidos y Europa a través de México, República Dominicana y Brasil

Aissami permaneció en el segundo puesto al mando hasta junio de 2018, cuando fue trasladado al Ministerio de Industrias y Producción Nacional.

"Venezuela no es un país para operaciones internas de cárteles de drogas, sino un centro estratégico para los dos cárteles del gobierno venezolano y para otros grupos regionales e internacionales de drogas", enfatizó Ras.

"La mayoría de estas drogas llegan a Estados Unidos y Europa a través de México, República Dominicana y Brasil. La mayoría del personal militar en Venezuela está involucrado en estas operaciones en todos los niveles de la nación", agregó.

El Helicoide, sede del Sebin (Servicio Bolivariano de Inteligencia) en Caracas
El Helicoide, sede del Sebin (Servicio Bolivariano de Inteligencia) en Caracas

Ras también subrayó que durante años los miembros de Hezbollah, que se estaban beneficiando en gran medida del refugio narco en Venezuela y que operaban desde la notoria región de la triple frontera, entre Argentina, Paraguay y Brasil, habían estado adquiriendo pasaportes venezolanos.

Un periodista en Caracas señaló que "todo el mundo sabe que esto está sucediendo, pero el grado en que ha estado ocurriendo la operación de drogas es mucho más elaborado de lo que nadie sabía".

Emanuele Ottolenghi, experto en América Latina de la Fundación para la Defensa de las Democracias (FDD), describió al Sebin como un servicio que debería funcionar como la versión venezolana del FBI, pero en la práctica es "una herramienta estatal de represión política utilizada para silenciar la disidencia y aterrorizar a los oponentes".

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