El colapso de la red eléctrica en el país sudamericano ha generado numerosos apagones en distintas partes del país en las últimas semanas, haciendo aún más crítica la delicada situación en el país que ya registra un fuerte deterioro de sus servicios públicos en un contexto de caída del PBI, hiperinflación, escasez de productos de primera necesidad y auge del crimen, entre otros fenómenos.
Casi desde el principio Maduro, cuestionado líder chavista cuya legitimidad es rechazada por la Asamblea Nacional, acusó que su país era víctima de sabotajes en la infraestructura energética, aunque la mayoría de los expertos apuntan a la histórica falta de inversión, pérdida de personal calificado y deterioro general del país y la principal empresa petrolera estatal, PDVSA, entre las razones.
Eso es una mentira descarada. Los apagones se atribuyen al liderazgo inepto, la corrupción, la falta de atención al pueblo y la falta de preocupación por cuestiones humanitarias de Maduro
Al respecto, China, uno de los pocos países junto a Rusia y Cuba que sigue prestando apoyo al régimen chavista, ofreció ayuda para restaurar el sistema y se manifestó "preocupada" por "reportes" sobre un posible ciberataque como causa de los apagones.
"China ha salido públicamente, a través de un portavoz, a implicar que los apagones se atribuyen a un ciberataque estadounidense", dijo el almirante Craig Faller, comandante del Comando Sur de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, en una entrevista con al revista Foreign Policy publicada el lunes.
"Eso es una mentira descarada. Los apagones se atribuyen al liderazgo inepto, la corrupción, la falta de atención al pueblo y la falta de preocupación por cuestiones humanitarias de Maduro", agregó.
El influyente militar aseguró que el Departamento de Estado de su país se encuentra preocupado por la campaña de desinformación lanzada por Beijing y centrada en esta ocasión en la delicada situación en Venezuela.
Así como también por la creciente actividad de China en el Pacífico, con la construcción de islas artificiales y la militarización de islas en disputa; en África, con la ampliación del control chino de puertos e infraestructura crítica; y en Europa, con la creciente amenaza de ciberataques y tensiones comerciales con el gigante asiático.
"Creo que la mayor amenaza en todo el mundo a la democracia y nuestro estilo de vida es la tendencia que vemos en China", consideró Faller.
La influencia de China también está creciendo en América Latina, y en especial en Venezuela el control de Beijing se está logrando mediante una combinación de inversiones en infraestructuras y grandes préstamos en condiciones favorables para Caracas.
China no espera que Venezuela pueda pagar estos préstamos ni ofrecer contraprestaciones por las inversiones, señala Foreign Policy, pero se contenta con apuntalar su presencia e influencia en la región y cobrar en petróleo venezolano y de apoco sus aportes. De acuerdo al Banco de Desarrollo de China, para el 2014 los préstamos a Venezuela garantizados con petróleo habían llegado a los 30.000 millones de dólares.
Al respecto, el apoyo financiero chino, sumado a la asistencia militar rusa (Caracas se armó en la última década casi exclusivamente con equipo provisto por Moscú) y la experiencia aportada por los cubanos han permitido que Maduro se mantenga en el poder a pesar de su creciente autoritarismo y el colapso económico y social de Venezuela.
"China está cubriendo sus apuestas y está siendo poco útil. Para una nación que desea establecer su reclamo de un espacio entre las grandes naciones, ciertamente no están respetando derechos humanos, soberanía, democracia, nada de lo que en ese grupo se valora", señaló Faller.
Venezuela se ha convertido en un hervidero geopolítico con la llegada semanas atrás de un centenar de tropas rusas, presuntamente para prestar apoyo técnico al equipo comprado por Caracas. Pero el movimiento de personal militar chino al país, reportado en medios y negado por Beijing, también ha agitado la situación, luego de que el país asiático enviara personal médico para paliar la crisis.
El Comando Sur, uno de los diez en los que se organizan las FFAA de Estados Unidos y responsable de la zona de Sudamérica, América Central y el Caribe, ha también señalado que 17 naciones de la región se han involucrado con la iniciativa china "Un camino, un cinturón", una serie de inversiones en infraestructura para crear una nueva "ruta de la seda" entre Europa y el extremo oriente.
Y, en especial, el Departamento de Estado se encuentra preocupado por la Estación del Espacio Lejano montada por China en el territorio de la Argentina, desde donde Washington cree que Beijing puede monitorear y un futuro incluso atacar satélites estadounidenses y de sus aliados. "La dimensión en la que China está invirtiendo en todos los elementos de poder en la región es alarmante", concluyó Faller.
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