El Gobierno de Uruguay apoyó este jueves, en la II Reunión Internacional sobre Venezuela celebrada en Quito, una declaración que incluye propuestas de observancia electoral y una hoja de ruta para posibilitar la convocatoria de elecciones en el país caribeño.
Esto implica un cambio de postura respecto a su visión sobre la crisis venezolana, ya que en el pasado reciente enfatizaba en mantener la neutralidad y en no inmiscuirse en asuntos internos.
En representación del Ejecutivo de Tabaré Vázquez, estuvo el canciller Rodolfo Nin Novoa, quien firmó la declaratoria junto con el resto de los diplomáticos presentes, a excepción del enviado de Bolivia, fiel aliado de Nicolás Maduro.
El encuentro aglutinó a delegaciones de alto nivel de 16 países comunitarios y americanos que conforman el denominado Grupo Internacional de Contacto (GIC), que celebró un primer encuentro el mes pasado en Montevideo.
La cita desarrollada este jueves en la Cancillería ecuatoriana concluyó con un documento que recoge una condena a la decisión de la Contraloría venezolana de inhabilitar durante 15 años a Juan Guaidó para ejercer un cargo público.
"Es otra prueba de la urgencia de la restauración de la democracia, la separación de poderes y el imperio de la ley en el país", declaró la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, que copresidió la reunión junto con el anfitrión, el canciller de Ecuador, José Valencia.
En este segundo encuentro, que ha contado con la participación de ocho cancilleres, se ha vuelto a insistir en una solución pacífica a la crisis, excluyendo el uso de la fuerza, mediante la celebración de "elecciones libres, transparentes y creíbles tan pronto como sea posible".
El grupo se conformó poco después de que el presidente del Parlamento venezolano se autoproclamase presidente interino, reconocido por más de 50 países, y con la expectativa que esa acción generó.
Sin embargo, sobre la cuestión de tiempos y plazos acerca de cuándo podrían celebrarse elecciones en ese país, los responsables han preferido no pronunciarse, y en esta ocasión han abogado por el pragmatismo y el ofrecimiento de la experiencia en procesos electorales con que cuentan, por ejemplo, los Veintiocho, "sobre la base de una hoja de ruta".
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