Citigroup depositará poco más de 200 millones de dólares de Venezuela en una cuenta de Estados Unidos, monto que representa el excedente de un crédito otorgado al banco central del país sudamericano en 2015, dijeron a la AFP dos fuentes bancarias.
El Banco Central de Venezuela (BCV) podrá luego recuperar esta suma si se le autoriza a hacerlo, agregaron las fuentes. Pero será difícil para el actual BCV recuperar este dinero ya que Estados Unidos ha congelado las cuentas y endurecido las sanciones contra el régimen de Nicolás Maduro, cuya autoridad no reconoce.
Citigroup acordó en 2015 prestar 1.100 millones de dólares al BCV en busca de liquidez luego del colapso de los precios del petróleo, crucial para la economía venezolana. Para obtener este préstamo, la entidad venezolana había puesto como garantía lingotes de oro, con la promesa de devolver el dinero otorgado a más tardar el 11 de marzo de 2019.
Una de las cláusulas del contrato estipulaba que Citigroup devolvería el oro al BCV por el equivalente a lo que había recibido. Citigroup, que quería protegerse contra cualquier riesgo, no esperó y vendió en 2015 en los mercados el oro recibido de Venezuela.
A 11 de marzo, el equivalente en lingotes de oro percibido por la firma estadounidense fue estimado en poco más de 1.300 millones de dólares a precios actuales.
Dado que el BCV incumplió con el plazo de reembolso del 11 de marzo, Citigroup decidió depositar en una cuenta en Estados Unidos el excedente recibido, un poco más de 200 millones de dólares, explicaron las fuentes.
Contactado por la AFP, el banco declinó hacer comentarios.
Estados Unidos busca la salida del poder de Maduro, cuya reelección considera ilegítima, y apoya los esfuerzos del jefe parlamentario Juan Guaidó, reconocido como presidente interino por más de 50 países, de encabezar un gobierno de transición y organizar nuevas elecciones. Para forzar la partida de Maduro, Washington ha impuesto sanciones económicas a Venezuela, entre ellas un embargo de facto al crudo venezolano que comenzará a regir el 28 de abril.
Frente a la posibilidad que contemplan de que pueda ocurrir una transición política, el equipo de Guaidó ha tenido reuniones preliminares con asesores legales en Estados Unidos para un eventual proceso de reestructuración de la deuda externa y estar preparados ante cualquier acción hostil de los acreedores, según dos de las fuentes opositoras.
La intención es estar listo para negociar no solo con tenedores de bonos venezolanos, sino también con gobiernos prestamistas como los de China y Rusia, y con empresas afectadas por la ola de nacionalizaciones bajo el chavismo.
Venezuela enfrenta incumplimientos de bonos por unos 60.000 millones de dólares desde el 2017. Pero además firmas como Conoco y Crystalex reclaman millonarias indemnizaciones tras la decisión del fallecido presidente Hugo Chávez, que antecedió a Maduro, de excluirlas de proyectos petroleros y mineros.
"Queremos abordar la deuda de manera integral. Calculamos que alcanza unos 200.000 millones de dólares", apuntó una de las fuentes del entorno de Guaidó, a quien Maduro considera un títere de los Estados Unidos, país al que acusa de querer sacarlo del poder para apoderarse de las riquezas petroleras.
Con información de AFP y Reuters
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