Estados Unidos sigue de cerca cada acontecimiento en Venezuela. Tras la brutal represión del pasado sábado contra la oposición que intentó ingresar la ayuda humanitaria desde los distintos pasos fronterizos, el gobierno de Donald Trump aplicó sanciones contra funcionarios chavistas y advirtió al régimen de Nicolás Maduro que duplicará el envío de asistencia de medicinas y alimentos.
Durante una conferencia telefónica, de la que participó Infobae, un alto funcionario norteamericano subrayó que, si bien la Casa Blanca mantiene las vías diplomáticas para forzar la salida del dictador chavista, "sería irresponsable descartar el uso de la fuerza militar" en Venezuela.
"Por eso el presidente Trump ha dejado claro que todas las opciones seguirán sobre la mesa", remarcó el funcionario norteamericano desde Bogotá, adonde viajó con la delegación del vicepresidente Mike Pence para asistir a la cumbre del Grupo de Lima.
"Respetamos obviamente la postura del Grupo de Lima y son importantes aliados nuestros, particularmente en la vía diplomática. Pero Estados Unidos no es miembro del Grupo de Lima, somos observadores. Y en cuestiones del uso de fuerza militar eso es netamente una decisión del presidente y del gobierno de Estados Unidos. Son dos cosas separadas", añadió.
De esa cumbre participó el presidente interino de Venezuela, Juan Guaidó, quien el pasado viernes por la tarde cruzó hacia Colombia para asistir al show "Venezuela Aid Live" y colaborar con la entrega de la ayuda humanitaria del día sábado. Mucha incertidumbre hay sobre su regreso a Caracas, ya que la Corte chavista le impidió la salida del país tras proclamarse presidente interino. El propio Maduro declaró en las últimas horas que a su regreso al país, Guaidó deberá hacer frente a la Justicia.
El funcionario norteamericano fue enfático en su mensaje al dictador bolivariano: "Cualquier daño hacia Guaidó traería serias consecuencias. Sería la peor decisión, a lo mejor una de las últimas decisiones de Maduro".
También se refirió a las distintas acciones que viene tomando el gobierno de Trump desde que reconoció a Guaidó como presidente interino el pasado 23 de enero, y adelantó que en los próximos días habrá nuevas sanciones contra el entorno de Maduro.
El funcionario norteamericano consideró que los mecanismos diplomáticos y de sanciones que se han aplicado hasta el momento han sido un "éxito" y que tuvieron un "impacto significativo sobre las redes financieras de Maduro y sus allegados, y las vías por las cuales mueven el dinero ellos y sus familiares por todo el mundo".
"Hemos incrementado la persecución financiera hacia el dinero de estos personajes en el exterior. No pueden seguir viviendo bajo un doble estándar, mientras ellos generan miseria para el pueblo venezolano". Apuntó, además, que muchos altos mandos militares y funcionarios cercanos a Maduro tienen a sus familias viviendo en el exterior, en ciudades como París, Madrid y Miami, entre otras.
"Nos queremos asegurar de que no puedan seguir lucrando del sufrimiento del pueblo venezolano", aseguró.
Recordó, no obstante, que la administración Trump está dispuesta a "eliminar las sanciones" a aquellos militares que abandonen a Maduro: "No es una batalla, ni una venganza, es una cuestión de permitir que este pueblo tenga la ayuda que tanto necesita. Venezuela no tiene razón de estar en una situación de miseria".
En esa línea, se refirió a las recientes deserciones de más de 350 militares venezolanos desde el pasado sábado: "Están viendo que hay una posibilidad de retomar un futuro y comprometerse por una Venezuela democrática y próspera". Señaló, asimismo, que "eso demuestra que la oferta de amnistía de Guaidó es concreta".
Sobre un eventual diálogo con el chavismo, el alto funcionario norteamericano reiteró que Washington está abierto a cualquier conversación en la que se determine "el cómo, cuándo y dónde": "Es la única conversación que vamos a tener con esos individuos. Han demostrado que cualquier otra conversación no tiene frutos".
"Se burlaron del mundo. Esas burlas se terminaron. Por eso cualquier conversación que haya es estrictamente sobre la partida de Maduro", agregó.
Tras la violenta represión del fin de semana ante los voluntarios que intentaron ingresar la ayuda humanitaria, el funcionario sostuvo que Estados Unidos duplicará el envío de alimentos y medicinas, y recordó que el vicepresidente Pence anunció el lunes en Bogotá que Washington destinará 56 millones de dólares extras en ayuda para el pueblo venezolano. "Habrá más acciones en apoyo a la ayuda humanitaria. Seguiremos nuestros esfuerzos para que llegue la ayuda al pueblo venezolano".
Pese a la brutal represión de las fuerzas de seguridad, que impidió el avance de la ayuda humanitaria, el alto dirigente norteamericano aseguró que en el seno del régimen "hubo un quebrantamiento institucional": "Maduro tuvo que acudir a grupos paramilitares, ilegales, a los colectivos para reprimir a la población. Los altos mandos se escondieron, no quisieron exponerse, tuvo que acudir a grupos de criminales para intimidar y causar violencia".
Aunque la dictadura tomó como un triunfo lo ocurrido el sábado, Maduro cada vez está más aislado y debilitado. Los ingresos de la petrolera PDVSA y la cúpula militar son sus dos grandes pilares para mantenerse en el poder. El primero, sin embargo, ya fue bloqueado por Estados Unidos a partir de las sanciones a la compañía estatal. Un verdadero dolor de cabeza, ya que era su principal fuente de financiamiento. El otro pilar, por su parte, de a poco empieza a darle la espalda al dictador, quien en las últimas horas mostró "actitudes de desesperación" al retener al periodista mexicano Jorge Ramos y su equipo de Univisión en el Palacio Miraflores porque no le gustaron las preguntas de la entrevista. Este martes también fue secuestrado durante unas horas un reportero de Telemundo. "Quiere demostrar algún tipo de poder con estos juegos que ha llevado a cabo con Jorge Ramos. Quiere demostrar que lo puede mantener en un cuarto aislado. Es una medida desesperada, de dictadores".
Ante este contexto, el funcionario norteamericano reiteró desde Bogotá la confianza de EEUU de que se seguirán sumando países para apoyar a Guaidó en su búsqueda de restablecer el orden democrático en Venezuela. Para aquellas naciones que se proclaman neutrales, avisó: "Van a tener que elegir entre la tiranía y la democracia". De cualquier forma, "Maduro está en un callejón sin salida", concluyó.
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