España ha ordenado la repatriación de un grupo de técnicos que se encontraban en Venezuela poniendo a punto un buque de guerra construido por un astillero español, debido a la crisis política y la incertidumbre en el país sudamericano, según reportó el martes el periódico El País.
El mandatario del gobierno español, Pedro Sánchez, es uno de los líderes mundiales que han dado su apoyo al líder opositor Juan Guaidó, elegido presidente interino de Venezuela por la Asamblea Nacional en desafío al actual régimen chavista de Nicolás Maduro.
El navío en cuestión es el "Comandante Eterno Hugo Chávez" (código GC-24), uno de los cuatro buques de vigilancia litoral de la clase Guaicamacuto proyectados en 2005, durante el gobierno del presidente español José Luis Rodríguez Zapatero, por el astillero estatal Navantia, con sede en Cádiz, para Venezuela.
Tiene 79,9 metros de eslora y 11,5 de manda, y desplaza 1.700 toneladas. Su tripulación es de 44 marino y puede viajar a una velocidad de 22 nudos (unos 40 kilómetros por hora) con una autonomía de 4.000 millas náuticas (unos 7408 kilómetros).
Los dos primeros de la clase, el "Guaicamacuto" y el "Yavire", fueron construidos en España y están en servicio, mientras que el "Comandante Eterno Hugo Chávez" sigue en construcción en un astillero venezolano en Puerto Cabello, con dirección de Navantia.
Técnicos e ingenieros españoles viajaban regularmente a Venezuela durante este proceso, pero ahora serán repatriados debido a la situación de tensión entre Madrid y Caracas, dijeron fuentes diplomáticas a El País.
Navantia, por su parte, no ha confirmado la situación y asegura estar "evaluando la situación".
La construcción del "Comandante Eterno Hugo Chávez" se inició en 2008 y estaba previsto que estuviera listo en tres años, pero todo el proceso se retrasó en medio de la fuerte crisis socioeconómica en Venezuela y el embargo en la venta de armas impuesto por la Unión Europea al régimen de Maduro, en respuesta a la represión brutal de opositores.
Fue botado en 2014 y aún no se han terminado las obras, mientras en España se investiga un posible caso de corrupción y pago de sobornos en el contrato de 2005 por 1.246 millones de euros, que incluía a los cuatro buques clase Guaicamacuto y otros cuatro navíos de otro tipo.
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