El incremento del sueldo hundiría aún más a Venezuela hacia un espiral hiperinflacionario, explicó a El Nacional el economista venezolano Jesús Casique. "Continúa la monetización del déficit fiscal, la hiperinflación sigue agarrando fuerza. Los incrementos salariales nominales no resolverán los problemas estructurales de la economía en el país", adelantó.
Según detalló, la medida se traduciría a una caída del poder adquisitivo del venezolano representada en 76%, cifra que concuerda con las estimaciones de la Asamblea Nacional, que anunció recientemente que la tasa de inflación cerró en 1.698.488,2% en el año 2018.
El economista, director de Capital Market Finance, aseguró que este último incremento evidencia el fracaso del Programa de Recuperación, Crecimiento y Prosperidad Económica propuesto por Nicolás Maduro el pasado 20 de agosto, con el que prometió recuperar la economía venezolana en solo tres meses.
A partir del martes, el sueldo básico pasa de 4.500 a 18.000 bolívares mensuales (19 dólares a la nueva tasa oficial y unos 7 en la paralela). El nuevo ingreso mínimo alcanza para dos kilos de carne, en medio de una hiperinflación que -según el FMI- llegará a 10.000.000% este año.
El gobierno sostiene que el salario básico equivale a medio petro, la criptomoneda con la cual busca liquidez ante sanciones de Estados Unidos que cerraron el acceso a financiamiento externo.Desde su lanzamiento en 2018, el valor del petro se mantiene fijo en 60 dólares, cifra que proyectan las autoridades para el barril de crudo venezolano en 2019.
Al ser incrementado el criptoactivo este lunes por Maduro de 9.000 a 36.000 bolívares, los especialistas daban por descontada una devaluación.
Poco después de los anuncios económicos del mandatario, el Banco Central publicó la nueva tasa, que saltó de 862,32 a 949,47 bolívares por dólar.
Maduro decretó seis incrementos salariales en 2018, sin que el poder adquisitivo de los venezolanos pudiese recuperarse en una crisis caracterizada igualmente por escasez de alimentos básicos y medicinas.
Desde que el gobernante puso en marcha en agosto pasado un plan de reformas frente a la crisis, que incluyó una reconversión monetaria que le restó cinco ceros al bolívar, un aumento de 3.400% del salario mínimo y una devaluación de 96%, la moneda se ha depreciado 93,6% más.
Con información de AFP
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