Un total de 104 venezolanos que vivían como refugiados en Roraima, estado fronterizo en el norte de Brasil, regresaron este domingo a su país en autobuses fletados, ante la tensión generada por el linchamiento que sufrió el jueves un inmigrante acusado de haber asesinado a puñaladas a un brasileño. Se trata del segundo grupo de inmigrantes en abandonar Brasil este final de semana, ya que otros 80 lo hicieron el sábado.
Tanto los repatriados el sábado como los de este domingo vivían en viviendas improvisadas con maderas y plásticos en una barriada pobre de Boa Vista, capital del estado de Roraima y que se ha convertido en principal destino de los venezolanos que ingresan a Brasil para huir de la crisis económica, política y social de su país.
Los autobuses fueron ofrecidos por un organización vinculada con la Iglesia católica de Venezuela, que dijo contar con apoyo de las autoridades consulares venezolanas en Brasil, que garantizaron a quienes regresen voluntariamente su inclusión en programas sociales oficiales.
Según voceros del grupo que ofreció el transporte, los repatriados serán acogidos inicialmente en templos en Venezuela, en donde contarán con alimentación y ayuda para buscar empleo.
Muchos de los que regresaron admitieron que enfrentan dificultades en Brasil debido a que, como no han sido admitidos en los refugios ofrecidos por el Gobierno, tienen que vivir en la calle a la espera de que surjan cupos en los albergues y carezcan de alimentación y empleos.
La repatriación coincidió con una operación realizada en la madrugada de este domingo por el Ejército brasileño, que, en medio de un fuerte temporal en Boa Vista, recogió a decenas de inmigrantes que dormían en las calles y los condujo a diferentes albergues del Gobierno.
Los refugiados que viven en las calles de Boa Vista han manifestado temores de sufrir represalias tras el linchamiento sufrido por un venezolano acusado de haber asesinato a un brasileño que lo perseguía tras supuestamente haber practicado un hurto.
De acuerdo con las autoridades, el incidente agravó el clima de tensión y de hostilidad hacia los venezolanos en Boa Vista, en donde los inmigrantes han denunciado hasta la presencia de hombres armados que disparan contra sus campamentos.
El linchamiento ocurrió diez días después de que el presidente de Brasil, Michel Temer, anunciara la movilización del Ejército para reforzar la seguridad en la región fronteriza y en Boa Vista, tras una ataque de parte de la población local contra campamentos de inmigrantes venezolanos.
De acuerdo con los datos oficiales, desde 2017 han entrado a Brasil 154.920 venezolanos vía terrestre por la localidad de Pacaraima, pero algo más de la mitad (79.402) ya han abandonado el territorio nacional, de los cuales, 54.560 salieron por fronteras terrestres y los otros 24.842 tomaron vuelos internacionales.
(Con información de EFE)
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