Pensar que un humano consuma medicinas de uso veterinario podría parecer alarmante. Pero es la decisión que en Venezuela han tenido que tomar muchos pacientes con enfermedades crónicas para poder salvar su trasplante de órgano y continuar sus tratamientos contra el cáncer.
Larry Zambrano es uno de esos venezolanos.
—Sentí mucha alegría porque tenía en las manos algo que podía solucionarme de momento, pero a la vez miedo porque no sabía cómo iba reaccionar. Me sentí contento cuando tuve el blister (papeleta de pastillas) en la mano. 'Esto puede ser una solución como puede ser un error, pero voy a correr el riesgo', me dije.
Así recuerda Larry el momento en el que, hace ocho meses, compró por primera vez prednisona para perros porque no pudo conseguir la prednisona recetada para humanos y cubrir así la dosis diaria de 10 miligramos que debe tomar de por vida junto a otros dos medicamentos para garantizar que su cuerpo no rechace el trasplante de riñón que tiene desde 2015. Corrió con la suerte que no tienen otros, porque su hermana menor le donó uno de sus riñones.
Es el Estado venezolano el que debe encargarse de suministrar este tipo de medicinas mensualmente a los enfermos crónicos a través de las farmacias de alto costo, que son dependencias del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS) en las que los pacientes se registran para recibir sin costo alguno los remedios cuyo precios son muy elevados. Pero la realidad es que miles de pacientes crónicos, trasplantados, enfermos oncológicos o quienes sufren de parkinson o diabetes ya no logran acceder a ellos porque desaparecieron del mercado.
Si se consigue en farmacias privadas, es a un precio impagable por casi ningún venezolano, y si no un paciente tendría que traerla por cuenta propia desde el extranjero y pagar 100 dólares por la caja de diez pastillas.
Otra versión de la prednisona es un esteroide que se utiliza en los perros como antiinflamatorio y para suprimir el sistema inmunológico de los animales. A ella decidió recurrir Zambrano como último recurso.
—Después del primer año y medio fueron intermitentes las entregas—recuerda—. Un mes recibía, otro mes no, otro incompleto, hasta que se agudizó. Ahorita tengo más de un año que no la recibo. Hemos estado viviendo de los amigos que ya están en la misma situación y no podemos molestarlos. Ya casi ni podemos ayudarnos entre nosotros.
—¿En qué momento decidió recurrir a las medicinas de uso veterinario?
—Eso fue cuando ya no conseguía nada más. Había escuchado, mas no supe de nadie que lo hubiera tomado. Justamente pasé por un centro veterinario en El Paraíso y se me ocurrió preguntar. Consulté con un médico nefrólogo y me dijo 'no tenemos otra opción, dale. Si tú ves que tienes algún síntoma extraño te comunicas con tu doctor o conmigo y lo vemos'. Después de eso fui a otro centro veterinario en tres oportunidades y compré esa medicina. Luego por medio de una donación he ido regularizando el consumo un poco.
—¿Pensó en ese momento que podía ser un error?
—Realmente sí, pero después de que hablé con el doctor, y con varios compañeros que también la han tomado la busqué en tres ocasiones.
—¿Durante cuánto tiempo tomó ese medicamento de consumo animal?
—Cuatro meses más o menos. Ahora tengo dos meses que no voy a la farmacia de alto costo porque no hay ninguna de las medicinas. Es una montaña rusa.
—¿Cree que es justo que tenga que tomar medicamentos destinados al uso veterinario para poder garantizar la permanencia de su trasplante?
—No es justo y no solamente para mí sino para muchos compañeros que están en la misma situación. Y si llegara el caso de tener que volver a tomarlas estoy seguro de que lo haría. No deberíamos estar pasando por eso teniendo los recursos para que todos estemos bien.
Larry, como otros venezolanos enfermos renales ha vivido periodos sin tomar las medicinas, con el riesgo de sufrir un rechazo del órgano, como le ha sucedido ya en tres ocasiones.
—¿Siente miedo?
—Sí, primero por la vida. Porque tener un rechazo implica que puedes perder la vida, que puedes regresar a la diálisis, que te impide tu desenvolvimiento diario. Es recaer en una cama tres días a la semana durante cuatro horas diarias y entonces todo lo que haces se reduce. Yo no trabajo. Vivo de la música, trabajo con papelería pero no tengo una entrada fija. Era empleado contratado del metro de Caracas, y en 2016 hubo un cambio en la administración y todos los contratados salimos, sabiendo ellos mi patología y mi discapacidad. Hasta esta fecha no he recibido ni siquiera la indemnización por el trabajo.
—¿Hasta dónde estaría dispuesto a llegar por preservar tu trasplante y tu vida?
—Mientras esté todo dentro de la ley, estoy dispuesto hacer lo que sea.
Según Codevida, coalición de organizaciones dedicadas a la defensa del derecho a la salud y a la vida de las personas en Venezuela, están en riesgo 3.500 trasplantados.
Francisco Valencia, su presidente, dijo a Infobae que "desde hace un año hay una ausencia absoluta y prolongada de estos medicamentos que ha llevado a que en los últimos seis meses haya 67 rechazos de órganos y tres personas fallecidas solo en el primer trimestre de este año".
Esta semana, la última de abril, falleció el cuarto paciente renal en lo que va de año por falta de medicamentos.
"Las personas trasplantadas se han visto obligadas a acudir a centros veterinarios o perreras para buscar este tipo de medicamentos de uso veterinario que tienen que estar tomando. Es la única alternativa que hay, no les queda otra, si no pierden el riñón", precisó Valencia.
Esta semana, la última de abril, falleció el cuarto paciente renal en lo que va de año por falta de medicamentos
La solicitud de medicinas que consumirán humanos en la tienda veterinaria de Priscila Pirona es algo ya muy común.
—Los mismos doctores les dicen que vengan a las ventas de medicinas veterinarias. Los medicamentos no se consiguen y cuando los encuentras es a un precio muy elevado, entonces tienen que usar estos de origen animal. Algunos son usados para el estómago, para problemas renales, claro, a más dosis.
—¿Desde hace cuándo la gente viene a comprar medicinas de uso animal para tratarse?
—Jamás había visto una situación como esta. Lo comencé a ver desde el año antepasado. Me piden que les guarde las medicinas cuando llegan a la tienda para ellos poderlas comprar. Hasta los champú para perros los están utilizando las muchachas. Me siento muy triste por esto que está pasando. Incluso para la sarna se utiliza un medicamento de origen animal.
A 90% asciende la falta de medicamentos para enfermedades crónicas, según cifras de la Federación Farmacéutica Venezolana. El sector empresarial ha venido denunciando que el origen de la escasez de medicinas es producto del estricto control de cambio que le impide a las farmacéuticas acceder a las divisas, así como del control del precios que les hace producir a pérdida.
Pero el gobierno del presidente Nicolás Maduro culpa de la escasez de medicamentos en Venezuela a Estados Unidos, por las sanciones impuestas a la estatal Petróleos de Venezuela el año pasado.
Incluso mantiene un discurso con el que busca vender una realidad que no existe. Durante una transmisión del canal del Estado, VTV, en la entrega de un Centro Diagnóstico Integral (módulo de atención de segundo nivel, que inició Chávez con médicos cubanos) el vicepresidente Tareck el Aissami dijo: "Estamos felices, hoy 25 de abril, de entregarle al pueblo caraqueño un CDI de esta naturaleza, de esta magnitud y seguir ratificando este compromiso de seguir construyendo el sistema público de salud más más humano, más de calidad para la familia venezolana".
¿Batalla perdida?
Combatir el cáncer en Venezuela es aún más difícil cuando son mínimas las armas para lograrlo. Hacerlo con medicamentos para animales ha sido la opción desesperada del doctor Mathías Velázquez, internista oncólogo.
La prednisona es un esteroide antiinflamatorio de alto impacto, que tiene un uso en el área hematoncológica. Evita el aumento de el número de ganglios, para tratar de disminuir el volumen de masas tumorales.
"En el área oncológica de tumores sólidos tiene uso desde la premedicación para evitar que el paciente haga una mayor reacción a la quimioterapia, tratar dolor y hasta hacer tratamientos para terapéutica. Un paciente te llega con algún tipo de síntoma y le colocas solamente prednisona de 5 o de 50 miligramos y con eso puedes estar garantizando el alivio o la mejoría de los síntomas en ese momento. Pero, la recomendación es no usarlo, porque son medicamentos de uso veterinario", explicó.
Pero para quien tiene cáncer o es familiar de un paciente no hay duda en la decisión a tomar.
Gresy Motta, quien trabaja para el gobierno, tiene a su mamá con cáncer desde hace dos años. Recuerda que durante su recaída en diciembre pasado la "ruletearon" en una ambulancia por tres hospitales y cuatro clínicas y no la recibieron "porque estaban llenas".
—Aquí, si no tienes dinero te mueres. Es algo tan simple y tan cruel como eso. Esa es la situación que tenemos ahorita. Yo soy funcionaria pública, que es lo peor del caso. Y yo sé qué es lo que está pasando aquí. A nosotros nos toca correr, eso es mentira que te van ayudar, que vas a tocar puertas. Toqué mil quinientas puertas y obviamente, las únicas puertas que se abrieron fueron las del bolsillo de nosotros. Tuvimos que comprar todos los medicamentos y bachaqueados, (en el mercado negro) como dicen.
Aquí, si no tienes dinero te mueres. Es algo tan simple y tan cruel como eso. Esa es la situación que tenemos ahorita
No hay duda de que cualquier persona enferma hará lo imposible por mantenerse con vida. Sin embargo en un país como Venezuela, con unas condiciones de deterioro vertiginosas es incierto el tiempo que los pacientes crónicos puedan luchar.
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