De gira por diferentes países del mundo, el ex alcalde de Caracas y ex prisionero político del régimen venezolano, Antonio Ledezma, pidió el lunes en la Argentina una intervención humanitaria para Venezuela y comparó la situación del país con la de Medio Oriente previo a la ola de protestas que en 2010 se conoció como Primavera Árabe.
"Jurídicamente está justificada una injerencia humanitaria en Venezuela", ya que el gobierno del presidente Nicolás Maduro "desarrolla políticas sistemáticas y masivas de persecución", consideró el político, líder del partido Alianza Bravo Pueblo y miembro de la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD).
"El principio de autodeterminación de los pueblos tiene que dar preeminencia al principio de intervención humanitaria en Venezuela", señaló en Buenos Aires.
"A la Primavera Árabe la produjo un solo muerto, en Túnez. En Venezuela no es que hubo solo 137 muertos, Maduro tiene sobre sus espaldas más de 700 muertos en los últimos años. La gente que muere por desnutrición también es responsabilidad del régimen", explicó Ledezma durante una conferencia organizada por la Fundación Libertad en el auditorio del Banco Ciudad, en Buenos Aires, Argentina.
Horas antes, el político venezolano se había reunido con el presidente argentino Mauricio Macri y le había solicitado que evalúe la posibilidad de una intervención humanitaria en Venezuela, como ya le había pedido a los Gobiernos de Perú y Chile.
"En Washington voy a pedir la aplicación de un plan para Venezuela", agregó Ledezma.
No es la primera vez que el ex alcalde del Distrito Metropolitano de Caracas —entre 2008 y 2015, cuando el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN) lo arrestó en el medio de la noche— realiza esta comparación con el proceso revolucionario que se extendió en el mundo árabe hace casi diez años con resultados dispares. En julio del año pasado lo había lanzado en Twitter para presionar al secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA), Luis Almagro.
Mitzy. En Túnez murió una sola persona y desató La Primavera Árabe. Almagro solicita "Sesión Extraordinaria" OEA por Venezuel. ¿Qué esperan? pic.twitter.com/dybCd3XerQ
— Antonio Ledezma (@alcaldeledezma) July 6, 2017
La llamada Primavera Árabe comenzó en diciembre de 2010, cuando el vendedor callejero Mohamed Bouazizi se inmoló prendiéndose fuego en protesta por las humillaciones que había recibido por las autoridades del gobierno de Zine El Abidine Ben Ali, presidente autoritario de Túnez.
Su muerte disparó una serie de protestas en el país contra Ben Ali, uno más de tantos otros dictadores militares nacionalistas a cargo desde tiempos de la Guerra Fría de la mayoría de los países del mundo árabe, y que se trasladó luego a Omán, Yemen, Egipto, Bahrein, Marruecos y Siria.
Durante un tiempo el mundo creyó que el Medio Oriente vivía una nueva era de revoluciones democráticas y libertad, pero la fuerte represión de los Gobiernos, el auge de los islamistas, la ausencia de un proyecto común entre los manifestantes, el caos y la contrarrevolución acabaron con todas las esperanzas.
Solo Túnez se benefició con un gobierno más democrático. Omán, Bahrein y Marruecos controlaron las protestas con una mezcla de violencia y reformas. Egipto celebró elecciones democráticas que dieron lugar a la llegada de los Hermanos Musulmanes al poder, y luego un golpe de Estado que restauró la dictadura militar.
Y la guerra civil desatada en Siria está llegando a su séptimo año, con cientos de miles de muertos, ciudades arrasadas hasta los cimientos y millones de refugiados.
Sanciones y juicio a los miembros del régimen
Por el momento, el opositor, quien logró fugarse de Venezuela en noviembre de 2017 cruzando la frontera colombiana y solicitando luego asilo político en España, está pidiendo también que los países de la región tomen un rol más activo en la crisis venezolana.
"Ha llegado la hora de que América Latina dé un paso más eficaz. Llegó la hora de que América Latina dicte sanciones personalizadas contra el régimen", dijo, un pedido que ya había realizado hace una semana.
Al mismo tiempo Ledezma aseguró, ante un auditorio colmado de venezolanos radicados en la Argentina para evitar las difíciles condiciones de vida en su país, con inflación del 700%, los niveles más altos de violencia del continente y escasez de alimentos y medicinas, que si bien no habrá impunidad para los miembros del Gobierno venezolano, acusados de narcotráfico y diversas violaciones a los derechos humanos, tampoco debe caerse en los "ánimos de venganza".
"No vamos a recuperar Venezuela con ánimo de venganza. Yo no quiero que regresemos a Venezuela con un talonario de facturas debajo del brazo, quiero que regresemos con un proyecto de país", dijo.
Una oposición en problemas
En los últimos años la oposición venezolana, nucleada en la MUD, se ha debilitado por sus diferencias internas, y las acusaciones cruzadas abundan, especialmente luego de las diferentes actitudes tomadas frente a la Asamblea Constituyente impuesta en un proceso irregular por el gobierno de Maduro, en oposición a la Asamblea Nacional elegida en 2015, según mecanismos institucionales.
"Con mis compañeros yo tengo mis observaciones, pero me las reservo. No convirtamos esta lucha en una lavadora de trapos sucios", consideró Ledezma, quien estuvo acompañado en la mesa por la actriz venezolana Catherine Fulop, radicada en la Argentina.
"Yo prefiero una oposición auténtica. ¿Qué es auténtica? Oponerse a la dictadura. No puede haber tonalidades, no se puede estar con Dios y con el diablo", agregó.
Sobre el final de su conferencia Ledezma, varias veces aplaudido por los venezolanos, explicitó sus expectativas personales y sus prioridades.
"Yo tengo mis ambiciones, porque soy un luchador político, pero por mi cabeza lo que pasa no es verme en un espejo con la banda presidencial, lo que pasa en este momento es librarme de la dictadura",
"Y si Dios quiere que sea otro u otra el presidente de la república, va a contar con el apoyo de Antonio Ledezma", concluyó.
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