El presidente venezolano, Nicolás Maduro, arrancó la campaña para intentar reelegirse en los comicios que se celebrarán antes del 30 de abril, con la promesa de "barrer", pese a que el país enfrenta una de sus peores crisis.
"¡Vamos a ganar las elecciones presidenciales y vamos a barrer!", clamó Maduro este miércoles durante un acto con trabajadores, poniendo como meta 10 millones de votos en un universo de 19 millones de votantes.
"No les voy a fallar. Asumo la candidatura presidencial para el período 2019-2025", expresó.
Sumada al control institucional ejercido por el gobierno, la decisión de adelantar los comicios volvió a colocar al sucesor de Hugo Chávez en posición favorable frente a una oposición dividida y fragilizada.
Maduro recupera la iniciativa en el ajedrez electoral, pese al creciente aislamiento internacional de Venezuela —a excepción notable del respaldo que sigue recibiendo de Rusia y China— tras sanciones de la Unión Europea, que derivaron este miércoles en el llamado a consultas del embajador de Caracas en Madrid.
Los Estados Unidos rechazaron el anticipo de elecciones y respaldó con una declaración del Departamento de Estado al Grupo de Lima, Gobiernos críticos de Maduro, encabezados por la Argentina, Brasil y México, que ya lo había condenado.
La televisión estatal difunde audiovisuales que exaltan la figura de Maduro, mientras se espera que el Consejo Nacional Electoral (CNE) defina la fecha exacta de los comicios. La oficialista Asamblea Constituyente, que gobierna con poder absoluto, adelantó el martes la votación, que tradicionalmente es en diciembre, para el 30 de abril a más tardar.
Maduro, de 55 años, enfrenta una impopularidad del 70%, según la encuestadora Delphos, pues parte de la población lo asocia con la hiperinflación y la escasez de alimentos y medicinas.
Pero los expertos ven al mandatario, quien entre abril y julio pasado sorteó protestas que dejaron 125 muertos, como un candidato firme. El 4 de febrero formalizará su candidatura.
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