El fiscal del Distrito Sur de Nueva York, Joon H. Kim, presentó un nuevo documento donde aseguró que hay pruebas suficientes de que Efraín Antonio Campo Flores y Franqui Francisco Flores de Freitas, "los narcosobrinos de la pareja presidencial de Venezuela", estaban predispuestos a cometer el crimen de narcotráfico por el cual se les condenó ya que mantenían contacto con proveedores de cocaína y con miembros de las FARC, al tiempo que contaban con el visto bueno del mandatario Nicolás Maduro.
Esta es la primera vez que la Justicia de los Estados Unidos señala directamente a Nicolás Maduro en la causa contra los familiares de su esposa, Cilia Flores. Además, en las nuevas revelaciones, el fiscal sostiene que los vuelos de droga salían de los aeropuertos más importantes del país con el auspicio del régimen venezolano, explicó la periodista venezolana Maibort Petit, quien sigue de cerca el caso.
En el documento presentado ante la corte de Nueva York, la fiscalía usa la palabra "imprimátur" para referirse al conocimiento que Maduro habría tenido de los negocios de narcotráfico que hacían sus parientes.
El término Imprimátur se usa en el lenguaje político para indicar que un programa, una declaración pública o cualquier otro documento reciben la aprobación de la jerarquía de un partido o cualquier agente cuyo beneplácito se considera importante.
El fiscal Kim pidió al juez Paul Crotty que imponga a Campo Flores y a Flores de Freitas una sentencia no menor de 30 años de prisión para ambos. Y advirtió que son dos criminales que no poseen antecedentes porque su familia en Venezuela es la que controla el poder político.
Joon H. Kim afirmó que los dos condenados tienen una larga conducta criminal que incluye narcotráfico, pago de sobornos y asesinatos. Explicó que no poseen expedientes delictivos debido a que sus conexiones políticas no lo permitieron.
En la comunicación al juez Paul Crotty, el fiscal Kim señaló que Campo y Flores pretenden confundir al jurado con las historias de una niñez pobre cuando en realidad ambos gozaban de una vida llena de riquezas y excesos gracias a las posiciones políticas de su familia.
La máxima autoridad de la Fiscalía del Distrito Sur de Nueva York remarcó que existe abundante evidencia de que ambos no era ningunos "novatos" como intentaron hacer creer, sino que hay pruebas que muestran sus actividades previas en tráfico de drogas y de su habilidad para conseguir cocaína a través de la ex guerrilla colombiana FARC.
La Fiscalía sostiene que la realidad de los hechos son los siguientes: los acusados fueron líderes en una conspiración para transportar una gran cantidad de cocaína a los Estados Unidos; cultivaron conexiones con al menos un importante proveedor de cocaína, así como con una organización terrorista extranjera; y buscaron usar parte de las ganancias para financiar campañas electorales del chavismo.
Por esas razones, Joon H. Kim sostuvo que las condenas de al menos 360 meses de prisión para cada acusado son suficientes para cumplir con los fines legítimos de la sentencia.
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