La trepidante inflación en Venezuela no cedió su avance en octubre, mes en el que la Canasta Básica Familiar registró un aumento mensual de 43,39 por ciento, según cifras presentadas por el Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas-FVM). En comparación con el mismo mes del año anterior, el aumento de precios anual llega a 872 por ciento.
Según el relevamiento del organismo, la CBF llegó a los 5.594.119,73 bolívares, por lo que fueron necesarios 40,97 salarios mínimos (de 136 mil bolívares) para poder afrontar los gastos. A comienzos de noviembre, Nicolás Maduro volvió a aumentar el sueldo básico a 177.507 bolívares, lo que representa menos de 3 dólares a la tasa del dólar paralelo al régimen cambiario del chavismo. A ese ingreso se suma un bono de alimentación de 279.000 bolívares, con lo cual el "ingreso integral básico" totaliza 456.507 bolívares (casi 6 dólares al cambio libre).
El Cendas-FVM reportó un alarmante incremento de los precios de productos de higiene personal, que aumentaron en 94,2% en este período.
En tanto, los alimentos también estuvieron por encima del promedio, con una subida del 46,1 por ciento. De acuerdo con las estimaciones, Canasta Alimentaria Familiar (CAF) costó a Bs 3.918.341,25. Así, una familia de cinco integrantes necesitó 28,7 salarios mínimos (a precio de octubre) para poder adquirirla.
Los investigadores reportaron escasez en 17 productos de la canasta básica de alimentos: leche en polvo, pollo, carne de res, margarina, avena, azúcar, aceite de maíz, arvejas, lentejas, arroz, harina de trigo, pastas alimenticias, harina de maíz, café, mayonesa, pan, queso amarillo.
A su vez, en el rubro de salud aumentó 41,9%; mientras que el alquiler de vivienda lo hizo en 18,2 por ciento. Por su parte, el rubro más estable fue el de educación, con un incremento de 1,9 por ciento.
Diveros analistas consideran equivocada la política de aumentos salariales periódicos, mientras el gobierno no entregue divisas a los empresarios para importar productos e insumos, y mantenga los controles de precios que desestimularían la producción.
La industria venezolana funciona al 30% de su capacidad, de acuerdo con líderes gremiales.
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