Poeta, 'activista de los derechos humanos', amante del gimnasio y los tatuajes: Tarek William Saab, chavista radical, asumió este sábado como fiscal general de Venezuela en reemplazo de la destituida Luisa Ortega.
Saab, quien se venía desempeñando como defensor del pueblo, fue designado en forma interina por la Asamblea Constituyente de la dictadura de Nicolás Maduro, que más temprano removió a Ortega.
"Cumpliremos este histórico designio en medio de una circunstancia histórica de asedio que vive nuestra patria, de amenazas, que hemos enfrentado dignamente", dijo este abogado de 54 años al tomar juramento.
Nacido en la calurosa ciudad de El Tigre (este), Saab es hijo de inmigrantes libaneses y desde chico mostró inclinación por la escritura. Hoy tiene una decena de libros de poesía con su nombre en el lomo.
Nunca terminó la carrera de Letras: la dejó para estudiar derecho, ya con una larga trayectoria en movimientos de extrema izquierda y defensa de los derechos humanos.
Se unió al movimiento que llevó a Hugo Chávez al poder en 1999 y desde entonces ha sido uno de los más cercanos colaboradores de la llamada "revolución bolivariana".
Formó parte de la asamblea que redactó la Carta Magna que ahora será modificada por la Constituyente, plasmando sus ideas en el capítulo de derechos humanos.
Fue también gobernador de su natal Anzoátegui (2004-2012), antes de convertirse en defensor del Pueblo en 2014.
Hace una semana, Estados Unidos lo sancionó, junto a otros 12 funcionarios, por "minar la democracia" y tener "responsabilidad" en actos de violencia o corrupción. En rechazo a la medida, Maduro lo condecoró con la réplica de la espada del Libertador Simón Bolívar.
"Recibimos esa sanción como una medalla en el pecho", dijo entonces.
La oposición reprocha a Saab que haga la vista gorda ante las denuncias de abusos por parte de las fuerzas del orden. Con sorna, algunos lo llaman "defensor del puesto".
Con todo, aunque menos crítico que la fiscal que ahora sustituye, Saab pidió en varias oportunidades que se investigaran presuntos excesos de fuerza en las protestas contra Maduro iniciadas hace cuatro meses, que dejan más de 150 muertos.
Y en Twitter responde sin pelos en la lengua a todos quienes lo atacan o elogian.
"Ese señor no defiende los derechos humanos… Está más ocupado de ir al gimnasio que de los ciudadanos", lanzó recientemente el líder opositor Henrique Capriles.
Se refiere al cuidado que Saab pone a su figura, decorada con 70 tatuajes, incluidos diseños de Yomico Moreno y retratos de sus tres hijos, de los cuales el mayor lo criticó por no actuar ante la "brutal represión" de las marchas.
"Lo amo, lo adoro y diga su opinión, como la pudo haber dicho o no, será el hijo más amado", dijo en una entrevista en la que se autoproclamó "padre ejemplar".
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