Un despegue, una llamada de auxilio y dos pilotos de Air India que no volvieron a casa

Air India Flight 171 Pilots Air India Deaths (Fatalities) Ahmedabad (India)

Uno de los pilotos del vuelo 171 que se estrelló poco después de despegar planeaba jubilarse. La carrera de su copiloto acababa de empezar. El último vuelo de ambos duró segundos.

El capitán Sumeet Sabharwal, de 55 años, había estado considerando la posibilidad de jubilarse anticipadamente para cuidar de su padre octogenario. Su copiloto del día, Clive Kunder, de 32 años, acababa de empezar a tomar impulso en su carrera.

Juntos llevaban a la cabina casi 10.000 horas de experiencia de vuelo. Pero ahora son los momentos finales de su último vuelo, el vuelo fatal 171 de Air India, que los investigadores estudiarán durante meses. El vuelo, que despegó el jueves de la ciudad de Ahmedabad con destino a Londres, duró menos de un minuto en el aire antes de estrellarse contra el campus de una facultad de medicina cercana, dejando al menos 270 muertos.

El impacto provocó una bola de fuego tan intensa que los cuerpos de la mayoría de las víctimas están irreconocibles, según dijeron las autoridades. El domingo por la tarde, tres días después de la catástrofe, solo se habían identificado los restos de 35 personas que iban a bordo del Boeing 787, mediante pruebas de ADN, y se habían entregado a sus familias.

Los investigadores han precintado el lugar del choque y los albergues de la facultad de medicina que fueron impactados. Han recuperado la grabadora de datos de vuelo del avión y siguen buscando la grabadora de voz de la cabina. Esperan que la conversación entre el capitán Sabharwal y el primer oficial Kunder, junto con otra información grabada en esos dispositivos, conocidos como cajas negras, pueda arrojar luz sobre si el avión se estrelló debido a una falla mecánica, a un error humano o a alguna otra combinación de factores.

Independientemente de lo que falló, las autoridades y los expertos coinciden en un punto: los pilotos no tuvieron prácticamente tiempo de recuperar el control del avión cuando empezó a descender.

El avión, que transportaba a 242 personas, salió de la pista a la 1:39 p. m., hora local, y había recorrido poco más de un kilómetro y medio, pasando por los barrios humildes del perímetro del aeropuerto. Nunca ascendió más de 200 metros, dijo el secretario de aviación civil indio, Samir Kumar Sinha. A los pocos segundos de despegar, el avión "empezó a hundirse", dijo.

Sabharwal emitió una llamada de "auxilio" al controlador aéreo, declarando una emergencia total, pero el avión se desplomó segundos después.

"Cuando el controlador aéreo intentó ponerse en contacto con el avión, no hubo respuesta", dijo Sinha en una conferencia de prensa. Solo sobrevivió una persona del avión.

Tanto Sabharwal como Kunder, que vivían en Mumbai, tenían padres que habían hecho carrera en el mundo del transporte aéreo. El padre de Sabharwal había trabajado como funcionario en la autoridad de aviación civil de India antes de jubilarse, mientras que la madre de Kunder trabajaba como auxiliar de vuelo, también para Air India.

Sabharwal, que no estaba casado, era el principal cuidador de su padre, que está cerca de llegar a los 90 años. Su madre murió hace tres años, y su hermana vive en Delhi con su familia. Los vecinos y amigos del capitán lo describían como un hombre reservado y de voz suave, al que veían a menudo acompañar a su padre a pasear por el jardín de su complejo de viviendas siempre que estaba en casa.

"Su padre se quedaba solo cuando salía a volar", dijo Sanjeev Pai, teniente coronel jubilado, quien dijo ser amigo y vecino del capitán.

Pai dijo que el padre de Sabharwal estaba afligido desde que se enteró de la tragedia.

"No habla mucho", dijo Pai en una entrevista. "Intentamos ofrecerle té, etcétera, pero no quiere tomar nada por tristeza".

Según Dilip Lande, legislador local que visitó a Sabharwal tras el choque, el capitán le había dicho a su padre tres días antes del vuelo que había estado pensando en jubilarse para pasar más tiempo a su lado.

"Una hora antes de que despegara el vuelo de Air India, habló con su padre y le dijo que volvería a llamarlo tras aterrizar en Londres", dijo Lande. "Esa llamada nunca se produjo".

Kunder se había incorporado a la compañía aérea hacía solo unos años y había acumulado más de 1100 horas de vuelo.

Estudió Ingeniería de mantenimiento de aeronaves en el Club de vuelo de Mumbai, un instituto de formación de pilotos, antes de dedicarse a la aviación comercial en Florida, dijo Mihir Bhagwati, presidente del club.

Los canales de noticias indios informaron de que los padres de Kunder habían estado visitando a su hermana en Australia cuando se estrelló el vuelo 171. La familia voló a Ahmedabad el viernes para unirse a otros cientos de familiares que esperaban a que las autoridades identificaran y entregaran los restos de quienes murieron.

El reverendo Sam Muni, de la iglesia UBM Christa Kanthi de Mumbai, dijo que Kunder había sido un fiel asiduo de su parroquia desde la infancia, y que a menudo asistía a misa con sus padres. Lo describió como una "persona muy humilde" y dijo que la última vez que lo había visto fue en una misa de Pascua.

Este domingo, la parroquia celebró misa en nombre de Kunder, dijo el reverendo Muni.

"Rezamos por todas las personas que perdieron la vida en el choque, especialmente por la familia de Clive", dijo.

Akansha Bahadur colaboró con reportería desde Nueva Delhi.

Hari Kumar cubre India y está radicado en Nueva Delhi. Ha sido periodista por más de dos décadas.

Mujib Mashal es el jefe de la corresponsalía de The New York Times para el sur de Asia. Lidera la cobertura en India y la diversa región que la rodea, incluyendo Bangladés, Sri Lanka, Nepal y Bután.

Akansha Bahadur colaboró con reportería desde Nueva Delhi.