Hugues Oyarzabal, uno de los primeros surfistas en grabar sus hazañas, muere a los 39 años

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Hugues Oyarzabal, uno de los surfistas más consumados de Europa y uno de los primeros en grabar sus hazañas espectaculares desde una ola, murió el 21 de febrero en su casa de Biarritz, Francia. Tenía 39 años.

Sus padres, Charles y Lucette Oyarzabal, dijeron que se quitó la vida. Sus amigos le dijeron a The New York Times que Oyarzabal había vivido desde la infancia con trastorno bipolar.

"Su sufrimiento físico y psicológico le pasó factura", dijeron sus padres al Times a través de un traductor. "Ha elegido dejarnos, para redescubrir la paz y la serenidad que no ha podido encontrar en los últimos años".

Oyarzabal surfeó algunas de las olas más desafiantes del mundo, desde las costas vascas del norte de España y el suroeste de Francia hasta el sur de África y más allá. En sus últimos años, encontró lo que él llamaba "un segundo hogar" en Indonesia, donde pasaba una parte del año y el resto del tiempo buscaba lugares que rara vez, o nunca, habían sido surfeados, especialmente en Desert Point, en la isla de Lombok, al este de Bali, y en Uluwatu, en la península de Bukit.

También realizó aclamados documentales de surf, entre ellos Peace and Left, una serie en varios episodios, cuyo título hace referencia a una "ola izquierda", la que rompe hacia la izquierda desde la perspectiva de un tablista.

Oyarzabal empezó a grabar sus hazañas surferas en 2001, cuando era adolescente, cuando utilizaba una videocámara Mini-DV en una caja a prueba de agua sujeta a su tabla. Captó imágenes de sí mismo surfeando por "tubos" o "barriles", los túneles de aire que se crean dentro de las olas en cresta, en los que los mejores tablistas pueden deslizarse cientos de metros.

Se cree que fue el primero en grabarse a sí mismo dentro de un barril, y en fotografiarse y grabarse de espaldas a través de uno. Más tarde utilizó cámaras digitales GoPro más sofisticadas a medida que salían al mercado.

En diciembre de 2012, cuando tenía 26 años, fue invitado a Hawái para ser homenajeado en la primera ceremonia de los premios GoPro. El tablista estadounidense Kelly Slater, 11 veces campeón del mundo, le entregó un premio por su trabajo fotográfico y de video. En una de sus fotos se le ve adentro del tubo de una ola en Skeleton Bay, Namibia.

Hoy en día, los atletas de deportes extremos, desde surfistas de olas grandes hasta alpinistas, utilizan habitualmente cámaras GoPro u otras cámaras personales que colocan en sus cuerpos o en sus equipos. Se cree que Oyarzabal fue el primer tablista que creó un dispositivo que le permitía sujetar una cámara con sus dientes, lo que daba un punto de vista más directo de la visión de un surfista.

Sus amigos tablistas lo describieron como idiosincrásico, impredecible, maniático, adorable y leal.

Hugues Oyarzabal nació el 7 de marzo de 1985 en San Juan de Luz, un puerto pesquero de la región vasca del suroeste de Francia. Creció en el pueblo de Biriatou, en la orilla francesa del río Bidasoa. Cuando empezó a surfear en Indonesia, se añadió otro nombre: Waian (hijo primogénito en balinés). De ahí surgió su logotipo, WHO (por Waian Hugues Oyarzabal), que utilizaba en su sitio web y en las fotografías.

En la primaria de Biriatou, Hugues destacó en tenis y paleta, un deporte de cancha parecido a la pelota, en el que se utiliza un bate de cuero o un guante para golpear una pelota contra la pared. Pero a los 11 años se enamoró del surf, empezando en el golfo de Vizcaya, en la costa vasca. Mientras cursaba secundaria en Hendaya, cerca de su casa, surfeó algunas de las olas más formidables de las playas vascas.

Una playa, Belharra, en la costa vasco-francesa, era escenario de olas inusuales pero violentas, consideradas insalvables, conocidas por haber destrozado muchos barcos pesqueros. Pero Oyarzabal aceptó el reto y lo consiguió. (El oleaje se calmó más tarde debido a un rompeolas).

La pasión por el surf se convirtió en algo tan importante para él que dejó la escuela a los 16 años y, financiado por sus padres comprensivos, se trasladó a Sunshine Coast, en Australia, para matricularse en un programa deportivo y educativo con un entrenador privado, quien mejoró su surf y su inglés. Durante el resto de su vida, Oyarzabal se consideró un tablista libre, sin ataduras por la necesidad de competir y contento de ser uno con las olas, realizando hazañas únicas que se hicieron famosas entre la comunidad mundial del surf.

"Siempre busco probar cosas diferentes", dijo a la revista británica Surf Europe en 2006. "Odio la idea de tener una rutina de surf".

En Australia conoció a Jana Kondo, quien regresó con él a Francia, donde se casaron en 2006. Viajaron a playas de surf de todo el mundo. En 2011 tuvieron una hija, Kailani, que significa "mar y cielo" en hawaiano, y más tarde Oyarzabal le enseñó a surfear. Ahora es una consumada surfista por derecho propio.

El matrimonio terminó en divorcio en 2013. La hija y los padres de Oyarzabal son sus únicos supervivientes inmediatos.

Tras su muerte, un centenar de surfistas despidieron a Oyarzabal al estilo hawaiano: remaron desde Hendaya, cerca de su casa, para esparcir flores en el agua. A medio mundo de distancia, otros tablistas de Indonesia hicieron lo mismo.

Si tienes pensamientos suicidas, llama o envía un mensaje de texto al 988 en Estados Unidos para ponerte en contacto con el 988 Suicide and Crisis Lifeline o visita la página web SpeakingOfSuicide.com/resources para consultar una lista de recursos adicionales.