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Jeanette Vizguerra, quien fue noticia nacional en Estados Unidos por eludir la deportación en el sótano de una iglesia, es la activista más recientemente detenida por agentes federales de migración.
Una mujer indocumentada en Denver, convertida en símbolo de la resistencia de los migrantes en el primer mandato del presidente Donald Trump al eludir la deportación, fue detenida el lunes en su trabajo por agentes federales de migración, dijeron su familia y activistas promigrantes.
Jeanette Vizguerra, de 53 años, se encontraba en su descanso en una tienda Target cerca de Denver cuando agentes de migración la detuvieron, dijo Jordan Garcia, defensor de los derechos de los migrantes del American Friends Service Committee, quien conoce a Vizguerra desde hace 15 años.
Al relatar los detalles de la detención que Vizguerra había transmitido a su familia, Garcia dijo que uno de los agentes le dijo: "Por fin te tenemos".
Vizguerra atrajo la atención nacional cuando, a principios de 2017, hizo las maletas y se trasladó con sus tres hijos menores al sótano de una iglesia de Colorado, con la esperanza de que el santuario de una casa de culto la protegiera de los planes de deportación de Trump. En 2021, el gobierno de Joe Biden le concedió una suspensión de un año de la deportación, pero sus amigos dijeron el martes que era consciente del peligro que corría.
Su detención ya ha provocado la reacción de políticos demócratas de Colorado y partidarios de los derechos de los migrantes, quienes acusaron al gobierno de Trump de intentar silenciar a quienes critican sus medidas represivas contra la migración.
El alcalde de Denver, Mike Johnston, condenó la detención de Vizguerra como una "persecución de disidentes políticos al estilo de Putin" que había atrapado a una madre de clase trabajadora que había dedicado su vida a ayudar a otros migrantes indocumentados.
"No vemos esto como una represión de la migración", dijo en una entrevista. "Se trata de atacar a oponentes políticos y utilizar la fuerza del gobierno para castigarlos".
El senador Michael Bennet, demócrata por Colorado, calificó a Vizguerra de "pilar de su comunidad" e instó a los funcionarios del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos a que la pusieran en libertad. La agencia no hizo comentarios inmediatos sobre su caso.
El martes, los abogados de Vizguerra presentaron un recurso contra su detención ante un tribunal federal. Manifestantes y familiares velaban ante el centro de detención de migrantes de Aurora, en las afueras de Denver, donde estaba recluida.
Vizguerra ha sido la más reciente migrante de alto perfil detenida o expulsada por las autoridades federales, en un momento en que el gobierno de Trump intensifica su represión de la migración. Aunque otros casos saltaron a la fama por su implicación en controversias de Medio Oriente, Vizguerra puede ser la primera que haya llamado la atención por su defensa de los derechos de los migrantes.
Una profesora y médica de la Universidad Brown con un visado válido fue expulsada el fin de semana después de que funcionarios de Seguridad Nacional dijeran que había asistido al funeral de un dirigente de Hizbulá durante un viaje al Líbano. A principios de este mes, un residente legal permanente que encabezó las protestas en el campus de la Universidad de Columbia por la guerra en Gaza fue detenido por agentes de inmigración sin cargos penales, pero acusado por el gobierno de Trump de "ponerse del lado de los terroristas".
Los partidarios de Vizguerra dijeron que ella había pasado años temiendo --y preparándose para-- este momento.
De ciudadanía mexicana, cruzó sin autorización a Estados Unidos en 1997, encontró trabajo como limpiadora de casas y conserje en Denver y tuvo tres hijos nacidos en Estados Unidos, todos ellos ciudadanos, según los expedientes judiciales.
Su larga y enredada saga con el sistema de inmigración estadounidense comenzó en 2009, cuando la pararon en un control de tráfico en los suburbios de Denver.
El agente que la detuvo le preguntó si estaba en Estados Unidos legal o ilegalmente, y le registró el bolso cuando ella se negó a contestar, según los documentos legales presentados posteriormente por sus abogados. El agente encontró un número de Seguro Social inventado que ella había utilizado para solicitar trabajo, y Vizguerra fue acusada de un delito menor de usurpación de identidad. Se declaró culpable y fue condenada a 21 días de cárcel.
A continuación, Vizguerra fue sometida a un procedimiento de expulsión, contra el que luchó y apeló durante años. En 2013, tras regresar a México para visitar a su madre moribunda, fue detenida a su regreso por Texas y declarada culpable de entrada ilegal.
Tras cinco aplazamientos de la deportación, Trump fue elegido. A principios de 2017, huyó a una iglesia.
"Mi intuición", dijo entonces Vizguerra, "me dice que si entro, no saldré".
Los políticos se unieron a su caso, y Time la nombró una de las personas más influyentes de 2017.
Más de siete años después, Colorado y Vizguerra vuelven a estar en el centro de la batalla sobre la aplicación de las leyes de inmigración.
Unos 42.000 inmigrantes llegaron a Denver en los últimos años, muchos de ellos en autobuses enviados por el gobernador de Texas en el momento álgido de la crisis migratoria. La afluencia puso a prueba el presupuesto y los servicios municipales de Denver y se convirtió en forraje para la campaña presidencial.
Trump hizo una serie de afirmaciones exageradas de que las bandas venezolanas habían invadido edificios de apartamentos en ruinas en Aurora. A principios de este mes, el alcalde de Denver fue convocado al Congreso por legisladores republicanos que lo acusaron a él y a otros demócratas de grandes ciudades de intentar burlar las medidas de deportación de Trump.
Con el regreso de Trump a la Casa Blanca, Vizguerra y sus aliados reconocieron que volvía a ser vulnerable.
"Su caso es un enorme error judicial", dijo Hans Meyer, su antiguo abogado de migración y amigo de Vizguerra desde hace 20 años.
Garcia, del American Friends Service Committee, dijo que, en los últimos meses, Vizguerra había ayudado a informar a los migrantes sobre sus derechos legales y a prepararse para la posibilidad de deportación redactando un poder notarial. Ella había hecho preparativos similares.
"Tenía que vivir su vida y cuidar de sus hijos", dijo Garcia. "Si pueden hacerle esto a Jeanette, pueden hacérselo a cualquiera".
Miriam Jordan colaboró con reportería desde Denver.
Jack Healy es corresponsal con sede en Phoenix que cubre la política y el clima frenético del suroeste de Estados Unidos. Ha trabajado en Irak y Afganistán y se graduó de la escuela de periodismo de la Universidad de Misuri. Más de Jack Healy
Jazmine Ulloa es reportera de política nacional para el Times y cubre la campaña presidencial de 2024. Tiene su base en Washington. Más de Jazmine Ulloa
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