Los médicos realmente se están curando a sí mismos, con Ozempic

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(Science Times)

Cuando C. Michael Gibson, cardiólogo de la Facultad de Medicina de Harvard, acude a reuniones sobre enfermedades cardiacas, no puede evitar notar un cambio.

"Nos sentamos a cenar y, a mitad de la comida, apartamos simultáneamente nuestros platos", contó Gibson. "Nos miramos, nos reímos y decimos: '¿Tú también?'".

Comparten lo que se está convirtiendo en un secreto a voces: durante años intentaron controlar su peso, pero ahora toman los nuevos medicamentos contra la obesidad fabricados por Eli Lilly y Novo Nordisk.

Robert Califf, antiguo jefe de la Administración de Alimentos y Medicamentos, dice que apenas reconoce a sus colegas. Muchos ahora están muy delgados.

"Te ves bien", contó que les dice a sus colegas cardiólogos en congresos y reuniones.

No hay estudios que documenten el porcentaje de médicos que toman los fármacos. Pero los médicos "son una buena prueba de fuego para los fármacos que son muy eficaces", afirmó Califf. Si los médicos que leen los artículos que describen los resultados de los ensayos clínicos se apresuran a adquirir un fármaco nuevo, eso indica que es realmente prometedor.

El uso de Wegovy y Zepbound por parte de sus colegas le recuerda el uso de las estatinas, fármacos que reducen el colesterol, en sus inicios. Los cardiólogos, que estaban más familiarizados con las consecuencias de los niveles elevados de colesterol, fueron de los primeros en tomar los medicamentos en grandes cantidades.

Muchos cardiólogos y especialistas en diabetes recién adelgazados, como muchos de sus pacientes, tenían factores de riesgo de enfermedad cardiaca. O les estaba subiendo el azúcar en sangre. O simplemente el esfuerzo físico de llevar sobrepeso les complicaba la vida cotidiana. Dicen que les gusta su nuevo aspecto, pero también su nueva salud y energía. En cierto modo, se sienten miembros de un club.

Hace cuatro años, Darren McGuire, cardiólogo de la Universidad de Texas Southwestern, luchaba contra la obesidad y la diabetes de tipo 2. Entonces empezó a tomar Ozempic, el medicamento para la diabetes de Novo Nordisk que se vende con el nombre de Wegovy para la obesidad. Más tarde cambió a Mounjaro, de Eli Lilly, que se vende como Zepbound para la obesidad.

Perdió el 30 por ciento de su peso y consiguió controlar el azúcar en sangre. Ahora, dijo, "me siento mejor que nunca".

También le llama la atención el número de colegas que parecen utilizar los medicamentos.

"La gente tiene un aspecto muy distinto", dijo McGuire, que forma parte de consejos asesores de Novo Nordisk y Eli Lilly. "Es asombroso". Describió a un destacado especialista en diabetes, John Buse, de la Universidad de Carolina del Norte, que "ha encogido".

No del todo, dijo Buse. Pero, dijo, "perdí el 25 por ciento de mi peso corporal y eso cambió totalmente mi vida". Había luchado con su talla desde la infancia, engordando, adelgazando y volviendo a engordar.

Cuando hacía dieta, "me entraba un hambre de locos", confesó Buse. Con Wegovy, dijo, su peso bajó sin esfuerzo hasta que alcanzó su objetivo. Luego le volvió el apetito, lo que le asustaba. Pero en lugar de recuperar kilos, mantuvo un peso constante mientras seguía tomando el fármaco.

Al igual que otros pacientes, descubrió que tomar los fármacos eliminaba la mayor parte de su deseo de beber alcohol. Antes de empezar a tomar Wegovy, solía tomar dos o tres copas con la cena. Ahora toma una, o ninguna.

Buse, que es asesor de Novo Nordisk y Eli Lilly, dijo que no solía preguntar a la gente en las reuniones sobre diabetes si tomaban alguno de los fármacos, pero que "hay personas que han cambiado mucho". Dijo que "apostaría todo" a que tomaban medicamentos para perder peso.

Algunos cardiólogos siguen "en el clóset", dijo Gibson.

Una es cardióloga en Boston. Dijo que la persona que le recetó Ozempic era también una cardióloga que lo estaba tomando. Pidió no ser identificada porque solo les había contado a unas pocas personas que tomaba el fármaco. Intentaba mantener en privado su información médica, aunque sospechaba que sus colegas podrían haberlo adivinado. Añadió que estaba bastante segura de saber quién más tomaba uno de los medicamentos.

"Sí, definitivamente se nota", dijo. "Y cuando vas a cenas, sin duda se nota. Comemos como una octava parte de nuestra comida. Sé lo que pasa aquí".

Los médicos saben que son unos privilegiados.

Al principio, el seguro médico de Buse pagó su Wegovy. Pero al poco tiempo Carolina del Norte dejó de pagar los medicamentos contra la obesidad para los empleados del estado, por lo que él tuvo que pagarlo de su bolsillo. Con un precio de lista de 1349 dólares al mes, era un gasto importante.

Entonces, en una reunión en Europa, pidió a un colega que le recetara Wegovy y consiguió un suministro para seis meses. Buse pudo comprar Wegovy por una cuarta parte de lo que costaba en Estados Unidos.

Los médicos también saben defenderse y navegar por el sistema médico mejor que muchos de sus pacientes.

La aseguradora de McGuire se negó inicialmente a pagar sus medicamentos. "Tuve que apelar", dijo. "Tengo una relación con un médico de atención primaria y sé cuándo seguir presionando".

Su aseguradora aceptó pagar.

Gibson dijo que su aseguradora había pagado sin problemas y que quería discutir abiertamente su decisión de tomar Wegovy (hace poco cambió a Zepbound de Lilly, también cubierto por su seguro, porque provoca una pérdida de peso aún mayor).

"Mucha gente tiene la mentalidad de que es vergonzoso, de que es hacer trampas consumir una droga", expresó Gibson.

Pero las drogas contra la obesidad le cambiaron la vida, sostuvo: "Es lo mejor que he hecho nunca".

E incluso Zepbound, por potente que sea, es apenas el principio, dijo Gibson.

"Están apareciendo 120 nuevos agentes", señaló, refiriéndose a los fármacos en fase de ensayo clínico. "Espero con impaciencia los que puedan tener una seguridad y eficacia aún mejores".

John Buse, destacado especialista en diabetes de la Universidad de Carolina del Norte, antes y después de perder peso. (vía The New York Times)