Rusia toma una ciudad clave mientras Ucrania reanuda su ofensiva en Kursk

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Ucrania ha sido expulsada casi por completo de Kurájove, una ciudad estratégica del Donbás, según el Kremlin. Al mismo tiempo, fuerzas de Kiev hacen presión en una renovada ofensiva en el sur de Rusia.

Cinco meses después de irrumpir en la región de Kursk, en el sur de Rusia, las fuerzas ucranianas reanudaron el lunes su ofensiva para adentrarse aún más en el país, si bien parecen haber perdido una ciudad estratégica en el este de Ucrania.

Aunque la magnitud de la renovada ofensiva ucraniana en Kursk sigue sin estar clara, tanto las autoridades rusas como las ucranianas informaron de intensos combates el domingo por la noche. Imágenes de combate geolocalizadas por analistas militares indicaban que Ucrania estaba intentando romper las defensas rusas en al menos tres direcciones.

Es el primer intento significativo de los soldados ucranianos de avanzar en Kursk desde la incursión original de agosto. Desde entonces, Rusia ha recuperado aproximadamente la mitad del territorio que perdió.

Al mismo tiempo, el Ministerio de Defensa ruso afirmó el lunes que sus fuerzas se habían hecho con el control de Kurájove, una importante pero devastada ciudad industrial, cercando aún más a las fuerzas ucranianas en el sur de la región de Donbás tras más de dos meses de fulminantes bombardeos y duros combates.

El mando militar ucraniano en el este no hizo comentarios sobre la afirmación rusa de que Kurájove había caído. Los soldados que luchaban en la zona y un oficial militar ucraniano local dijeron, al ser contactados por teléfono, que aunque había focos de resistencia en las fábricas de las afueras, la ciudad estaba prácticamente perdida. Solicitaron el anonimato para discutir información militar sensible.

En un comunicado, el Kremlin dijo que su ministro de Defensa, Andrei Belousov, había felicitado a los soldados rusos por la toma de la ciudad el lunes.

La caída de Kurájove y de las ciudades circundantes podría permitir a Rusia ampliar su asalto a la ciudad de Pokrovsk, 33 kilómetros al norte, dijeron analistas militares.

Las fuerzas rusas intentan rodear Pokrovsk,punto focal de la guerra en los últimos meses, desde el sur, con la esperanza de evitar un combate urbano brutal y prolongado. Han avanzado hasta aproximadamente un kilómetro y medio sobre una carretera de suministro vital al suroeste de la ciudad, según varios grupos de análisis, entre ellos el Instituto para el Estudio de la Guerra, un grupo de investigación con sede en Washington.

A pesar de que ambos bandos están maltrechos y agotados tras casi tres años de guerra, los combates a lo largo del frente no han hecho más que intensificarse.

Las ofensivas en duelo --con los ucranianos al ataque, aunque modestamente, en Kursk y los rusos que continúan lanzando ataques a mansalva en el este de Ucrania-- subrayaron cómo tanto el Kremlin como Kiev intentan demostrar su fuerza mientras el presidente electo Donald Trump se prepara para asumir el cargo, dijeron los analistas.

Trump ha prometido poner fin rápidamente a la guerra, sin decir cómo.

El presidente Volodímir Zelenski, en una conversación de tres horas con el presentador de pódcast Lex Fridman, expresó su confianza en que Trump pueda cumplir esa promesa.

"Creo que el presidente Trump no solo tiene voluntad, sino todas esas posibilidades, y no son solo palabras", dijo. "Realmente cuento con él, y creo que nuestro pueblo realmente cuenta con él, así que tiene suficiente poder para presionarlo, para presionar a Putin".

La aparición con un presentador de pódcast popular en los círculos de Trump --incluido Elon Musk, quien destacó la entrevista en su red social X-- pareció un intento de comunicarse directamente con los partidarios de Trump.

Zelensky también reafirmó su creencia de que no puede haber una paz duradera a menos que Ucrania sea militarmente fuerte y cuente con el apoyo de Estados Unidos.

"Si no tenemos garantías de seguridad, Putin volverá", dijo.

Antony J. Blinken, secretario de Estado estadounidense, se hizo eco de estas preocupaciones mientras viajaba el lunes a Corea del Sur.

"En algún momento habrá un alto al fuego. En la mente de Putin no va a ser un 'fin del juego'", dijo Blinken a los periodistas. "Sus ambiciones imperiales permanecen, y lo que intentará hacer es descansar, reequiparse y, finalmente, volver a atacar".

Blinken también dijo que la campaña de Ucrania en Kursk desempeñaría un papel fundamental en cualquier conversación de paz.

"Las posiciones de las Fuerzas Armadas Ucranianas en la región de Kursk son muy importantes", dijo, "porque, por supuesto, esto es algo que será relevante para cualquier negociación que pueda tener lugar en el año que empieza".

Corea del Norte ha enviado más de 11.000 soldados para luchar junto a los rusos en Kursk, según han declarado funcionarios ucranianos y estadounidenses, y Blinken dijo que la asociación entre ambos países sigue creciendo. Reiteró anteriores afirmaciones de que Moscú estaba dispuesto a suministrar a Corea del Norte tecnologías avanzadas espaciales y de satélites a cambio de armas y equipos para ayudar a sus esfuerzos bélicos en Ucrania.

A pesar de la introducción de soldados norcoreanos en la batalla de Kursk, Ucrania ha conseguido conservar más de 388 kilómetros cuadrados de tierra dentro de Rusia, algo menos de la mitad del territorio del que se apoderó inicialmente.

Sin embargo, la cantidad de territorio que Ucrania mantiene dentro de Rusia es menos importante que el mensaje que la campaña envía al mundo, dijeron los analistas militares.

"Kursk es un cambio estratégico en la narrativa de la guerra", dijo Taras Chmut, exmilitar y director de Come Back Alive, una organización benéfica que apoya al ejército ucraniano. "Se trata del hecho de que Rusia puede perder territorios, sus propios territorios. Se trata de que Ucrania puede llevar a cabo algunas acciones inesperadas y enfoques asimétricos no convencionales".

Pero la renovada ofensiva de Ucrania en Kursk se produce mientras lucha por estabilizar las líneas defensivas.

La pérdida de Kurájove, que abarca solo unos siete kilómetros cuadrados de terreno, puso de relieve los problemas con la forma en que Ucrania está gestionando y desplegando sus fuerzas, dijeron analistas y soldados ucranianos.

El ministro de Defensa ucraniano, Rustem Umerov, presionado para que aborde estos problemas, ha ordenado una revisión exhaustiva del mando militar.

"La victoria requiere un análisis profundo de la experiencia y una comprensión honesta de los errores", dijo en una declaración el jueves.

Los problemas son más profundos que una simple falta de personal, según dijeron analistas y soldados en entrevistas durante el año pasado.

"Cuando las brigadas con escaso personal pierden posiciones, no siempre se debe a un reclutamiento insuficiente", escribió el grupo analítico ucraniano Frontelligence en un informe publicado el viernes.

"Las malas decisiones organizativas, como canalizar a los nuevos reclutas hacia nuevas unidades en lugar de reforzar las brigadas veteranas agotadas, suelen ser las culpables".

El informe añadía: "La oportunidad de abordar estos problemas identificados se está cerrando rápidamente y la inacción no es una opción".

Un mordaz informe del periodista ucraniano Yuriy Butusov sobre la recién creada Brigada 155 Ana de Kiev, entrenada en Francia y equipada con armamento occidental, suscitó preocupación por los problemas del ejército ucraniano y contribuyó a alimentar las peticiones de cambios urgentes.

El Buró Estatal de Investigación abrió una causa penal en diciembre en relación con la gestión de la brigada, que ha experimentado altos niveles de deserción y problemas relacionados con la dotación de personal y la gestión.

Rusia también se enfrenta a grandes retos, aunque estos permanezcan ocultos a la opinión pública, dijeron los analistas militares. El Kremlin mantiene un férreo control de la información y la disidencia es castigada, pero aún no ha logrado un avance operacionalmente significativo a pesar de su superioridad tanto en personal como en armamento.

A lo largo de 2024, Rusia capturó 4168 kilómetros cuadrados de territorio, en su mayoría campos y pequeñas aldeas, informó el Instituto para el Estudio de la Guerra.

Aunque las fuerzas rusas han estado avanzando últimamente tan rápido como en cualquier otro momento desde los primeros meses de la guerra, el grupo de investigación dijo que, al ritmo actual de avance, los rusos tardarían más de dos años en hacerse con el resto de la región de Donetsk, en el este de Ucrania, que sigue bajo control ucraniano.

Liubov Sholudko colaboró con la reportería.

Marc Santora ha estado reportando desde Ucrania desde el comienzo de la guerra con Rusia. Antes trabajó en Londres como editor de noticias internacionales enfocado en noticias de último momento y antes fue jefe de la corresponsalía de Europa Central y del Este, con sede en Varsovia. También ha reportado ampliamente desde Irak y África. Más de Marc Santora

Liubov Sholudko colaboró con la reportería.

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