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La tradición de los turistas que visitan Roma de aventar monedas al monumento recaudó 2 millones de euros en 2023.
Es muy probable que muchos de los que visitan por primera vez la Fontana de Trevi en Roma conozcan el procedimiento. Para asegurar que regresarás a la ciudad eterna, dice la leyenda, colócate de espaldas al agua y lanza una moneda con la mano derecha por encima del hombro izquierdo.
El ritual se hizo famoso en todo el mundo gracias a la película de 1954 La fuente del deseo y a la canción que comparte su título en inglés --grabada por Frank Sinatra--, ganadora del Oscar a mejor canción original.
El lanzamiento de monedas es tan popular en los itinerarios turísticos que ni siquiera una reciente restauración de tres meses que cortó el acceso directo a la fuente del siglo XVIII fue un factor disuasorio. Los visitantes seguían agolpándose frente a los paneles transparentes que protegían la obra para lanzar monedas --por valor de unos 61.000 euros, o 63.000 dólares-- a una tina utilitaria de baja altura.
"El turista va a tirar una moneda, no le importa si hay obras o no", dijo Fabrizio Marchioni una fría mañana de diciembre, pocos días antes de la reapertura de la fuente.
Él sabe de lo que habla.
Durante 13 años, el principal trabajo de Marchioni para la organización benéfica católica Caritas ha consistido en recoger y contar las monedas arrojadas a la fuente.
"Son monedas de solidaridad", ya que "se les da un buen uso", dijo Giustino Trincia, director de la filial de Caritas en Roma. En 2023 se repartieron más de 52.800 comidas en los comedores sociales de Caritas en Roma, uno de los muchos proyectos que lleva a cabo la organización benéfica.
Las monedas las reclama la administración municipal de Roma, pero esta las dona a Caritas desde 2005. La recaudación en 2023 fue cercana a los 2 millones de euros.
La reciente limpieza de la fuente, 10 años después de una importante restauración, llegó justo a tiempo para el comienzo del Año de Jubileo de la Iglesia Católica, en Nochebuena. Con unos 32 millones de visitantes previstos para el próximo año, Roma se encuentra en un estado de ajetreada preparación, con decenas de monumentos en proceso de limpieza y pulido.
El cierre temporal de la fuente también permitió a los funcionarios de la ciudad ensayar el control del acceso de los visitantes. En la reapertura, justo antes de Navidad, los funcionarios anunciaron que solo se permitiría la entrada de 400 personas a la vez en la zona hundida delantera. Los visitantes entrarán por un extremo de la pileta y saldrán por el otro, con supervisores vigilando durante las horas diurnas.
"El objetivo es que todos puedan disfrutar plenamente de la fuente sin aglomeraciones ni confusiones", dijo Roberto Gualtieri, alcalde de Roma, en la reapertura. La ciudad también está considerando la posibilidad de cobrar una tarifa nominal, dijo.
Roma tiene una plétora de fuentes, las caras públicas y decorativas de los acueductos que construyeron los antiguos romanos, pero ninguna iguala la fama de la Fontana de Trevi. A principios del siglo XVIII, "un arquitecto prácticamente desconocido", Nicola Salvi, sustituyó una iteración más modesta de la fuente por la obra monumental que alcanza casi los 35 metros de altura, posiblemente "el monumento más conocido de la Roma moderna", dijo Claudio Parisi Presicce, superintendente del patrimonio cultural de Roma.
Celebrada en una sinfonía, así como en obras de arte a lo largo de los siglos, la fuente se convirtió en una estrella cinematográfica en el siglo XX, sobre todo en La dolce vita de Fellini, donde Anita Ekberg llamaba con su voz ronca a Marcello Mastroianni para que se uniera a ella mientras caminaba por sus aguas (un acto que estaría muy mal visto en la vida real).
La temporada de 2024 de la serie de Netflix Emily en París le trajo nueva fama, después de que la protagonista, Emily Cooper, hiciera de la fuente una de sus primeras paradas romanas.
El ritual de arrojar monedas comenzó a finales del siglo XIX, cuando unos académicos alemanes que estudiaban en Roma retomaron una antigua práctica romana de arrojar monedas al agua para atraer la buena suerte. Pronto se puso de moda.
A lo largo de las décadas, las monedas --y las personas que se sientan en el borde de mármol de la fuente (otra práctica prohibida)-- han contribuido a su desgaste, sobre todo porque el número de visitantes ha aumentado considerablemente en los últimos años.
"Son monumentos magníficos y enormes, pero muy delicados", dijo Anna Maria Cerioni, quien ha supervisado muchas de las fuentes de Roma durante tres décadas como jefa de restauración de la superintendencia de arte de la ciudad.
Los minerales de las monedas suelen dejar marcas en el producto utilizado para impermeabilizar la pila. Desarrollado especialmente para la fuente, se conoce como "Blanco de Trevi", y es necesario un mantenimiento periódico.
La fuente sigue abasteciéndose del Aqua Virgo, construido en el siglo I a.C. y el único de los 11 acueductos construidos por los antiguos romanos que ha permanecido casi constantemente en uso, dijo Marco Tesan, quien supervisa el mantenimiento de algunas fuentes y acueductos de Roma para la empresa de suministro de agua y electricidad ACEA.
Dos veces por semana, los trabajadores de servicios públicos utilizan una máquina desarrollada para piscinas para aspirar las monedas de la fuente. Durante la fase de mantenimiento, bastaba con escobas y recogedores, "aunque sigues sintiéndote adolorido al final del día", dijo Luca Tasselli, de ACEA.
En la fuente, las monedas recogidas se pesan bajo la supervisión de agentes de la policía municipal antes de que Marchioni las lleve a las oficinas de Caritas. Allí, primero se lavan bajo el agua del grifo y luego se depositan sobre una mesa forrada de toallas para eliminar las impurezas. Junto con otras cosas.
Los objetos más grandes que suelen encontrarse en la fuente, como botellas, paraguas, fruta y vasos, son retirados directamente por los trabajadores de ACEA. Marchioni y los voluntarios que le ayudan remueven los objetos más pequeños.
Recientemente se han encontrado: medallas religiosas, plumillas de guitarra, fichas de metro, llaves, canicas, conchas y alfileres de todas las formas y tamaños. También eran frecuentes las pulseras y los anillos, y Marchioni supuso que podrían haberse caído durante lanzamientos especialmente entusiastas.
Las joyas de aspecto caro se entregan a la policía.
Como no hay mercado para las máquinas de secado de monedas, Caritas encargó a una empresa que fabrica máquinas para secar cubiertos que convirtiera una para sus fines. Las monedas se secan y luego pasan por una máquina que separa las monedas de euro de todo lo demás. Es tan sofisticada que incluso detectó un montón de monedas falsas de dos euros que circulaban por ahí en mayo y junio.
Las monedas extranjeras se envían a una empresa para cambiarlas, lo que puede resultar problemático, dijo Marchioni. "Digamos que lo mejor es tirar monedas de euros", dijo.
La recaudación se destina a diversos proyectos, desde actividades juveniles hasta programas de atención a enfermos de alzhéimer. Sobre todo, Caritas ayuda a familias necesitadas a llegar a fin de mes, apoyando a casi 10.000 personas en 2023, dijo Trincia, de Caritas.
Añadió que esperaba que los turistas que visitaran Roma fueran conscientes del bien que se hace a través de la fuente. "La pobreza no se va de vacaciones", dijo.
Elisabetta Povoledo es una reportera radicada en Roma, cubre Italia, el Vaticano y la cultura de la región. Es periodista hace 35 años. Más de Elisabetta Povoledo
Una reciente restauración de tres meses que cortó el acceso directo a la Fontana de Trevi no fue un impedimento significativo para los visitantes de Roma. (Alessandro Penso/The New York Times)
Fabrizio Marchioni ayuda a recoger y contar las monedas arrojadas a la Fontana de Trevi. (Alessandro Penso/The New York Times)